Familia argentina que pasó un mes en aeropuerto de Río podría regresar en 3 días

Un empresario costearía los pasajes del matrimonio con sus tres hijas a Panamá, país donde residen.




El matrimonio argentino y sus tres hijas menores, dos peruanas y una costarricense, que permanecen desde hace un mes en el aeropuerto de Río de Janeiro, sin dinero, intentando conseguir un pasaje para Panamá podrían regresar allí el próximo 20 o 21 de este mes.

Según explicó hoy el policía militar Jose Walber Santos, que les aloja por las noches en su propia casa desde el pasado domingo, ya hay un empresario interesado por su situación que se ha comprometido a pagar los pasajes y darles, además, una cantidad de dinero, sin especificar, para ayudarles.

La pareja, de 43 y 49 años, afirmó haber llegado a Río de Janeiro junto con sus hijos y la hermana del marido el pasado 11 de junio procedentes de Buenos Aires, donde habían pasado siete meses visitando al padre de la mujer que permanece enfermo allí.

Según versiones de medios brasileños, ella se llama Liliana Sava, pero la mujer descartó que ese sea su nombre real y, en declaraciones hoy a periodistas, no quiso facilitar su verdadera identidad ni revelar otros detalles del grupo.

La mujer, reacia con la prensa, explicó que tras los siete meses en la capital argentina decidieron regresar a Panamá, donde aseguran residir, y vinieron primero a Río de Janeiro porque tenían unos pasajes reservados por una amiga de la familia para viajar desde Brasil hasta el país del istmo.

Sin embargo, según su propio relato, tuvieron una serie de complicaciones en el trayecto entre Buenos Aires y Río y ante la demora, su amiga canceló la reserva de los billetes y la familia se quedó en el aeropuerto internacional de Río, sin dinero para unos nuevos pasajes que les permitiesen llegar a Panamá.

"Nosotros no teníamos dinero para los billetes, veníamos a buscar ese día esos pasajes, pero tuvimos tantos problemas que dijo (la amiga): si no están, uso mi tarjeta para otra cosa", explicó la madre de familia.

Ante esta situación, la argentina reconoció que pidieron ayuda al Ayuntamiento de la ciudad y éste les ofreció alojamiento en un albergue municipal que finalmente, aunque "muy agradecidos", rechazaron y comenzaron a vivir en la zona de cafeterías del propio aeropuerto Antonio Carlos Jobim.

Así han permanecido durante tres semanas, ayudados por un gran número de trabajadores de la terminal aérea, que se solidarizaron con la situación de la familia y les facilitaron alimentos y productos de higiene.

"La gente de Brasil tiene el corazón más grande del mundo, el que menos plata tiene es el que tiene el corazón más grande", apuntó la argentina sobre sus vecinos continentales.

Por el contrario, la mujer lamentó que en su país de origen "se han perdido muchos valores".

"Todavía existe la amistad, todavía hay gente que da la vida por otros, pero se han perdido muchos valores. Hay gente de primerísima, pero antes se encontraban a cada rato, ahora con lupa, y creo que la culpa es también del bolsillo", explicó.

Durante este tiempo que han permanecido en Brasil, la familia incluso pidió asistencia al Consulado de Italia, debido a que un abuelo de la mujer era de esa nacionalidad.

A través del organismo italiano, la noticia llegó a oídos del Consulado argentino, que desde un primer momento se ofreció a pagar el retorno de toda la familia a Buenos Aires en autobús, medida a la que se muestran claramente reacios.

"Jamás volvería a Argentina", señala la mujer. "Hace muchos años que no vivo allí y no voy a regresar", argumentó también esta mujer que habla, además de español, portugués, inglés, italiano y algo de alemán.

"En Argentina no tengo trabajo ni casa, en Panamá tengo futuro", dijo a periodistas, aunque sin especificar las posibilidades laborales y de vida que tendrían en el istmo.

También se plantearon la posibilidad de viajar a Panamá vía Venezuela, algo que tampoco concretaron.

Finalmente, el citado agente de la Policía Militar les invitó a pasar las noches en su casa junto a su propia familia, mientras que de día regresaban al aeropuerto, hasta encontrar una solución a su problema.

"Todavía no sabemos dónde vamos, pero sí que salimos de Brasil", aseguró la mujer, quien advierte que "esto mañana le puede pasar a cualquiera, y más en la situación que está viviendo el mundo ahora".

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