Instalan cientos de figuras de hielo en fachada de la Facultad de Derecho de la U. de Chile

La intervención artística, denominada "Monumento mínimo", se presentó con motivo de la inauguración de unas Jornadas de Derecho Ambiental y fueron diseñadas por la arquitecta brasileña Néle Azevedo.




Más de mil figuras de hielo fueron instaladas en las escaleras de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile para alertar sobre las consecuencias del calentamiento global.

La exhibición, conocida como "Monumento mínimo", realizada por la arquitecta brasileña Néle Azevedo, atrajo a una gran multitud de personas, entre conferenciantes, alumnos y trabajadores de la universidad y curiosos, que colaboraron en la instalación  de las esculturas de unos 30 centímetros de longitud.

"El objetivo es hacer intervenciones urbanas colocadas en la calle para hacerlas desaparecer y reflejar el respeto a los monumentos. Al mismo tiempo hay una aproximación a la cuestión del calentamiento global", explicó Azevedo, profesora de arte de la Universidad de Sao Paulo.

Los modelos se asemejan a la de una persona sentada, de manera que pudieron ser fácilmente instalados en las escalinatas de la facultad, donde se deshicieron cuarenta minutos después de su instalación a pesar de la temperatura de esta mañana en Santiago.

"Pienso que la cuestión de la desaparición es algo contemporáneo que conmueve a las personas y creo que es fundamental que nuestra cultura comprenda que somos mortales", enfatizó Azevedo.

La idea surgió en 2001 cuando, según dice, empezó a instalar esculturas de metal en la calle para estudiar el espacio público y privado y buscar así una contraposición a los monumentos históricos. "La idea me surgió durante mis clases en la universidad cuando empecé a poner figuras en la calle y estudié el espacio público, el espacio privado y los monumentos de la antigüedad para buscar una contraposición a la historia oficial", agregó.

La artista llegó a Chile la pasada semana, y comenzó a producir más de cien esculturas diarias gracias a unos moldes de plástico que dan forma a sus figuras y un camión frigorífico que permite congelarlas. Una vez las piezas fueron solidificadas a 35 grados bajo cero, Azevedo y su equipo extrajeron las esculturas de los moldes y con extrema delicadeza las limaron y las taparon con bolsas de plástico para almacenarlas de nuevo en cajas frigoríficas.

En la exhibición, se busca observar el proceso de descomposición y denunciar no sólo el derretimiento de los polos y el aumento del nivel del mar, sino también simbolizar la destrucción de la propia humanidad.

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