Ganador del World Press Photo 2011: El mundo árabe "no tiene miedo a la fotografía"

El español Samuel Aranda se encuentra en nuestro país presentando la última muestra del reconocido concurso de fotoperiodismo, que recorrerá en total 100 ciudades de 45 países.




El ganador del World Press Photo 2011, el español Samuel Aranda, quien se encuentra en nuestro país presentando la última muestra del reconocido concurso de fotoperiodismo -que recorrerá en total 100 ciudades de 45 países-, señaló que "la gente (del mundo árabe) no tiene ese punto de paranoia, de miedo hacia la fotografía". En la ocasión, el fotógrafo hoy radicado en Túnez, señaló que "son gente más abierta que en Occidente y me he quedado allí a vivir, porque me siento más cómodo".

La muestra destaca la imagen que Aranda tomó en Yemen, en octubre pasado y que retrata a una mujer, Fátima al-Qaws, mientras acuna a su hijo Zayed, de 18 años, afectado por los gases lacrimógenos, luego de participar en una protesta callejera en Saná.

Revoluciones como la de Yemen, siguen ocurriendo, sin embargo el fotógrafo español viajaba por esas tierras desde antes que comenzara "la primavera" en esa zona.

CULTO POR LO "DIFERENTE"

Respecto de esta experiencia, Aranda confiesa que le atrae más esa región -Medio Oriente- que otras que le podrían resultar más familiares, ya que cree que "es más fácil fotografiar algo que es muy diferente a tu cultura".

De hecho el único trabajo que realizó en Latinoamérica fue en Medellín (Colombia), invitado por el ex alcalde Sergio Fajardo, para reflejar el cambio positivo que vivió esa ciudad, que siempre ha destacado por el narcotráfico.

Su próximo proyecto volverá a tener el mundo árabe como escenario: allí planea, junto a "un grupo de amigos" de la agencia Magnum, documentar las transiciones políticas de esos países desde un punto de vista positivo.

PRIMEROS PASOS

Este fotógrafo hispano, que ha trabajado para agencias internacionales como Efe y France Presse, confiesa que sus primeras tomas detrás de una cámara fueron también "accidentales".

Comenzó, a los 19 años, pintando grafitis y fotografiando esos dibujos, y casi en la misma época, en su pueblo, Santa Coloma de Gramanet, comenzó a expresarse cierto malestar social.

"Era un barrio bastante problemático y empecé a hacer fotos de mis amigos manifestándose en el barrio. Y algunos periódicos comenzaron a interesarse por las fotos hasta que al final pude vivir de eso. No era nada vocacional, fue casi accidental", relata.

Precisamente para él, criado en ese municipio del cinturón industrial de Barcelona, punto de destino de inmigrantes que en los años 60 abandonaron las zonas rurales de Andalucía, Extremadura y Castilla, la peor experiencia de su carrera ha sido vivir los dramas de la inmigración.

"Sobre todo los inmigrantes africanos que intentan entrar a España y (es) muy frustrante por la política represora y racista que tenemos en España hacia los inmigrantes. Eso me produce bastante frustración", confiesa este fotógrafo, que en sus viajes ha cruzado las fronteras de Irak, Pakistán o Líbano.

PRINCIPIOS BASICOS

En todas esas coberturas, Aranda, que no se considera "un fotógrafo de primera línea" sino más bien de "retaguardia", ha aprendido a moverse y a saber "dónde está la línea que ya no tienes que cruzar". "Es bastante intuitivo", asegura.

También a nivel ético, para él los principios básicos, como no realizar montajes o no intervenir para provocar una situación, resultan sencillos. Junto a esto, entre la constante agitación que vive el fotoperiodismo, Aranda cree que, más que crisis, "hay una evolución"."Simplemente hay que adaptarse a eso. Quizá ahora hay que buscar nuevas fórmulas, hacer exposiciones, libros, buscar patrocinadores. Ya no se puede vivir a lo mejor sólo de las revistas, pero yo creo que es simplemente adaptarse y poco más", concluyó el joven fotógrafo.

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