Esta temporada los diseñadores reviven los jeans desgastados




Con algunos vaivenes, la moda y el jeans viven un intenso romance que comenzó en el año 1853. Tras reinventarse en muchas ocasiones, esta nueva temporada ofrece un "revival" del inconformismo de los años 80.

El jeans, que nació para trabajar en condiciones ásperas y duras, en la actualidad disfruta de un aburguesamiento refinado. "Lamento no haber inventado los tejanos", declaraba el gran gurú de la moda Yves Saint Laurent.

Expuesto a las fantasías de los diseñadores, este pantalón sufre caprichosas manipulaciones e innumerables cambios. Esta temporada están de moda los jeans desgastados, desaliñados, raspados, rotos, nevados, lavados a la piedra, desteñidos por el ácido o deshilachados.

Atrapados por la nostalgia roquera que se lucía en la década de los 80, firmas como Levi's reinterpretan esa estética. "Después de una época en la que han reinado los acabados oscuros, los patrones pitillo y los suaves desgastados, se impone la estética más dura del desaliño", explica Hervé Locatelli, responsable del departamento de marketing de Levi's, mítica firma de jeans.

Famosas como Katie Holmes, Kate Bosworth o Agyness Deyn junto a estilistas y diseñadores de la talla de Christophe Decarnin, para Balmain o Ricardo Tisci para Givenchy han convertido a los jeans ajados en la prenda más deseada.

Cuanto más viejos, más gustan y mayor valor adquieren. Al contrario de lo que se pueda pensar, estos ajados tejados están confeccionados con rigurosidad, con tecnología de última generación y con diseños exclusivos que justifican sus elevados precios.

HISTORIA
La historia de los pantalones vaqueros, como se les denomina en gran parte del mundo, tiene su origen en California, allá por 1850 cuando la fiebre del oro desataba pasiones. Fue en ese ambiente áspero y de gran ambición por el dinero, donde se asentó un comerciante de origen bávaro, Levi Strauss, para vender telas.

Rápidamente, se dio cuenta de que el agua, el frío y las piedras deterioraban la ropa, así ideó utilizar la misma tela con la que fabricaba tiendas de campaña para coser pantalones duros y resistentes.

Hasta los años 30, los jeans se utilizaron exclusivamente para trabajos rudos en el campo y para montar a caballo. Los más atrevidos los lucían los fines de semana para disfrutar de una parrillada al aire libre con amigos.

Pero este tejido, el denim, dio un cambio radical cuando la revista Vogue inmortalizó en su portada a dos modelos ataviadas con jeans, camisas de cuadros, pañuelo al cuello y botas de montar a caballo, era el nacimiento del estilo "country" que más tarde se popularizó en la gran pantalla con los "western".

SIMBOLO DE REBELDIA
El cine también ha servido para catapultar el éxito de este pantalón. Así, en la película "Gigante", el actor James Dean los lucía con poderío, al mismo tiempo que los teñía con un toque rebelde, díscolo e indisciplinado. Atractivo, salvaje y muy deseado se presentaba también Marlon Brando en jeans, en el filme un "Tranvía Llamado Deseo".

En los años 60, esta prenda, que se convierte en "unisex", abandera el proletariado y es emblema de rebeldía, juventud y rock and roll.

En la década de los 70, la estética hippie transforma el jeans recto en un pantalón estrecho con pata de elefante que sirve tanto para el día como para la noche. Siete años después, Calvin Klein crea su primera línea de jeans, destinada a la clase social más alta de Estados Unidos.

DISEÑADORES
Corrían los 80 cuando las firmas y los diseñadores trabajaban y manipulaban el denim hasta desgastarlo. Samantha Fox, modelo, actriz y cantante británica, o el cantante George Michael hacían gala de los jeans rotos, estética seguida por miles de jóvenes.

Ya nadie se acuerda de aquellos años en los que los jeans estaban tan mal vistos, que tenían el derecho reservado a los despachos y a las oficinas. Mejor recibidos eran los "chinos", pantalones informarles que congeniaban con las buenas formas y los modales exquisitos.

En los albores del siglo 21, atrevidos diseñadores como Tom Ford o Helmut Lang reencarnaban el denim en unos jeans cuajados de plumas, piedras incrustadas o bordados llamativos.

Más trasgresores, Domenico Dolce y Stefano Gabbana (Dolce & Gabanna) presentaron en Milán unos jeans rotos por la rodillas y deshilachados y desgastados por el muslo.

El pantalón vaquero, además de ser una prenda imprescindible en el clóset masculino y femenino que combina con casi todo, vive momentos muy dulces y refleja la personalidad de quien los lleva.

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