Guardianas de la cultura

El hecho de que en nuestros colegios no se enseñe mapudungún y no haya un rehue, es un tema que preocupa a Karina Doña, coordinadora nacional del programa Orígenes de la Conadi.

El tema indígena siempre le atrajo, por eso no dudó en aceptar el cargo de coordinadora de Orígenes, en 2010. El programa comenzó en 2007 financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e inserto en la Conadi. El objetivo fue trabajar con comunidades indígenas de siete regiones financiando proyectos agropecuarios, ganaderos, de capacitación y culturales, siendo precisamente en estos últimos donde más mujeres hubo detrás.

"Estoy fascinada con lo que he descubierto del mundo indígena", sostiene Karina Doña, quien considera que la mirada del chileno con respecto de este mundo está provista de rasgos negativos. "Me encantaría poder mostrar a través de la experiencia de las mujeres que hay un liderazgo real, y que por lástima, es un poco invisible", asegura Karina Doña. "Son las mujeres las que están a cargo de la tierra, la contención y los hijos. La madre es la ñaña, la que perpetúa la cultura, la lengua, la que conoce la historia y las hierbas".

En el plano cultural trabaja Verónica Figueroa, académica del Instituto de Asuntos Públicos en la U. de Chile y quien dirige la cátedra indígena en el mismo establecimiento. Es también consejera indígena y desde 2010 está realizando su posdoctorado en estudios Latinoamericanos en la Universidad de Stanford. Y en la labor regional, ha destacado Marisel Gutiérrez, de etnia aimara, coordinadora regional de Orígenes en Arica.

Marisel Gutiérrez no fue la única coordinadora regional a cargo durante el desarrollo del programa. El BID tiene una política de género establecida para los estados miembros que indica que cada proyecto que financia debe tener una política de género rescatable. La primera medida fue contratar jefaturas femeninas, "con las mujeres se da una dinámica distinta. Hemos tratado de rescatar y visibilizar el trabajo de ellas", explica Karina Doña. Se firmó un tratado con el Sernam y la Región de Los Lagos, el cual se centró en el emprendimiento femenino indígena desde el punto de vista del rescate de las tradiciones. Esto permitió que en la región se realice la mesa rural indígena femenina. La cabeza fue Lorena Schaff, coordinadora de Los Lagos, quien estuvo a cargo de las comunidades huilliches. Mientras trabajó para el programa, se focalizó en 103 comunidades en donde el 48% del liderazgo era femenino.

Por su parte, la coordinadora en La Araucanía, Maritza Bastías se centró en la línea del emprendimiento femenino y desde diciembre de 2010 trabajó con 764 comunidades indígenas. Asegura que los conflictos se ven principalmente originados por la falta de comunicación interna en las comunidades. Además, Maritza Bastías destaca la importancia de la recuperación de la lengua y a las mujeres como las que incentivan el amor a sus tradiciones.

Entre las dirigentas sociales que destacan en el programa, figuran Claudia Pailalef y Ana Llao. Esta última destaca la multiplicidad de formas de participación política que se pueden encontrar dentro del mundo indígena, en donde las mujeres ocupan un lugar desde el que se pretende dar a conocer sus demandas para preservar la cultura e identidad de sus pueblos. Para Ana Llao, el creciente respaldo ciudadano a integrantes de pueblos originarios que se vio en las últimas elecciones municipales sólo demuestra la confianza que la ciudadanía ha puesto en los líderes de esos pueblos.

A Karina Doña le encantaría poder transmitir la experiencia que vivió durante el desarrollo del programa con los indígenas: "No he visto gente más alegre, más generosa en explicarnos y compartir con los que no somos indígenas. Su profunda espiritualidad también es admirable".

A todo esto se suma el tema del creciente liderazgo femenino en este mundo, considerando que el mundo mapuche ha sido generalmente descrito como machista. Karina Doña como Lorena Schaff coinciden en la admiración por el empoderamiento con que las mujeres indígenas ejercen su rol, lo que les ha permitido cooperar en el desarrollo tanto cultural como económico a través de microemprendimientos.

Lorena Schaff lo ve "como un camino en el que aún falta mucho por recorrer, pero en el que, sin embargo, encontramos casos de mujeres que se están destacando. A través de Orígenes fuimos conociendo y potenciando el liderazgo de presidentas de comunidades que, en la suma total, fueron las que obtuvieron mejores resultados en sus proyectos".