Estudio UC: terapia contra hepatitis C evitaría casi 8 mil trasplantes al hígado en Chile

Corresponde al 60% de los 13 mil pacientes que se estima requerirán un órgano por este mal en 25 años.




La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) actualmente afecta a unas 180 millones de personas en el mundo, aunque la mayoría no sabe que la tiene. Se contagia por contacto sanguíneo y las personas no presentan síntomas hasta por 20 años. Cuando eso sucede, uno de cada cinco ha desarrollado cáncer o cirrosis y requerirá trasplante.

Por eso, la U. Católica realizó un análisis para determinar cuántos trasplantes de hígado se pueden evitar con una terapia adecuada de hepatitis C.

Sobre una muestra de 959 personas de la comuna de La Florida, representativa de toda la población nacional, estimaron una prevalencia global de este virus en la población chilena de 0,83%, que representa alrededor de 140.000 personas.

Eso no significa que todas estas personas enfermarán por hepatitis C. Los expertos estimaron que de ellos, el 62,5% (87.482) tiene el virus en la sangre y éste sigue replicándose y, por lo tanto, son potencialmente candidatos a recibir tratamiento.

Si estas personas no fueran tratadas, el 30% enfermaría (26.000 pacientes). "Y 13.122 pacientes necesitarán un trasplante de hígado en un período de 25 a 30 años", dice la doctora Rosa Pérez del Programa de Trasplante Hepático de la UC.

En cambio, si reciben la terapia, un 60% de los pacientes con infección por el virus C se curará, evitando una cirrosis y, con ello, también la necesidad de un trasplante, reduciendo a poco más de cinco mil los pacientes que efectivamente necesitarán un hígado nuevo. "La terapia universal de la infección por el virus de la hepatitis C evitaría 7.874 trasplantes en 25 o 30 años, un 60% menos de quienes lo necesitarían".

Terapia

En términos de costos, la terapia también representa un ahorro significativo: cada trasplante hepático cuesta alrededor de 30 millones de pesos (excluyendo el costo de la inmunosupresión y posibles complicaciones), mientras que un tratamiento cuesta unos seis millones de pesos por paciente.

Pérez recuerda que desde hace dos años el tratamiento del daño hepático por VHC está incluido en el GES con cobertura en el sector privado y público.

Para Pérez es fundamental reiterar el llamado a los médicos hepatólogos a implementar campañas privadas y públicas de detección de la infección por el virus de la hepatitis C en grupos de riesgo, ya que la mayoría de los pacientes infectados no presenta síntomas hasta etapas muy avanzadas de la enfermedad (ver recuadro).

Roberto Segovia, gastroenterólogo de Clínica Las Condes dice que "desde que se produce la infección con VHC pasan 10 años para una hepatitis crónica y 15 o 20 años para una cirrosis hepática", dice. El problema es que como es asintomático, los pacientes sólo se enteran que tienen el virus si se hacen el test sanguíneo que detecta su presencia.

El primer objetivo del tratamiento es eliminar el virus de la sangre para reducir el riesgo de cirrosis y cáncer. Desde hace 10 años, se usan medicamentos antivirales y un tipo de proteína similar al que produce el sistema inmune para combatir infecciones (interferón pegilado) durante más de seis meses. Curan el mal en 50 a 80%. A fines de 2012, el ISP aprobó un nuevo tratamiento antiviral (boceprevir) que eleva hasta 90% la tasa de curación y actúa con mayor eficacia en casos donde la biterapia no ha funcionado.

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