Fue por una tos y quedó para trasplante

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De un día para otro, la vida de Fernando Ponce cambió drásticamente. Hoy sólo otro corazón puede devolverle la normalidad a su rutina.




Parecía una simple tos. Los médicos que examinaron a Fernando Ponce (29), en septiembre pasado, diagnosticaron primero una bronquitis y luego una neumonía. Sin embargo, cuando la tos ya no lo dejaba dormir y se acompañaba de un fuerte dolor en el pecho, sólo por las noches, además de cansancio tras caminar tramos cortos e incluso al hablar, los especialistas comenzaron a pedir más exámenes. Finalmente, se determinó que el joven ingeniero tenía líquido en los pulmones y una alteración en el lado izquierdo del corazón que estaba funcionando al 20%, cuando lo normal es un 70%.

Tres semanas después de la primera consulta, Ponce era internado en condición grave en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, y pasaría a ser prioridad nacional para un trasplante de corazón. "Tenía una vida muy normal. No tomo, no fumo, no soy muy carretero; si bien no tengo una vida tan activa, tampoco es ultra sedentaria. Todo esto ha sido muy repentino", dice, todavía sorprendido con la situación que lo tiene conectado a un dispositivo de corazón artificial.

Lo que más sorprende al "Flaco", como le dicen sus amigos y familia, es que nadie de su grupo tiene antecedentes de problemas cardiacos ni ha requerido un trasplante, lo cual hace su caso aún más extraño. Asimismo, agradece el haber "llegado a tiempo porque si no no estaría vivo", cuenta desde su cama, en el recinto asistencial de Marcoleta.

Pablo Castro, Jefe de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la Red UC Christus, explica que lo más probable en el caso de Fernando, cuyo diagnóstico es una miocardiopatía dilatada, es que "haya tenido una inflamación del corazón hace unos dos meses, donde la causa más frecuente de esa inflamación son infecciones virales, y como secuela desarrolló dilatación del corazón e insuficiencia cardiaca".

Pese a que la donación de órganos fue un tema conversado en familia con su pareja, donde ambos decidieron ser donantes, Fernando recuerda que al hacerlo "uno en verdad no se espera algo así".

Agrega que "estar en esta situación, para mí, pero también para el resto, hace que uno se dé cuenta de lo importante que es la donación, porque nunca piensas que le va a pasar a una persona cercana, y menos de un día para otro".

El susto también fue para su familia, que de inmediato activó en redes sociales una campaña denominada "#un corazón pal flaco".

Sus amigos están difundiendo en diferentes soportes la historia de Fernando mediante una carta que él mismo escribió, que parte con su descripción y la frase "La vida hasta hace un mes atrás era perfectamente normal, trabajaba, vivía con mi pareja y mi hijo de tres años".

En la misiva, Fernando explica por qué decidió contar su historia: "La comparto para que muchos comprendan la importancia de discutir el tema de la donación de órganos. Yo, al igual que muchas de las familias que esperan un trasplante, nunca imaginé que estaría en esta situación, menos aún de esa forma tan repentina como sucedió. Un día, sin previo aviso, esto le puede suceder a cualquier persona".

Mientras espera, Fernando se prepara para estar en buenas condiciones para el trasplante. Cuenta que lo único que quiere es "volver a tener una nueva oportunidad", que le permita seguir jugando con su hijo Martín, con quien pasa gran parte de su tiempo libre.

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