Factor CEP y Cencosud en la pugna Allamand-Golborne

En medio de la tensión instalada por el caso, en La Moneda asumen que las cartas oficialistas aún no son competitivas. Se estima que la encuesta, que se toma en estos momentos y se conocerá en mayo, puede remecer el escenario. Incluso, algunos han puesto en duda las primarias.




EN EL COMITE POLITICO del lunes pasado, en La Moneda, los representantes de la UDI propusieron a sus pares de RN realizar un acto unitario en la inscripción de Laurence Golborne y Andrés Allamand a las primarias del sector, trámite que debe cristalizarse antes del próximo miércoles. El gesto de unidad, sin embargo, quedó absolutamente descartado el jueves por ambas colectividades. ¿La razón? El fallo de la Corte Suprema que condena a Cencosud al pago de U$ 70 millones a 608 mil clientes, por cláusulas abusivas fijadas en su tarjeta Jumbo Más en 2006, cuando el gerente general del holding era el actual abanderado UDI.

El debate político en torno al dictamen derivó en el episodio de mayor crispación entre los presidenciables de la Alianza y entre los partidos que los respaldan. Pero además, viene a complicar aún más las opciones oficialistas para consolidar una carta que sea competitiva frente a Michelle Bachelet, justo en momentos en que se desarrolla el trabajo de campo de la encuesta CEP, considerada una suerte de barómetro de la política y cuya publicación podría tener mayor repercusión.

Según estimaciones de altos personeros de gobierno, el sondeo -que sería conocido a mediados de mayo- será decisivo para despejar incógnitas que se han instalado en el oficialismo en los últimos meses. De acuerdo con estas fuentes, no puede descartarse la opción de que uno de los candidatos obtenga una diferencia casi definitiva respecto de su contendor. Pero tampoco puede desecharse -agregan- un escenario donde ninguno de los dos logre un mejor posicionamiento y se instale la opción de una candidatura alternativa.

Según estas versiones, un nombre que concentra la atención es el de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. Su posicionamiento como contraparte de Bachelet raíz de la destitución del ex ministro de Educación Harald Beyer no dejó indiferente a nadie en Palacio. De hecho, en las últimas semanas, un diputado gremialista y un personero vinculado a la dirigencia del partido le consultaron directamente a ella su disponibilidad para aceptar una candidatura presidencial.

Su eventual postulación, sin embargo, supondría pagar altos costos políticos para el gobierno. A tres días de que los pactos inscriban a sus candidatos a las primarias -cuyos resultados son vinculantes tanto para los partidos como para los candidatos-, esta opción implica forzar el desistimiento de Golborne y Allamand, o bien del ganador de las primarias, si la decisión se tomara después de la realización de éstas. En La Moneda, sin embargo, no descartan escenarios, en el entendido de que uno de los test con los que se medirá a la actual administración será la capacidad de Piñera de traspasar la banda.

Y si bien hasta el jueves se daba por descontada la realización de primarias, el tono alcanzado por las críticas cruzadas y la reiteración el viernes por parte de Allamand de los cuestionamientos a Golborne por Cencosud, activaron reuniones de emergencia en el gremialismo que apuntaron a analizar una medida drástica: desechar las primarias y llegar con los dos candidatos hasta primera vuelta. En el comando del abanderado UDI no sólo han medido vía encuestas esta posibilidad, sino que creen que sería una medida de presión hacia los parlamentarios de RN, pues deberían enfrentar sus propias elecciones y repostulaciones de la mano de un candidato al que consideran menos competitivo.

Hoy, respecto de la carrera entre ambos, públicamente existen dos datos: uno son las declaraciones de Allamand y de RN, en cuanto a que existiría una encuesta conocida por el gobierno que los tendría empatados, pero de la cual no existen indicios concretos; el otro es el reciente sondeo de la UDP, que con un modelo muy similar al que usa el CEP, reveló una ventaja de 10 puntos a favor de Golborne.

CENCOSUD: TORMENTA PERFECTA
En el comando de Golborne, las alarmas comenzaron a encenderse el miércoles en la tarde, una vez que se informó de la decisión del máximo tribunal. De inmediato hubo llamados entre el candidato y su equipo más cercano, para coordinar una "bajada" comunicacional. La primera decisión fue esperar ver el tono que adoptaría Allamand.

El plan se trastrocó en la mañana del jueves. En un lapso de pocas horas, Golborne dio dos explicaciones distintas. Primero defendió la decisión de la compañía: "No me parece que sea abuso". Más tarde, sostuvo que él había actuado siguiendo órdenes del directorio (en esa época, después de Horst Paulmann, Golborne era el hombre más importante del holding). En el intertanto, sin embargo, Allamand ya había marcado el tenor de la refriega al emplazarlo públicamente a "dar explicaciones" por los "graves abusos cometidos", en un punto de prensa convocado especialmente para realizar estas declaraciones.

De nada habían servido los llamados telefónicos de dirigentes de la UDI a sus pares de RN para intentar morigerar la reacción de Allamand. En el gremialismo apostaban a que el hecho de que en el mismo caso hubieran tenido protagonismo figuras del gobierno como Felipe Bulnes (ex ministro y actual embajador) y Juan José Ossa (a cargo del Sernac), podría contener la arremetida del ex senador.

A esas alturas, en el gremialismo ya resentían la feble explicación de Golborne (tema que pretenden abordar en la reunión de directiva del lunes) y, en conjunto con el comando del candidato, definían una estrategia política distinta: en vez de justificar la operación, las vocerías buscarían posicionar la idea del "oportunismo" y "aprovechamiento político" de Allamand. La apuesta era acusar un perfil "polémico" y acusarlo de revivir un clima de divisiones parecido al que imperó en el sector en la década del 90.

La inquietud también se instaló en La Moneda, donde resentían que la controversia reabría los cuestionamientos por posibles conflictos de interés y debilitaba la agenda pro consumidor impulsada tras el escándalo de La Polar. Así, se sometió a evaluación la intervención de la vocera Cecilia Pérez -quien subrayó que "Golborne era una persona íntegra" y que "le corresponderá a él y no al gobierno pronunciarse por temas personales"- y también la de Matthei, quien dijo que "si uno es candidato, tiene que responder a todas sus actuaciones en el pasado". En el Ejecutivo aseguran que ella conversó telefónicamente con Golborne y le explicó que no buscaba emplazarlo, sino que reforzar las críticas a los "silencios" de Bachelet. Con todo, tras varias conversaciones entre Piñera y los ministros políticos, se decidió evitar nuevas vocerías.

Al terminar el jueves, los análisis en el comando de Golborne eran poco auspiciosos. Según un alto personero oficialista, el levantamiento de información de la encuesta CEP se inició hace menos de 10 días. Así, se configura uno de los escenarios más temidos en el equipo del candidato: que la primera parte del trabajo de campo -donde se recoge la información más relevante para el sondeo- coincide con una de las peores semanas de Golborne. Porque a lo de Cencosud se suma que marcó distancia con un conservador proyecto de ley presentado por cuatro diputados UDI para bloquear la adopción por parejas del mismo sexo. Aunque cercanos a Golborne estiman que el episodio le sirvió para reforzar su perfil "independiente", en el partido señalan que hubo reparos internos a su postura. Por contrapartida, en el consejo general gremialista planteó como promesa de su campaña una bandera emblemática del partido: la eliminación del impuesto específico a los combustibles. Aunque consiguió cerrar filas en la UDI, debió enfrentar los reparos públicos del propio Piñera, quien defendió el tributo. Para fines de esta semana, en tanto, se esperaba la participación del candidato en el programa de TVN Frente al espejo, donde el candidato espera cerrar algún flanco.

Para algunos dirigentes de RN, en tanto, las cuentas no eran completamente alegres. Si bien se consideraba como un "golpe brutal" para Golborne el aparecer asociado al concepto de "abusos", tomaron con distancia la vehemencia del ex senador RN, en parte porque aglutina a la UDI detrás de su carta. Además, con miras a la encuesta CEP, no son pocos los que estiman que la tesis del "empate" que ha difundido el candidato puede convertirse en un bumerán si el sondeo refleja otra cosa.

En el oficialismo, sin embargo, el comentario obligado era que el episodio había generado trizaduras difíciles de recuperar. En la UDI, por ejemplo, realizarán una queja formal contra Allamand en el comité político del lunes. En RN, en tanto, algunos diputados buscaban gestionar con parlamentarios de oposición la realización de una sesión especial en la Cámara Baja, donde se analizara el problema de las cláusulas abusivas.

GOBIERNO ENTRA EN CAMPAÑA
La polémica entre Golborne y Allamand comenzó a poner en entredicho el diseño que La Moneda comenzaba a desplegar para reforzar su opción. En la medida en que los roces y peleas se incrementen, no hay espacio para impulsar estrategias coordinadas.

Hasta antes de que esas tensiones resurgieran, el plan del gobierno apuntaba a que, durante mayo, con la inscripción de las candidaturas de manera formal en la competencia de primarias, el Ejecutivo desplegaría con fuerza una plataforma para "apuntalar" la campaña. "Estresar el sistema", "agudizar las contradicciones", "atrincherarnos en el Congreso para desnudar las diferencias de ADN de la oposición" son frases utilizadas por algunos ministros para describir un libreto de dos vías.

Primero, instalar temas de debate que permitan contrastar las diferencias entre la Alianza y Bachelet, reforzando el mensaje de que la campaña de la ex mandataria "se ha izquierdizado". Segundo, buscar acuerdos con parlamentarios de perfil más moderado -principalmente en la DC- e instalar divisiones con el PC. Por ejemplo, con los proyectos de ley que tramitará el ministro del Interior, Andrés Chadwick, para castigar el maltrato contra Carabineros o subir las penas a los encapuchados en manifestaciones.

Una primera ofensiva, orientada a "exacerbar las contradicciones", se vio el martes, cuando Piñera -en radio Duna- calificó como "preocupante" la baja en el precio del cobre. Sus dichos, explican en La Moneda, no apuntan sólo a bajar expectativas y estrechar la cancha de los movimientos sociales en un año electoral. También buscan instalar una dicotomía, a juicio del Ejecutivo, en el sentido de que el gobierno piñerista ha actuado de manera responsable en contraposición a una Bachelet que promueve una segunda reforma tributaria y una nueva Constitución.

En dicha entrevista, el Mandatario también defendió el lucro en la educación. "No podemos perder la batalla ideológica", dice un secretario de Estado, mientras que otro agrega que el objetivo final es instalar que en la elección de noviembre se deberá definir entre "dos modelos distintos de sociedad: el del gobierno y la propuesta reformista e izquierdizante de Bachelet".

Un hito en esta estrategia debería ser la última cuenta pública del Mandatario el 21 de mayo. Ahí, enfatizará las comparaciones con la administración bacheletista. Además, Piñera tiene previsto nuevos anuncios para potenciar el "contraste de modelos". Uno de ellos vendrá en el área de Salud: el ministro Jaime Mañalich trabaja hace semanas en un plan para extender la libre elección de prestadores a los afiliados en Fonasa, lo que se concretaría a través de la entrega de un voucher. "Una medida de alto impacto social con trasfondo ideológico potente: es un ejemplo claro de Estado subsidiario", dicen en Palacio.

Todo este diseño del gobierno tiene como premisa el hecho de que, dice un ministro, ni Golborne ni Allamand han "copado muchos espacios". Sin embargo, en el comando del candidato de la UDI toman distancia. Cercanos a Golborne dicen que la estrategia del gobierno apunta a politizar el debate y que esto está en línea con la campaña de Allamand, quien ha apostado por remarcar su trayectoria y experiencia política por sobre los atributos personales del abanderado gremialista.

Incluso, más allá de la carga política del debate público, en el comando de Golborne resienten el hecho de que La Moneda haya decidido sumar cada vez con más frecuencia a ambos candidatos a la mayor cantidad posible de actividades de gobierno. Golborne ha comentado en privado que eso sólo lo pone "al mismo nivel" de Allamand pese a que, ha dicho el ex ministro, lo supera en las encuestas.

Las conclusiones por el lado de Allamand concuerdan en cierta medida con las de su contendor en la Alianza. El ex senador RN ha dicho en reserva que le acomoda que el Ejecutivo tenga un rol activo pues refuerza su estrategia de posicionarse como el "continuador" de la obra del gobierno.

En La Moneda descartan, en todo caso, que el diseño desplegado en los últimos días busque potenciar un candidato por sobre otro. E insisten en que el Ejecutivo se ha visto "obligado" a asumir un rol más activo en la medida en que los abanderados oficialistas no despegan en las encuestas. Las mismas fuentes advierten que, en la medida en que las tensiones se instalen en la contienda -como ocurrió esta semana-, pocas estrategias servirán para fortalecer las opciones de la Alianza.

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