En Paraguay inquietantes datos sobre maltrato infantil

Los inquietantes datos sobre el maltrato infantil en el ámbito familiar, impulsaron a Unicef a elaborar y presentar la campaña ''Sin violencia se educa mejor''.




Los inquietantes datos sobre el maltrato infantil en el ámbito familiar en Paraguay, impulsaron al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), a elaborar y presentar la campaña "Sin violencia se educa mejor", que se desarrollará en el país suramericano durante los próximos dos meses.

Los resultados de un reciente estudio de investigación realizado sobre el tema dan cuenta que tanto la violencia física como la verbal o psicológica son formas frecuentes que utilizan las madres y los padres paraguayos en la forma que se relacionan con sus hijos e hijas.

La investigación determinó que 61% de los niños, niñas y adolescentes que participaron del estudio, reportaron haber sido víctimas de algún tipo de maltrato por parte de sus familiares más cercanos y más de la mitad (52%) recordó haber empezado a ser víctima de maltrato físico entre los 3 y 5 años.

"Nos preocupa que un 35% de los encuestados manifestó haber recibido violencia física grave, como golpes con objetos, patadas, quemaduras o asfixia, y que ese tipo de castigo sea el más frecuente", afirmó Andrea Cid, representante de Unicef en Paraguay.

"La violencia física leve, como nalgadas con la mano o con objetos, cachetadas, tirones de pelo, pellizcos o la obligación de permanecer en posiciones incómodas fue reconocida 13% de la muestra, y una cifra similar expresó haber vivido violencia psicológica, que son insultos, amenazas de abandono, entre otros", agregó.

En el género también hay diferencias. Los niños reciben mayor maltrato físico grave que las niñas, tanto por parte del padre como de la madre, mientras que las jóvenes reciben más maltrato psicológico que los jóvenes.

Sin embargo y pese a que seis de cada diez niños, niñas y adolescentes han recibido algún tipo de maltrato, los mismos consideran -en un 91,9%- que la relación con ambos padres es buena o muy buena.

EN TODOS LOS NIVELES
La violencia física, psicológica o verbal, son consideradas formas de maltrato y están asociadas a pautas culturales o a factores como la violencia en la pareja, el nivel educativo de ambos padres y el nivel socioeconómico.

Es así que el estudio determinó que la violencia contra los niños y niñas ocurre en todos los estratos sociales y niveles de educación, aunque presenta algunos rasgos diferentes por niveles de ingresos.

Otro hallazgo de la investigación es que un clima de hostilidad familiar propicia más violencia: 68,8% de las parejas que recurren más frecuentemente a la violencia física entre sí, emplean el maltrato físico grave contra sus hijos, en tanto que 28,6% de las parejas que no pelean a golpes, maltratan gravemente a sus hijos.

Más de la mitad de los niños y niñas encuestados (53,4%) considera que el castigo físico es útil, al menos a veces, para su propia formación.

Asimismo, los más maltratados son los que consideran en mayor medida "normal" que sus progenitores los golpeen. Por ejemplo, 43,9% de quienes recibieron violencia física grave cree que es normal el castigo físico.

También los padres sostienen que el hecho de pegar o insultar a sus hijos es "normal", porque así fueron educados cuando niños.

"IMPACTO NEGATIVO"

"No creo que haya niño o niña en Paraguay que no haya ligado (recibir palizas) y me parece que es la única forma en que algunas veces entienden. Nosotros cuando niños ligábamos con cintos de cuero o con lo que nuestros padres tenían a mano", le dijo a BBC Mundo Federico Alonso, un abogado de 42 años con tres hijos.

"En este contexto, lanzamos la campaña 'Sin violencia se educa mejor' cuyo objetivo central es generar conciencia sobre el problema del maltrato hacia los niños y niñas en el ámbito familiar y su impacto negativo en la personalidad", dijo Andrea Cid, de Unicef.

Cid explicó que también se busca facilitar información a los padres y madres sobre otras formas alternativas al castigo físico y psicológico, "como poner límites claros, mantener la palabra (cuando se dice no, debe ser efectivamente no), explicando los motivos de la sanción, aplicar castigos proporcionales a la falta cometida y a la edad del niño o la niña".

"Queremos ir avanzando en un proceso que tomará tiempo como es el cambio cultural de que aprendamos todos que es posible educar sin violencia. Que todos lleguemos a comprender que la violencia es inaceptable y no educa", finalizó la oficial de protección de Unicef.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.