Fiesta de Primavera en China, un paréntesis para regresar a casa

Inmigrantes chinos regresan a sus hogares para festejar con sus familias la gran celebración del año.




El viaje de la maestra Qin E para reunirse con su hijo, del que la separan 1.856 kilómetros, refleja la situación de los hasta 200 millones de inmigrantes chinos, que desde el pasado 30 de enero, regresan a sus hogares para festejar con sus familias la gran celebración del año, la Fiesta de Primavera.

Qin, 34 años, trabaja como maestra en Mongolia Interior y vive allí junto a su esposo, tan sólo puede volver a su ciudad natal, Nankín (Jiangsu, este de China), dos veces al año y este fin de semana emprendió el primer regreso a casa con motivo del Año Nuevo chino o Fiesta de Primavera.

"Viajo desde Mongolia Interior a Nankín con una amiga que también es de allí. Mi hijo está con mis padres en Nankín y voy a pasar la fiesta con ellos", explicó Qin cuando esperaba en la Estación Sur de Ferrocarril de Pekín, el tren que le llevaría hasta su ciudad natal.

El próximo Año Nuevo chino o Fiesta de Primavera, cuyo día de celebración depende del calendario lunar, porque éste es el que marca las festividades y los ciclos agrícolas del gigante asiático, comenzará el 14 de febrero bajo el signo del tigre.

La Fiesta de Primavera suele coincidir con la segunda luna nueva, tras el solsticio de invierno y se llama así porque se celebra poco antes del 4 de febrero, que para los chinos es el "Día de la Primavera", aunque este año, excepcionalmente, lo hará después de esa fecha.

"Esta fiesta es una celebración tradicional para los chinos, por eso es muy importante pasarla con la familia y volver a nuestra ciudad natal", aseguró Liu Yuanzheng, natural de la provincia de Anhui (este de China, a unos 884 kilómetros de Pekín).

VIAJES
Liu, 41 años, trabaja en una fábrica en Pekín y vive en la capital, mientras que su familia lo hace en Anhui y, al igual que Qin, tan sólo regresa a casa dos veces al año y ahora lo hace en tren por el Año Nuevo chino.

Qin y Liu forman parte de los entre 150 y 200 millones de trabajadores inmigrantes que abandonaron sus orígenes para salir adelante en las grandes urbes de China, porque muchos, como Yang Yongyi, no tenían trabajo y sobrevivían gracias a las cosechas de sus cultivos.

Yang, 47 años, que ahora vive en Pekín junto a su familia y trabaja en una empresa petrolera, regresa sólo una vez al año a su casa porque, según dijo "es la tradición".

Esta mujer también viaja en tren, el medio de transporte preferido por los chinos porque, a pesar de que algunos recorridos pueden durar más de 24 horas, es un sistema muy económico.

Mientras Yang y su familia viven en un mismo lugar, la de Cao Qingzhen, 77 años, no, ya que ella y uno de sus cuatro hijos residen en Pekín, otro lo hace en su ciudad natal, Nankín (Jiangsu), un tercero está en Shandong (este de China, a unos 493 kilómetros de Pekín) y el cuarto en Estados Unidos.

"Estoy en Pekín desde julio para cuidar de mis nietos cuando sus padres están trabajando. Ahora es la primera vez que vuelvo a Nankín y voy a ver allí a todos mis hijos, menos al que está en Estados Unidos porque no puede volver", contó Cao.

TREN
Según los datos recopilados por ocho ministerios chinos que se encargaron de preparar los medios de transporte para el Año Nuevo, se calcula que 210 millones de personas habrán viajado en tren desde el 30 de enero hasta el 10 de marzo con motivo de esta fiesta, lo que supondrá 6,5 millones de pasajeros al día.

China es un país con más de 1.300 millones de habitantes y, tal y como indican las cifras oficiales, se han previsto 2.540 millones de desplazamientos mediante tren, carretera, avión y barco en todo el país por este período festivo.

Aunque los festivos son el 14, 15 y 16 de febrero, lo habitual es que las vacaciones duren por lo menos una semana, tanto por los planes gubernamentales para estimular el turismo como para que compense el largo camino que hay que recorrer hasta llegar a algunos destinos, a veces de miles de kilómetros y varias jornadas de viaje.

Tan sólo quedan cuatro días para que llegue la noche del 13, en la que Liu, Qin, Yang y Cao, rodeados de motivos rojos y dorados, cenarán junto a los suyos tradicionales platos chinos y lanzarán petardos después de las doce campanadas para dar la bienvenida al Año del Tigre.

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