El inédito plan detrás del robo a la Tía Rica

A casi dos meses del robo joyas y especies de la Dicrep, la fiscalía reveló nuevos antecedentes. La selección de la banda y las horas previas al atraco, dan vida a esta historia.




El millonario robo a la Dirección de Crédito Prendario (Dicrep), conocida como la "Tía Rica", no dejó espacio a la improvisación. Desde un minucioso análisis del objetivo hasta la selección de los 11 miembros de su banda, Ana Cortés Moscoso, presunta líder del grupo, habría planificado cada detalle del mayor golpe de su carrera delictual.

A casi dos meses del atraco ocurrido entre el 20 y 21 de septiembre -que significó la sustracción de $1.239 millones en joyas y especies de 9.000 víctimas- la Fiscalía Centro Norte reveló inéditos detalles de la investigación a cargo del fiscal Arturo Gómez y Carabineros.

La historia del millonario delito comenzó a escribirse en la víspera de Fiestas Patrias. El centro de Santiago y las calles del barrio Franklin fueron algunos de los lugares donde se reclutó a miembros de la banda. Un experto en robos con método de "oxicorte", un chatarrero con acceso a herramientas para abrir metales y estudiantes con conocimiento en electricidad y desactivación de sistemas de seguridad, fueron parte de los elegidos para conformar la agrupación.

Según la fiscalía, al menos 24 horas antes del robo, Ana Cortés habría dado una orden simple pero efectiva: destruir y cambiar los candados del acceso principal de las oficinas de Correos de Chile, en calle Romero con Chacabuco. La entidad está contigua al edificio de la Dicrep y tiene un pasadizo subterráneo que la conecta con "La Tía Rica".

"(Miembros del grupo) cortan los candados de acceso a Correos de Chile días anteriores al robo y colocan un candado propio, con llaves propias. Nadie se da cuenta que tenían este candado y las llaves", detalló el fiscal Gómez. Este cambio sería clave, según la fiscalía, para que la banda ingresara al recinto a plena luz del día y sin levantar sospechas de los vecinos del sector.

EL GRAN GOLPE

El reloj marca las 17.00 del sábado 20 de septiembre. Tras reunirse en la plaza Bogotá, ubicada en avenida Ñuble con Sierra Bella, comuna de Santiago, los 12 miembros del grupo se trasladan en dos vehículos hasta la sucursal de Correos. El plan está en marcha.

Una vez dentro de la oficina los roles toman forma. Mientras un grupo vigila el acceso , Erick González Campbell -experto en "oxicorte"- baja  al subterráneo. Su tarea, según la fiscalía, era abrir la puerta de seguridad que los separa de las alhajas, artículos electrónicos y cajas fuertes de la Dicrep.

Soplete en mano y apoyado por Angelo Tapia Mena (supuesto abastecedor de los insumos para fabricar el oxicorte), los sospechosos "cortan la puerta metálica. (Sin embargo) se encuentran con un doble fondo, por lo tanto tienen que cortar otro latón". Este hallazgo, según la investigación, causó un inesperado problema: el agotamiento del balón con oxígeno que permite cortar la puerta metálica.

"El sábado, cuando se agotó el oxígeno, el mismo (Tapia Mena) va a un sector de Pedro Aguirre Cerda a recargar aquellos balones de oxígeno para seguir 'trabajando' el domingo", detalló el fiscal.

Si bien la madrugada del sábado el grupo accedió a la Dicrep -donde se desconectaron las cámaras de vigilancia-, su botín solo se limitó a cámaras fotográficas, cuadros, un saxofón, cinco bicicletas y consolas de videjuegos. La falta del "oxicorte" les impidió abrir las bóvedas con las joyas de oro y diamantes.

Antes de huir, cerca de las 02.00, el grupo instaló cadenas y candados en las puertas interiores de la Dicrep para impedir su apertura. También pegaron un papel al ingreso de Correos de Chile para que, en caso de ser removido, se percataran de que habían sido descubiertos. Sin embargo, cuando la agrupación retornó al lugar, a las 17.00 del domingo 21 de septiembre, sin ver anomalías,  retomó su plan criminal.

Tras llegar a las bóvedas, sustrajeron 41.955 joyas. Las alarmas se activaron cerca de la 01.30 y pocos minutos después, Carabineros llegó al lugar. Ante la imposibilidad de abrir las puertas -trabadas con cadenas- la policía tomó contacto con la oficina de seguridad de la Dicrep.

La confusión entre los policías y el personal de seguridad privada "les permitió salir por la parte de atrás de la Caja de Crédito Prendario que daba hacia las oficinas de Correos de Chile. Luego tomaron calle Romero y se subieron a un vehículo que a una cuadra los esperaba", detalló Gómez. Las pesquisas posteriores, y la declaración de un testigo que identificó uno de los vehículos utilizados para el escape, permitió a la policía detener a cinco personas, entre ellos, la líder de la banda, Ana Cortés, quien está en prisión preventiva, al igual que otros tres imputados en la causa. El quinto está con arresto domiciliario.

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