El sello de la nueva camada de peluquerías

En una, los cortes de pelo tienen una semana de garantía; en otra, planean instalar un bar para hacer la espera más amena.




En un sofá cercano a la entrada, espera su turno. Le sirven un café, le preguntan si esta cómoda y si necesita algo mientras espera, pero responde agradecida que no, que está todo bien.

Su última visita a una peluquería no fue para nada así. "¿Qué se va a hacer? ¿Se lavó el pelo hoy?, porque por $ 3.990 adicionales al valor del corte le podemos aplicar este producto que le va a arreglar bastante el daño que tiene". Esa falta de "humanidad” en algunos salones de belleza es lo que ha generado una nueva "camada" de peluquerías boutique que ha buscado diferenciarse de las grandes cadenas, optando por locales más amplios o arriendos de antiguas casonas, equipos pequeños y un trabajo personalizado.

PELUQUERIAS A LA INGLESA

Con 10 años de experiencia, Roxana Duarte decidió dejar las grandes cadenas para inaugurar en noviembre pasado My Head, un salón basado en la estética y las técnicas de corte inglesas, que consisten en terminar los cortes en seco para que vayan manteniendo su estructura durante el crecimiento. Su espacio de trabajo se ubica en el local M de Luis Pasteur 6666, comuna de Vitacura.

"Lo primero que pensé fue ¿cómo le doy un upgrade a una nueva peluquería? Entonces opté por priorizar la técnica, ofrecer un concepto y amenizar la espera más allá de las revistas", cuenta la empresaria, que está trabajando en la instalación de computadores con wi-fi y tramita la patente de alcoholes para tener un pequeño bar en el salón.

Además, los clientes tienen una suerte de "ficha médica" en la que registran la forma de su cara, su tipo de pelo y vestimenta cotidiana, para así ofrecer un corte ad hoc y hacer un seguimiento de los tratamientos que se les hacen."De este modo, en una próxima visita, uno de nuestros cuatro estilistas sabrá cómo continuarla", dice Duarte.

MAS TIEMPO PARA MI

La Guapa Simona fue el nombre que María Jesús Ramírez y su equipo definieron para la peluquería que en mayo pasado abrió en Luis Pasteur 6477. Nunca pensó instalar un salón, pero "todo se conjugó para que fuera así".

"Llevaba 8 años en IBM, no tenía tiempo, tengo un hijo de cuatro años y un proyecto de familia, así que apareció este lugar, mi peluquera estaba dispuesta a trabajar conmigo, así que había que arriesgarse", asegura la sicóloga.

Ella comparte con Duarte la idea de que existe "una necesidad de tener salones más cercanos. La gente no quiere ser un número más".

Con una de sus estilistas especializada en la fisonomía, otra en el color y ella, con su experiencia en el manejo de las emociones, son capaces de hacer una "recomendación integral, por ejemplo, en el caso de un quiebre amoroso: es típico que las mujeres quieran algo radical, lo que suele no ser una buena idea. Mejor, les damos un café y las invitamos a pensarlo. Por lo general, esa empatía las hace volver", dice.

DEL LIVING AL SALON

Hay tres características que definen a Sólo para Muñecas: su garantía de siete días para cortes y tintura que no convenzan, atención especializada para crespas y también para canosas.

Ubicada hace un año y cuatro meses en Pérez Valenzuela 1465, su dueña, Paloma Suzarte -cineasta y maquilladora- explica que esto surgió "casi del sentido común", y agrega que "lo de la garantía es básico, pues recién al cuarto día sabes cómo te quedó el corte, el color y si te gusta o no. El tema de las crespas tiene una razón sencilla: soy crespa y quiero que todas botemos las planchas. Lo de las canosas es una especie de reivindicación, porque una vez una clienta de poco más de 60 años vino y nos preguntó si le podíamos teñir el pelo azul y al decirle que sí, nos dijo que en ningún lugar quisieron hacerlo".

Es por eso que si bien en este salón se hacen peinados y tinturas tradicionales, como castaños o rubios ceniza, también se busca que "aquellos que no han dado con 'su' peluquería tengan un espacio, pues ese es el cambio que generan las peluquerías boutique: la amabilidad y la comprensión para el otro", dice Paloma.

ESCOBAS POR TIJERAS

Un limpiapiés con un bigote dibujado en la entrada del 1348 de Girardi, en Providencia, es la única señal de que se está en Gonzalo Leonidas. No hay letrero, sólo un timbre y seis peluqueros.

Con un año y medio instalado en ese local y después de haber tenido un pequeño salón en su casa, otro de 25 m2 y haber barrido pelo durante dos años en distintos locales, Gonzalo Figueroa -Gonzalo Leonidas son sus nombres de pila- comparte el diagnóstico sobre el trato más personalizado que se da en esta nueva camada de salones, y agrega que "la peluquería en cadena va en retirada. La gente quiere generar vínculos".

Para el empresario, la peluquería es como un accesorio permanente, por eso lo ve como una inversión para la temporada, razón por la cual se justifican los precios un poco más altos que los locales de mall, pues en este tipo de establecimientos suelen partir en los $ 20.000. Sin embargo, un buen corte "es lo mismo que comprarse un par de zapatillas. Lo vas a usar tres meses. La gente no tiene eso interiorizado. Lo vas a usar todo el día, es un accesorio que te acompaña todo el tiempo", finaliza.

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