Grammy 2017: la batalla definitiva entre las dos reinas del pop

El escenario no podría ser mejor para los encargados de la ceremonia de entrega de los Grammy 2017. El próximo 12 de febrero, en el Staples Center de Los Angeles, no sólo se conocerá a los ganadores en las diversas categorías del mayor premio musical de la industria. Como si de una pelea de boxeo se tratara, lo de esa noche será también una suerte de "pelea del siglo" entre las artistas más exitosas y populares de la última década, Beyoncé y Adele, quienes se disputarán las categorías más importantes del evento.

No hubo grandes sorpresas en el anuncio realizado ayer por la Academia de la Grabación: tal como adelantaron los expertos, la británica y la estadounidense están nominadas a Canción del año y Grabación del año -dos de los gramófonos más apetecidos- por Hello y Formation, singles de sus respectivos últimos discos, 25 y Lemonade, que también son candidatos a Album del año. En Grabación del año, las dos emperatrices de la música contemporánea se enfrentarán a 7 years de Lukas Graham, Stressed out de Twenty One Pilots y Work de Rihanna y Drake. En tanto, en la categoría disco, lo harán frente a Purpose de Justin Bieber, Views de Drake y A sailor's guide to Earth, el último LP del cantante country Sturgill Simpson y tal vez la única gran sorpresa de las nominaciones.

Con Taylor Swift, Kendrick Lamar y Ed Sheeran -los tres grandes ganadores de los Grammy 2016- sin material en competencia para este año, y luego que el solista estadounidense Frank Ocean decidiera no postular Blonde a la academia, la mesa está servida para el enfrentamiento de los grandes referentes femeninos de la industria actual, en el que será, además, el choque directo entre dos estilos contrapuestos.

Por un lado, la esposa de Jay-Z, ícono del girl power de estos tiempos, así como de la moda, la sensualidad, las coreografías que dominan las pistas y las nuevas plataformas digitales. Beyoncé corre con ventaja al menos en cuanto a cantidad de postulaciones -nueve en total, más que ningún otro este año- y a la variedad de éstas. Y es que además de los ya mencionados, la solista sacó réditos de la asombrosa variedad estilística de su celebrado álbum visual Lemonade y es candidata en apartados tan distintos como Mejor interpretación solista pop (por Hold up), Mejor interpretación rock (Don't hurt yourself, junto a Jack White), Mejor disco urbano contemporáneo (Lemonade) y Mejor canción rap (Freedom, junto a Kendrick Lamar).

En la otra esquina, la antítesis de la californiana, prodigio vocal y emblema de los himnos confesionales así como último gran referente - y salvadora- de la "vieja" industria musical, aquella en la que aún se vendían discos físicos. Si se considera que los Grammy no sólo premian calidad sino también cifras de venta y promoción, Adele también tiene sus argumentos para la ceremonia de febrero. La autora de Hello, la artista más exitosa por lejos del último tiempo, convirtió a 25 en el álbum más vendido del año -con 20 millones de copias despachadas hasta junio pasado- que por segunda vez la hicieron acreedora del Disco de Diamante.

Como sea, independiente de quien resulte victoriosa en la próxima ceremonia del Grammy, lo que está claro es que el gran ganador es desde ya Columbia Records, sello discográfico de ambas cantantes.

Otros candidatos

Junto a las dos reinas de la industria planetaria, otros nombres reafirmaron su buen presente tras el anuncio de ayer. Justin Bieber, por ejemplo, quien por primera vez compite en categorías trascendentales -como Canción y Álbum del año- gracias a Purpose, el LP que amplió su audiencia y su abanico estilístico. Lo mismo su compatriota Drake, quien sigue a Beyoncé en cantidad de postulaciones (ocho en total) incluyendo Álbum del año por el elogiado Views.

Y mientras el rock parece alejarse definitivamente de los apartados más importantes, quien sí es reconocido en las últimas nominaciones es David Bowie, quien compite de forma póstuma por cinco gramófonos con su disco-obituario Blackstar y el tema homónimo de éste, entre ellas, Mejor álbum de música alternativa, Mejor performance de rock y Mejor canción de rock.