Fuerzas sirias recuperan antigua fortaleza de la época de las Cruzadas

El régimen sirio reconquistó el jueves una antigua fortaleza de tiempos de las Cruzadas, el Crac de los Caballeros, dando un paso esencial en su estrategia de cerrar las vías de aprovisionamiento rebeldes desde el Líbano.

Se trata de la tercera conquista de una ciudad rebelde en la región que bordea la frontera libanesa en menos de una semana. El régimen cuenta desde  hace varios meses con la ayuda del movimiento chiita libanés Hezbolá mientras que dentro de la rebelión se han registrado divisiones.

"El ejército sirio izó la bandera de la nación en el Crac de los Caballeros, en la provincia de Homs, tras aplastar a los terroristas que se escondían allí", afirmó la televisión siria.

Esta ciudadela, ubicada en la cima de una colina, fue construida en 1031 por la dinastía de los abasíes. En 1142, en la época de las Cruzadas, el  castillo fue confiado a la Orden Hospitalaria. Fue también en esa época en la  que recibió el nombre de Crac de los Caballeros.

Saladino, a pesar de sus victorias contra los cruzados, nunca pudo apoderarse del fuerte hasta que en 1271 lo consiguieron los mamelucos.

En julio 2011, unos meses después del inicio de la revuelta siria, los habitantes sunitas de la ciudad de Hosn se apoderaron de la fortaleza, y luego  rebeldes -principalmente libaneses- llegaron en apoyo. Además de los salafistas de Jund al Sham, entre las filas de los rebeldes se contaba un gran número de  yihadistas del Frente al Nosra.

"El Crac de los Caballeros y la región aledaña fueron liberados de los hombres armados provenientes de Siria, Líbano y de otros países. Estratégicamente, esto quiere decir que la ruta de abastecimiento que empezaba en Wadi Jaled, en Líbano, en dirección de Tal Kalakh y de Homs quedó cortada y hemos terminado con la infiltración de los terroristas", declaró un coronel al  canal Al Mayadeen, con sede en Beirut.

"Ahora, podremos ocuparnos de otros lugares de la provincia" de Homs, añadió.

La conquista de esta fortaleza llega tras una serie de éxitos del ejército sirio en la región montañosa de Qalamun, en el centro del país, con la toma el  domingo de Yabrud y el miércoles de Ras al Ain.

Teóricamente, con la toma del Krack de los Caballeros, todos los accesos a Líbano, considerada como la base trasera de los rebeldes, quedan así cerrados.

CUERPOS FLOTANDO EN EL RÍO

Un jefe de las Fuerzas de Defensa Nacional (FDN) indicó que 40 rebeldes fueron abatidos cuando intentaban huir.

Entre ellos figura un jefe islamista libanés, Jaled Mahmud al Dandashi, conocido como Abu Sleiman al Mohajer, que había sido liberado tres años atrás  de la prisión libanesa de Rumie donde estaba detenido por pertenecer a una organización terrorista. Se había unido luego a la rebelión siria, en donde  dirigía Jund al Sham.

Por su parte, una fuente de seguridad libanesa reportó 60 heridos, civiles y combatientes, en bombardeos de la artillería siria cuando estas personas  intentaban cruzar el río Nahr al Kebir que separa a Líbano de Siria.

Algunos fueron alcanzados en territorio sirio, otros del lado libanés, según la misma fuente, que añadió que fueron hospitalizados en Líbano.

"La gente comenzó a huir de Hosn hace tres días, 300 llegaron hasta aquí. 130 llegaron el jueves, pero 60 murieron o resultaron heridos", dijo a la AFP  Jaled Husein, residente del pueblo fronterizo libanés Wadi Jaled.

"Aún hay cuerpos flotando en el río", agregó. Un periodista de la AFP, que fue hasta la zona, escuchó bombardeos del otro lado de la frontera.

Muchos de los combatientes rebeldes en Hosn eran libaneses, según Husein.

No obstante, Charles Lister, investigador asociado de Brookings Doha Center, minimizó esta victoria.

"Para la oposición, Homs y el norte de Damasco van a sufrir de la pérdida de la frontera libanesa, pero no creo que esto afecta de manera significativa  los operativos en el terreno", sostuvo.

Por otra parte, un convoy humanitario que transporta comida, frazadas y medicamentos, enviado por varias organizaciones de Naciones Unidas, cruzó el  jueves el puesto fronterizo turco-sirio de Nusaybin, con destino a la ciudad siria Qamishli, en el nordeste de Siria.