Guillier enfrenta fuerte tensión con partidos que respaldan su candidatura

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Dirigentes y candidato no consiguen establecer relación formal. Demora en instalación de comando despertó inquietud. Directivas han debido salir a enfrentar rumores que han puesto en duda la continuidad del senador en la carrera presidencial.




"Delegar" funciones en los partidos. Ese fue uno de los mensajes que le trasmitieron el martes a Alejandro Guillier desde las colectividades que apoyan su candidatura.

El tema surgió en una reunión entre Guillier y los timoneles del PPD, Gonzalo Navarrete, del PR, Ernesto Velasco y el secretario general del PS, Andrés Santander.

Tras la cita, circularon versiones de un fuerte enfrentamiento verbal entre los dirigentes y el candidato. Incluso trascendió una supuesta amenaza de Guillier de abandonar la carrera presidencial si se mantenían las presiones sobre su figura. El dato fue objeto de debate ayer en la Nueva Mayoría y los jefes de partido tuvieron que hacerse cargo de lo que fue considerado como un "rumor" sin fundamentos. Varios de los presentes en la reunión negaron las versiones y ese mismo día martes, Guillier fue consultado por el tema descartando los hechos y asegurando que llegaría a noviembre. "La salud está buena y el ánimo también. Cuando me comprometo a algo, lo cumplo", dijo ese día.

Los dirigentes sí reconocen tensiones que tienen que ver con apoyar la gestión del abanderado en una campaña presidencial que se ha puesto cuesta arriba, por decisiones del propio candidato. La principal inquietud de los dirigentes apunta a la demora en la instalación de un comando de campaña.

Aunque Guillier señaló el martes que la estructura se presentaría antes del 11 de junio -día en que sería proclamado conjuntamente por los partidos que lo respaldan-, en el oficialismo reconocen que se ha pedido acelerar la confección del equipo y que el proceso ha sufrido "retraso" y "traspiés".

Entre ellos, que Guillier ha puesto reparos a algunos nombres presentados desde las colectividades, ya que no cumplirían con el perfil que espera el candidato.

Desde las tiendas, de hecho, hacen hincapié en que no se ha logrado conformar una plataforma pese a que Guillier recibió entre abril y mayo el apoyo del PS, del PPD, el PC y el MAS, sumándose al respaldo que le dio en enero el Partido Radical.

Algunos atribuyen también la demora en la presentación del comando a las "aprensiones" del propio abanderado para otorgar un rol protagónico a las colectividades.

A fines de abril, y tras presentar a su nuevo jefe de gabinete, Enrique Soler, Guillier advertía que elegiría para su comando a personas que le den "garantías de confianza y de cercanía", generando réplicas desde las colectividades.

"Alejandro tiene pleno derecho a tener su jefe de gabinete. Cosa distinta es configurar el comando, donde se tendrá que conversar con los partidos y juntos tomar la decisión", señaló en esa oportunidad el timonel radical, Ernesto Velasco.

Pese a ello, Guillier no morigeró su discurso. "Nosotros vamos a hacer una campaña independiente, ciudadana. Los partidos nos ayudan, tenemos las puertas abiertas, pero la vamos a hacer los ciudadanos con ayuda de los partidos. No se la vamos a entregar así no más", dijo el 11 de mayo, solo días después de advertir a las colectividades que "el dueño de casa soy yo".

Bajo ese escenario, en las últimas semanas ha crecido la presión desde los partidos lograr una mayor injerencia a través de una estructura de campaña, surgiendo ideas como que Guillier incluya voceros de los partidos, además de una suerte de generalísimo o jefe de campaña.

Ayer, de hecho, en una reunión de Navarrete con los senadores PPD, los legisladores plantearon que una buena fórmula sería generar tres vocerías.

El arribo formal de los partidos a través de un comando podría -de acuerdo a algunos- ayudar a repotenciar la campaña en minutos en que las colectividades ven con preocupación el "estancamiento" que ha sufrido el abanderado en las encuestas.

De acuerdo a la Adimark, si en enero el abanderado tenía un 28% de apoyo, los números han ido bajando progresivamente: 25% en febrero, 23% en marzo y 19% en abril. Entre los partidos que lo apoyan hay preocupación de que ese deterioro se confirme en la próxima Adimark y en la CEP que se daría a conocer en un par de semanas.

La candidatura, además, ha debido hacer frente a la irrupción de la posible carta presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, que en su primera medición -en la Adimark de abril-, logró un 11% de apoyo, a solo 8 puntos del también periodista.

A la falta de comando se suma la crítica -transversal en los partidos- de que aún no se conozca una propuesta formal de programa de gobierno.

Si bien Guillier designó a fines de abril a Osvaldo Rosales como jefe programática -quien se ha reunido con los partidos y trabaja en una estructura programática- en los partidos sienten que el senador no ha logrado instalar una agenda concreta.

Algunos parlamentarios de partidos como el PS y el PPD, además, acusan derechamente una "desafección" con el abanderado. "No lo conocemos" dice un senador del bloque, "está aislado", complementa otro integrante de la Cámara Alta.

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