Hebe Uhart: "En Latinoamérica aprendo en la calle"

Mañana, la escritora argentina presenta en Chile Un día cualquiera.




Estudió filosofía. Hizo clases por 20 años en la Universidad de Buenos Aires y hace una década jubiló. La escritora argentina Hebe Uhart (77) enseñó a Nietzsche, Platón, Simone Weil y escribe tan sencillo como un niño o como dijo el narrador Haroldo Conti: "Su escritura es tan simple que por momento parece infantil".

"Es una esquizofrenia. No se entiende de otra manera", dice Uhart sobre su relación con la filosofía y la literatura. Sentada en un café de calle Huérfanos, Hebe Uhart llegó a Santiago para presentar Un día cualquiera (Alfaguara), su último libro de cuentos. Una especie de autobiografía, donde describe situaciones de infancia, familiares, de sus vecinos de Moreno, ciudad a 36 kilómetros de Buenos Aires, sus días de profesora y el relato de experiencias como dejar de fumar.

Uhart comenta que la entretenía hacer clases. "El efecto es inmediato. Si les gusta la clase a los alumnos están todos contentos, sino les gusta, se nota", dice. Y agrega que la única pensadora que relee de sus años de maestra es Simone Weil.

Considerada una autora de culto en Argentina y destacada por pares como Ricardo Piglia y Fogwill, Uhart presentará mañana, a las 19.30, Un día cualquiera en la librería Qué Leo de Ñuñoa. Estará acompañada de los escritores chilenos Alejandra Costamagna, Diego Zúñiga y Alejandro Zambra.

En 2011, Uhart logró un tardío reconocimiento con Relatos reunidos, volumen que recopiló, en 400 páginas, su mejor narrativa. El mismo año se editó Viajera crónica, sus impresiones de su recorrido por países como Uruguay, Perú, Brasil, Ecuador, Paraguay y Chile.

En Un día cualquiera las historias, aparentemente mínimas, descifran una serie de conductas humanas. En el cuento Para dejar de fumar, Uhart narra su participación en un grupo para abandonar el tabaco. "En realidad, todas estas técnicas grupales son profundamente cristianas: está la caída, la redención, y finalmente la conversión y el mal es la tentación", dice la escritora que al lado de su café cortado apoya una caja de cigarrillos.

Uhart comenta que no tiene amigos escritores. "Son casi todos profesores, sicólogos y vecinos del barrio. Con ellos me relaciono", dice. Y recuerda que siendo joven se encontró con Jorge Luis Borges en una calle bonaerense: "Le hablaba al aire, ya estaba ciego y me aburrió".

Columnista del diario uruguayo El País, la autora prepara un libro de ensayos sobre las realidades sociales del continente. "No basta con las leyes para entender la realidad de un país. Me interesan las conductas, los hábitos de las personas y así poder entender los procesos políticos", dice Uhart, quien hoy viajaría a conocer Valparaíso. "En Latinoamérica aprendo en la calle, en Europa da la sensación que hay que estudiar para ir. Para conocer el Vaticano hay que estar como dos meses", dice riendo.

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