El primer ministro ucraniano admite la necesidad de una serie de reformas

Serguéi Arbúzov destacó la estabilización presupuestaria, la erradicación de la corrupción en la administración pública y el recorte de gastos estatales como los cambios necesarios para que Ucrania avance.




El primer ministro en funciones ucraniano, Serguéi Arbúzov, admitió hoy la necesidad de llevar a cabo una serie de reformas para acabar con lo que muchos catalogan como la crisis política más grave en la historia postsoviética del país.

"Independientemente de cómo se desarrolle la situación, independientemente del formato del (futuro) Gabinete, éste debe resolver el tema central: las reformas", dijo Arbúzov al inaugurar una sesión del Gobierno, según las agencias locales.

Entre los principales objetivos Arbúzov destacó la estabilización presupuestaria, la simplificación y modernización fiscal, la erradicación de la corrupción en la administración pública, el recorte de gastos estatales, y la desregulación y reforma del mercado energético.

"Ésta es la lista de reformas sin las cuales Ucrania no podrá avanzar", enfatizó. Las reformas también fueron el tema clave de la reunión anoche entre el comisario europeo de Ampliación, Stephan Füle, y los líderes de la oposición en Kiev.

Discutimos "con los colegas europeos nuestra visión de la futura Constitución ucraniana, del futuro Gabinete, del futuro programa de acciones para el país y del futuro programa económico", dijo el líder del partido Batkivschina, Arseni Yatseniuk, según el servicio de prensa de la formación política.

Füle señaló que antes de hablar con el presidente Víktor Yanukóvich quiso escuchar de nuevo la opinión de la oposición acerca de las variantes de la resolución de la crisis.

La actual crisis en Ucrania se desató el 21 de noviembre pasado, después de que Yanukóvich aplazara la firma del Acuerdo de Asociación negociado con la Unión Europea.

Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria pro gubernamental aprobó el pasado 16 de enero una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles.

Tres días después, se registraron en la capital violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que causaron seis muertos y centenares de heridos.

Tras el derramamiento de sangre, las autoridades y la oposición iniciaron un proceso de negociaciones, al que siguió la dimisión del Gobierno encabezado por Mikola Azárov y la revocación de las polémicas leyes.

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