El secuestrador de celulares

Graham Dugoni
The inventor of the Yondr smartphone case, Graham Dugoni, pictured during a dpa interview in Berlin, Germany, 12 September 2016. PHOTO: SOEREN STACHE/DPA Graham Dugoni

Cansados de presentarse ante una marea de teléfonos y flashes, varios músicos y artistas están exigiendo que el público de sus presentaciones en vivo deje sus teléfonos bloqueados a través de Yondr, un aparato que también despierta interés en otros espacios, como colegios y tribunales.




El sitio web del famoso comediante estadounidense Chris Rock muestra por estos días dos serias advertencias para el público de sus presentaciones: "No se permitirá el uso de teléfonos, cámaras o cualquier otro equipo de grabación durante el tour Total Blackout", y otra que agrega que cualquiera que sea sorprendido usando un celular dentro de las instalaciones será expulsado.

Para evitar esas incómodas situaciones y, a la vez, asegurarse de que los deseos de Rock se cumplan, los organizadores del tour están usando Yondr, un dispositivo que "secuestra" los aparatos e impide interactuar con ellos. La tecnología es bastante simple y no implica sofisticados programas para bloquear llamadas ni la conexión a internet. Yondr es básicamente un pequeño estuche de tela de neoprén en el que se introduce el aparato y luego queda sellado con un microchip. La gracia es que solo puede volver a abrirse al acercarlo a una máquina que lo desactiva de manera similar a lo que se hace con las etiquetas magnéticas que se usan en la ropa o libros en las grandes tiendas. Así, los asistentes a la presentación no tienen que entregarle a nadie su equipo, los que quedan en modo de vibración guardados herméticamente en cada cartuchera. Si la persona necesita imperiosamente hacer una llamada o responder un mensaje antes de que termine el show puede acudir a zonas especiales donde hay máquinas para abrir los Yondr.

El aparato que permite volver a tener eventos libres de ringtones, alertas de WhatsApp o flashes de cámaras ha cautivado a varias estrellas que también están exigiendo su uso en sus presentaciones, como el también comediante Louis C.K., la cantante Alicia Keys y el ilusionista David Blaine, todo en una industria que ya hace rato que viene dando muestras de estar aproblemada con los equipos móviles: en 2014, la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos anunció tolerancia cero ante cualquier equipo de grabación durante una función y ese mismo año el famoso guitarrista Peter Frampton le quitó el celular a un fan durante un concierto y lo lanzó lejos: "Me distraía a mí y a la gente que estaba detrás", explicó a USA Today.

En abril de 2016, los miembros originales de Guns N' Roses vivieron la experiencia de usar Yondr cuando se reunieron para tocar por primera vez en 23 años en el club Troubadour de Los Ángeles. Gracias a los estuches, no hubo equipos móviles a la vista. "Se produjo ese sentimiento de la vieja escuela, con la gente que simplemente bailaba y lo pasaba bien. Fue muy cool", dijo Duff McKagan a The New York Times. El bajista comparó la experiencia con una que tuvo con su otra banda llamada Load en Córdoba, Argentina: "Comencé a tocar y, de pronto, estaba mirando a un mar de iPads y luces brillantes".

El responsable de Yondr es Graham Dugoni, de 29 años. En 2009, este empresario egresó de la Universidad de Duke con un grado en ciencias políticas y trabajó enseñando inglés en Vietnam, jugó fútbol en Noruega y fue empleado de varias firmas de inversiones en Portland y Atlanta. En 2013 asistió al festival Treasure de San Francisco y se impresionó al ver cómo dos extraños filmaban a un hombre que bailaba borracho y luego subían el video en YouTube. "Si un tipo no puede ir a un concierto y liberarse, ¿qué implicancias tiene eso para todas las interacciones que se dan en la esfera social?", dijo Dugoni a The Washington Post.

Dugoni vendió su jeep en 2015 y buscó inversionistas, quienes aportaron unos 100 mil dólares para empezar a fabricar los morrales. Más allá de evitarles molestias a los artistas, el creador de Yondr cree que su creación cumple otras dos funciones: permitir que comediantes y cantantes puedan probar nuevas rutinas o canciones sin que sean grabadas y filtradas, y lograr que los fans se den cuenta de que disfrutan más los shows cuando no están filmando cada canción o detallando todos los pormenores en Twitter.

"Cuando remueves la distracción que generan los celulares en un lugar determinado, la energía en la habitación cambia a medida que la gente se vuelve más presente y desinhibida. Ese es el tipo de energía con el que enganchan los cantantes y artistas", dice Kelly Taylor, directora de marketing de Yondr, a Tendencias. Sin embargo, a los usuarios no siempre les es fácil usar Yondr, tal como relató la periodista Joanna Stern en The Wall Street Journal tras ir a una fiesta en Nueva York: "Mientras esperaba en el bar, miré a mi celular atrapado en esta cartuchera y comencé a ver si podía abrirla. La apreté, la estiré. Intenté golpear el cerrojo contra la barra como si fuera un frasco de salsa de tomate. No fue mi momento más enorgullecedor, pero todos hacemos cosas raras cuando estamos incómodos".

No sólo para la música

El aparato, que se arrienda por evento a cerca de dos dólares por unidad, ha despertado el interés de otros mercados: varias cortes de Filadelfia lo están usando para evitar que amigos o parientes de los inculpados amenacen a los testigos con sus celulares. También se están sumando restaurantes, centros de eventos y estudios de cine que quieren evitar los móviles en estrenos y funciones especiales.

Incluso, en Estados Unidos hay familias que están contratando el servicio para desterrar los celulares a la hora de comer y más de 350 escuelas lo han utilizado para restringir el uso en las salas de clase. "Una mañana vi a cientos de alumnos de educación secundaria de la Broome Street Academy Charter de Nueva York colocando sus celulares en estuches Yondr antes de iniciar las clases. No pueden abrirlos hasta el final de la jornada. Una mañana un alumno puso un celular falso dentro del estuche y luego lo atraparon usando el verdadero", escribió Stern en Wall Street Journal.

La empresa, que está creciendo a un ritmo de 35 por ciento mensual, estudia su uso en presentaciones de teatro, torneos de golf, funciones regulares de cine y spas tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido y Europa continental. "En Europa hemos hecho muchísimos eventos y acompañaremos a Chris Rock en su tour invernal por Australia. Recibimos mucho interés desde Sudamérica y este año planeamos expandirnos en esa región, principalmente a través de eventos deportivos y de entretenimiento", afirma Kelly Taylor.

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