El legado de deterioro económico de Chávez

Aunque el precio del petróleo aumentó 10 veces en sus dos períodos presidenciales, los resultados de Venezuela no son buenos: el déficit fiscal se ha disparado, el PIB per cápita creció sólo 11% y la deuda pública se quintuplicó.




Las miles de personas que se reunieron el jueves en la concurrida Avda. Urdaneta de Caracas, para manifestarse a favor del Presidente Hugo Chávez, probablemente consideran el deterioro de su economía como un aspecto secundario. Desequilibrios macro reminiscentes de la América Latina de los 70, cuando la región generó los problemas que la hicieron quebrar en la década de 1980, no los detuvieron.

Al emprender viaje hacia Cuba para continuar su tratamiento contra el cáncer, el comandante dejó un país con significativamente menos pobres que en 1999, cuando asumió su primer mandato. La tasa de pobreza pasó de un 43,9% de la población en 1998 a un 30,6% en 2006 y 26,7% en 2011. Y la indigencia se redujo a menos de la mitad, desde 17,1% en 1998 a 7% en 2011.

Pero dado que la economía en esos 13 años no ha crecido a una tasa suficiente como para provocar ese cambio, el costo de la reducción puede verificarse en el abultado déficit fiscal, en la creciente deuda del sector público y, dicen los analistas, en el deterioro general de la economía, desde la pobre eficiencia de los sistemas de salud y educación públicos a la decreciente producción petrolera, en un país rico en reservas de crudo.

Hay también una gama de distorsiones en que el sector público acapara funciones y estatiza empresas en todos los sectores productivos; el gigante petrolero PDVSA se involucra en actividades ajenas a su giro; existe una inflación galopante y, entre otras cosas más, se lleva adelante una política de tipos de cambio múltiples y de restricciones a la compra de divisas por parte de las personas.

Todo esto enmarca un hecho evidente: la principal riqueza del país, el petróleo, se ha aprovechado de una manera que muchos cuestionan.

"En Venezuela, llenar el tanque de una camioneta grande cuesta menos de US$5", grafica un influyente economista venezolano de una consultora, que prefiere mantener su identidad en reserva. "El precio está subsidiado", agrega.

DESEQUILIBRIO FISCAL

En general, "Venezuela hoy es reminiscente de los 70, con los déficits fiscales y las deudas que llevaron a los endeudamientos de los 80", opina Alejandro Arreaza, economista de Barclays Capital en Nueva York.

"Lo que vemos es que, comparado al primer período de Chávez (1999 a 1996), el último período (2007 a la fecha) muestra un deterioro significativo del cuadro económico, con una trayectoria fiscal que no es sostenible, lo cual indica que probablemente viene una fuerte corrección", resume Arreaza.

Aunque el precio del petróleo pasó de US$10,6 el barril en 1998 a US$101,1 en 2011, la economía no pudo crecer sino a 2,9% en promedio durante los dos períodos de Chávez.

Así, en los últimos 14 años, el PIB venezolano, medido en bolívares y precios constantes, ha aumentado sólo un 46%. De haber crecido, en cambio, a un 5% sostenido, la economía habría duplicado su tamaño en ese período.

En igual lapso, el desempeño del PIB per cápita ha sido incluso más modesto: ha aumentado tan sólo 11%.

"Comparado al resto de los países de la región, sólo México crece menos", comenta Arreaza. "Y el de Venezuela ha sido el más volátil", indica.

El corolario de un débil crecimiento y políticas económicas cuestionables es el de un déficit fiscal galopante.

Las cifras oficiales hablan de un rojo de 11,6% del PIB en 2011, mientras que se calcula que hubo uno de 15,3% en 2012.

Pero la contabilidad que deriva en esos números no considera gastos en infraestructura y vivienda que, "si se incluyen, resultan en que el déficit habría sido en 2012 de 18% del PIB", opina Arreaza.

Un año antes de asumir, el déficit presupuestario estaba en 4% del PIB, con una deuda pública de US$31.000 millones. En 2011, la deuda ascendía a US$149.000 millones.

"Chávez siempre se las ha arreglado para terminar con déficit", dice el economista de la consultora privada.

Cálculos del Instituto de Finanzas Internacionales, de Washington, apuntan a que el gasto este año creció a una tasa de 12 meses móviles cercana a 70%, aunque eso obedeció, principalmente, a la realización de elecciones en octubre último.

La situación ahora es insostenible, añade el economista de la consultota, y como Chávez o su delfín, Nicolás Maduro, no estarían dispuestos a moderar el gasto, una devaluación será imperiosa.

"Si saco números con el barril en US$100, tienes que el déficit es de US$60.000 millones. Si devaluaran de los 4,3 bolívares actuales por dólar a 7,5, el rojo quedaría en 3% o 4%, lo cual es financiable", manifiesta el economista de la consultora, añadiendo que la devaluación no ha tenido lugar únicamente en razón de las elecciones.

Por ahora, sin embargo, el mercado no considera que esta situación derivará en un default, y señal de eso es que los bonos soberanos de Venezuela siguen gozando de demanda.

OTRAS DISTORSIONES

El economista de la consultora señala que "yo vivo en EEUU y voy una semana al mes a Caracas. Como gano en dólares, les vendo a familiares y amigos, con lo que obtengo bolívares y con eso vivo esa semana".

Para algunos, la situación es más grave. "Como han aumentado las transacciones privadas entre familiares y amigos, el gobierno cerró 48 casas de bolsa, y conozco a los directivos de una, Econoinvest, que acaban de salir de la cárcel después de 30 meses presos", añade el economista de la consultora.

El tamaño del Estado es otro cambio que ha generado distorsiones en la dinámica económica. "El gasto de sector público completo era 25% del PIB antes de Chávez y ahora se ha duplicado. Incluyendo fondos paralelos que ejecutan buena parte del gasto y del ingreso petrolero, el Estado ahora es el 53% del PIB", explica Arreaza.

Pero este Estado empresario no ha sido bueno con PDVSA. "La producción petrolera no ha aumentado desde 2003 y la inversión sólo ha crecido en la medida justa para mantener la producción", comenta el economista de la consultora.

"De hecho, desde 2008 para acá se han perdido casi 500 mil barriles de producción", complementa Arreaza. "La razón es gerencial: PDVSA está cargada con actividades que no están vinculadas al sector petrolero; se ha desviado de su core business, por ejemplo, ejecutando programas para la construcción de casas; o si hay problemas de desabastecimiento, PDVSA es la que importa alimentos".

Con la inversión que no crece y la producción que disminuye, difícilmente Venezuela logrará producir los seis millones de barriles en 2018, a los que Chávez aspira, desde los dos millones actuales. "Estamos lejos de ello", sentencia Arreaza.

LO QUE VIENE

Hasta ahora, la salud de Chávez es un misterio para todos, pero entre los analistas existe un consenso en que, mientras más se demora en asumir, la devaluación prevista y los eventuales ajustes que deben efectuarse seguirán esperando. Un segundo elemento es que, mientras más se demora en definirse el futuro de la conducción de Venezuela, la oposición tiene más chances de reorganizarse y parar un programa que compita, eventualmente, de forma exitosa en unas elecciones contra Maduro, si Chávez fallece.

"Hasta ahora, la oposición no tiene candidato ni dinero ni nada, pero mientras más demora la indefinición, más posibilidades tiene, puesto que Maduro no es muy carismático y puede no tener la fuerza de Chávez", dice el economista de la consultora.

"Después de la derrota del año pasado, las chances para la oposición en un sufragio son bajas, pero ciertamente mejoran entre más lejos se haga, pues así logras diluir el efecto emocional del deterioro de la salud de Chávez y su posible muerte, y se reduce la empatía con su sucesor, pues Maduro será más evaluado por lo que es realmente que por ser cercano a Chávez. Creo que en seis meses eso podría ocurrir", analiza Arreaza.

Por su parte, el economista de la consultora estima que la devaluación "tendrá que hacerse en tres o cuatro meses, porque si no, no tienen de dónde sacar plata". A lo que Arreaza agrega que "es bastante probable que eso produzca una contracción del PIB, aunque por el momento estamos esperando que la economía se estanque este año, creciendo 0,3%".

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