Herederas de estilo

<img alt="" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586904.jpg" style="padding: 0pt; margin: 0pt;" width="50" border="0" height="15">  Con proyectos profesionales en los que reinan las pasarelas, las revistas y el diseño de ropa y accesorios, Charlotte Casiraghi, Lourdes María Ciccone León, Alice Dellal y Pixie Geldof brillan con luz propia.




LOURDES CICCONE: CHICA MATERIAL
Tiene sólo 13 años, un físico que aún no se asienta y cerca de ocho mil euros al mes para gastar en caprichos. Entre estirón y estirón, su clóset se va reciclando, cambiando para adaptarse al proceso de búsqueda de identidad propio de su edad. Lourdes María Ciccone León, la hija que Madonna tuvo con el entrenador cubano Carlos León, es una adolescente de tomo y lomo. Por eso mismo, un día se deja ver con un abrigo perfecto, al otro, con chaquetas de estampados florales muy lady like; al siguiente, con diferentes tipos de géneros escoceses -tartán, para usar el nombre exacto- en combinaciones que antes habrían parecido imposibles. O bien con gigantes chalecones de colores y medias rotas, como emulando el punk.

Qué duda cabe: en su clóset todo es experimentación. Y justamente por esto, la empresa Iconix Brand Group -dueña de marcas de ropa deportiva como Mossimo y Ocean Pacific, o de otras más fashion, como Badgley Mischka- decidió que ella (supevisada por su madre, por supuesto) era el socio perfecto para crear una marca de moda deportiva, casual y más bien económica, dirigida al público teen sediento de prendas llenas de color y atrevimiento.

Nada le podría haber gustado más a esta chica que los medios internacionales están calificando como el nuevo ícono de la moda adolescente. La hija de la reina del pop, más conocida como Lola, ha gritado a los cuatro vientos que la moda la seduce como un imán. Especialmente después de saber cómo su madre logró imponer códigos estéticos en todo el mundo durante su juventud, y aun hasta hoy.

El lanzamiento de este proyecto está previsto, según las agencias informativas, para agosto de este año. Y tendrá un nombre más que sugerente: Chica Material. Un título que toma prestado del tema con el que su madre rindió tributo al consumismo exacerbado de los años 80. Y que calza a la perfección con lo que, según se especula, será la tónica de esta marca que está por nacer: abundancia de colores flúor, rayas en blanco y negro, anteojos grandes y estampados. Todo muy ochentero pero con el sello del siglo XXI, tal como la música y los looks que la propia Madonna no para de producir.

ALICE DELLAL: SENSUAL Y ROCKERA
En los años 70, el magnate brasileño Jack Dellal, vinculado con el negocio de las propiedades, no vio con muy buenos ojos que su bella hija Andrea, de mirada penetrante y piernas largas, entrara en el mundo de la moda. Pero las pasarelas y las fotos para revistas terminaron por convertir a esta espigada mulata en un fenómeno que dejó huella en la historia de la moda de su país y fue admirada por diseñadores como Thierry Mugler y Valentino.

Hoy, Andrea vive en Londres, donde es una reconocida socialité. Ahí una de sus herederas, Charlotte, gana fama con Charlotte Olympia, su propia marca de zapatos. Pero es su hija Alice, de 23 años, quien se roba las cámaras en cuanto evento se presente. Y no sólo por lo regia que es, por el natural tono bronceado de su piel (tan difícil de encontrar en Inglaterra) o por su costumbre de usar peinados extraños, con zonas rapadas. Alice es objeto de atención mediática principalmente por la carrera que ha forjado en el mundo del modelaje. Una carrera que comenzó en el año 2003 y está tapizada de éxitos, a pesar de que no mide más de un metro sesenta y cinco. ¿Ejemplos? Año 2006: el celebrado fotógrafo internacional Mario Testino la fotografía para Burberry.  Año 2007: la revista Nylon la destaca como figura emergente. Año 2008: reemplaza nada menos que a Kate Moss como rostro de la marca de ropa interior Agent Provocateur. Año 2008: desfila  para Vivienne Westwood y Alexander Wang, además de firmar como rostro de Mango. Año 2010: participa en el show de alta costura de Valentino en París, la más exigente de las pasarelas. ¿Es necesario dar más?

Las malas lenguas, que abundan en el mundo de la moda, dicen que gran parte de su triunfo se debe a dos amigos de sus padres: Mick Jagger, el afamado vocalista de los Rolling Stones, y el ya mentado Mario Testino, favorito de revistas como Vogue o Vanity Fair. Como sea, es innegable que su estilo sensual y rockero la ha convertido en una it girl, como se les llama a las chicas de las que todo el mundo fashion está hablando.

PIXIE GELDOF: GENES REBELDES
No debe ser simple ser hija de la modelo, presentadora de televisión y escritora Paula Yates. Además de morir por una sobredosis de heroína, posó desnuda para Penthouse, escribió un libro que se llama Sexo con Paula Yates y tuvo que ser internada por problemas siquiátricos en reiteradas oportunidades. Nada fácil para una niña pequeña.

Hoy, con 20 años, Pixie es una de las reinas de la vida nocturna londinense. La prensa recoge con ansias y no poca saña todo lo que esta mujer -que se hizo famosa por su peinado aparentemente inspirado en Billy Idol- hace apenas el sol se esconde. Es que, si algo heredó de su madre -además de ese look estudiadamente agresivo y algo punkie- es el afán por llamar la atención. Los fotógrafos de las páginas de moda callejera que abundan en internet corren tras ella con el único afán de captar su último atrevimiento fashion y someterlo al escrutinio público. Porque ella no es la diva del buen gusto, sino la de la libertad. Todos en Londres quieren saber qué ropa está usando.

Junto con ser número puesto en las primeras filas de los desfiles, Pixie trabaja como modelo. Hace poco fichó con la agencia Next Model Management y ha desfilado para Vivienne Westwood Red Label y para Jeremy Scott, diseñador norteamericano que ha vestido a Madonna y a Björk, entre otros altos estandartes del mundo de la moda.

Su carrera en estas lides no parece empañarse con los escándalos con los que cada cierto tiempo alimenta a la prensa amarilla. Como, por ejemplo, cuando llegó con un vestido de encaje morado completamente transparente de House of Holland -la casa de modas preferida por las chicas más trendy de Londres- a un after party en el Hotel Mandarín Oriental, a propósito de la entrega de los Brit Awards, en febrero de este año. Acostumbrada a ser símbolo del desenfado, le dio lo mismo que se comentara que el hecho de que se le viera el calzón no haya sido casual. Esas sutilezas a ella no le importan.

CARLOTA: PRINCESA TRENDY
Si tu abuela fue la elegante actriz Grace Kelly y tu mamá es la no menos distinguida Carolina de Mónaco, tienes el buen gusto grabado a fuego en tu ADN. Y Charlotte Marie Pomeline Casiraghi (Carlota, para la prensa en español) ha sabido administrar esta herencia con una elegancia incuestionable.

En los blogs de moda, las tenidas que luce en los apetecidos front row (primeras filas) de los desfiles más importantes de Europa son comentario obligado. El vestido azul eléctrico que combinó con chaqueta, sandalias, medias tupidas y bolso negro para el desfile en la Semana de la Moda de su gran amiga Stella McCartney -donde se sentó al lado de Gwyneth Paltrow- aparece una y otra vez en los buscadores de internet, siempre con observaciones positivas. Lo mismo sucede con sus looks para el día a día, donde priman los jeans combinados con suéteres de diseñador y los buenos accesorios, siempre en colores amables y elegantes, como el negro, el blanco, el camel o el arena.

"Me recuerda a la Bardot cuando era jovencita, porque tiene su propio estilo", ha dicho sobre ella Karl Lagerfeld, el gran káiser de la moda y director creativo de la casa Chanel, quien siempre la invita a sus desfiles. Un estilo que, para muchos, es demasiado tradicional para una chica de apenas 23 años, pero que se las arregla para estar siempre comme il faut (como se debe), en perfecta sintonía con el grado de elegancia de cada situación. A lo más, se atreve con una mini muy mini, pero su estupenda facha le permite llevarlas sin verse provocativa. Algo en lo que muchas chicas jóvenes de billetera abultada, amantes del brillo excesivo y de la ostentación, suelen fallar. Se trata, sin duda, de la influencia de su madre, la princesa Carolina. Una mujer cuya distinción es a toda prueba y que siempre ha tenido complicidad con su hija.

Pero hay más. Charlotte, cuarta en la línea de sucesión para la corona del Principado de Mónaco, tiene mucho más que ofrecerle al mundo fashion que un par de piernas largas, una nariz perfecta, unos ojos infartantemente azules y mucho dinero para gastar en ropa. La chica habla francés, italiano, inglés y alemán, estudió filosofía en París, hizo una pasantía en la sección cultural y de estilo del periódico inglés The Independent y hoy está embarcada en el mundo editorial, con una idea en mente: fomentar el acercamiento entre el mundo fashion y el medioambiente. Para ello creó el año pasado la revista Ever Manifiesto, que se distribuye gratuitamente en el off de las semanas de la moda más importantes de Europa. Su idea no es que la edición, de unas 20 páginas y con un tiraje estimado de tres mil ejemplares, se imprima en fechas puntuales, sino sólo cuando "exista algo que decir".

"He pasado gran parte de mi vida en el campo, entre espacios verdes y animales. Por eso pongo mucha atención a lo que compro. Por ejemplo, a la hora de adquirir un par de vaqueros, la prenda más contaminante que existe, elijo siempre los de algodón orgánico, tratados con tintes no tóxicos", ha dicho. "No soy ninguna experta en la materia, pero intento, desde mi modesta opinión, transmitir un mensaje que mueva a la gente a reflexionar. Me gustan los vestidos bonitos, como a todas las mujeres, porque me hacen sentir atractiva. Sin embargo, este sector tiene otros valores, más allá de lo estético".

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