Filipinas recuerda tercer aniversario de matanza que costó 58 vidas

La Fiscalía y los familiares de las víctimas han acusado a la defensa de presentar continuamente alegaciones para ralentizar este macrojuicio en el que han declarado unos 100 de los 500 testigos convocados.




Decenas de filipinos se manifestaron hoy en Manila para pedir que se haga justicia con los responsables de las muertes de 58 personas cuando se cumple el tercer aniversario de la matanza ocurrida en el sur del país.

La manifestación comenzó con una misa en recuerdo de las víctimas y tiene previsto a lo largo del día continuar con una marcha que pasará por la Comisión Electoral, el club de la Prensa Nacional y el Tribunal Supremo donde se juzga a los presuntos culpables. 

El centenar de acusados detenidos incluyen al patriarca, un hijo y tres hermanos de la familia Ampatuan, acusados de organizar la matanza contra la comitiva de un político rival en la convulsa provincia de Maguindanao.

La Fiscalía y los familiares de las víctimas han acusado a la defensa de presentar continuamente alegaciones para ralentizar este macrojuicio en el que han declarado unos 100 de los 500 testigos convocados. 

Entre los muertos había 32 periodistas que acompañaban al entonces candidato y actual gobernador de la provincia, Ismail Mangudadatu, que perdió a su mujer y varios familiares en la matanza.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch instó ayer al presidente filipino, Benigno Aquino, a acabar con los decenas de Ejércitos privados que, como el de los Ampatúan, son contratados por poderosos clanes familiares en todo el país. 

"Hace tres años que ocurrieron los horrores de la masacre de Maguindanao, el juicio apenas avanza, la mitad de los sospechosos se encuentran en libertad y las familias de las víctimas aún sufren amenazas", dijo en un comunicado Brad Adams, director de HRW en Asia.

El gobierno de Aquino asegura que está haciendo todo lo posible para que el proceso judicial no sufra interrupciones y que ha conseguido reducir las milicias privadas a 60 desde los 112 que había a finales de 2010.

El principal sospechoso es Andal Ampatuan Jr., miembro de una notoria dinastía que controlaba la provincia y quien pretendía eliminar a Mangudadatu de la carrera electoral contra su padre, también llamado Andal Ampatuan.

Amapuan padre no fue reelegido gobernador, pero la familia aún continúa siendo uno de los clanes más poderosos en la región e incluso 74 de sus miembros se han registrado como candidatos a las elecciones que tendrán lugar en 2013.

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