Insurgentes islámicos asaltan dos oficinas de la ONU en Somalia

En al menos una de las representaciones se perdió el contacto, aunque se descartó que hubiese muertos.<br />




Milicias islamistas radicales de Al Shabab asaltaron hoy dos oficinas de la ONU en las ciudades de Wajir y Baidoa, sur de Somalia, donde acusaron al personal internacional de no respetar las leyes islámicas.

Según informó Bénédicte Walter, portavoz de la ONU, "los rebeldes irrumpieron en las oficinas y se llevaron dos vehículos, muebles, computadores y material de comunicación de emergencia".

"Hemos perdido el contacto con una de las oficinas. No podemos obtener aún mucha información", aseguró.

Sin embargo, afirmó que ningún trabajador resultó herido durante los asaltos y que fueron informados de que "no les pasaría nada desde el primer momento".

En Baidoa, el asalto impide que la ONU pueda continuar con sus operaciones. Según Walter, esto supondrá el traslado del personal a otra parte de Somalia. "Estamos esperando a que las autoridades reconsideren la situación y nos permitan colaborar en la crítica situación que atraviesan Baidoa y el resto de la región", sentenció.

En Wajid, en cambio, las condiciones mínimas de seguridad no se han visto alteradas, por lo que las operaciones continuarán.

ANARQUIA
Las oficinas atacadas pertenecen al Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y al Programa de la ONU para Somalia (PNUS).

Los asaltos se produjeron momentos después de que Al Shabab emitiera un mensaje a través de la radio local instando al cierre de las oficinas atacadas.

Walter aseveró que la ONU es optimista en que la situación se restablezca de forma rápida para poder regresar a Baidoa y a otras zonas de las que han sido expulsados, "ya que la llegada de ayuda humanitaria es crítica".

Al Shabab ejerce férreo control en gran parte del centro y sur de Somalia, donde impone la ley islámica, y lucha contra las fuerzas gubernamentales del Gobierno Federal de Transición (GFT) por la toma de Mogadiscio, capital del país.

Somalia no dispone de gobierno efectivo desde la caída del dictador Siad Barre en 1991, momento a partir del cual el país se disputa entre señores de la guerra de clanes enfrentados y milicias islamistas.

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