Irlanda ratifica el pacto de disciplina fiscal con el 60,3% de votos a favor

El gobierno calificó el resultado de la consulta popular como "un paso decisivo en el camino de la recuperación", luego del cual "se puede seguir adelante".




El electorado irlandés ratificó hoy la adhesión de su país al pacto de estabilidad financiera de la Unión Europea con una clara mayoría del 60,3%, lo que fue definido por el vice-primer ministro Eamon Gilmore "un paso decisivo en el camino de la recuperación", luego del cual "se puede seguir adelante". 

En cuanto a cual será el próximo paso en ese camino, el premier Enda Kenny dijo inmediatamente después de la difusión del los resultados definitivos del referéndum que "la situación del sistema bancario europeo vuelve necesaria una solución de vasto alcance, y la deuda bancaria irlandesa debe formar parte de esa solución".

En otras palabras, tras haber logrado la ratificación del llamado "fiscal compact" y haber impuesto la amarga medicina del plan de austeridad impuesto por la llamada "troika" (UE, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), el gobierno de Dublín quiere ver algún progreso acerca de los 30 mil millones de euros de deudas acumuladas por los bancos locales.

Por su parte, los opositores del Sinn Fein -la principal fuerza política que se alineó por el "no" en el referendo- anunciaron que tras el resultado del voto su tarea consistirá en controlar las acciones del ejecutivo.

"Este gobierno multiplicó las promesas y las aseguraciones en materia de rescate de los bancos, de crecimiento y de atenuación de la presión de las políticas de austeridad: nosotros lucharemos para que esas promesas se respeten", dijo el presidente del partido, Gerry Adams.

Según el líder del Sinn Fein, "los problemas que la gente tiene hoy en día seguirán existiendo también mañana" y en cuanto al resultado del referendo "seguramente una parte de los votos favorables depende de motivaciones ideológicas, mientras otros dijeron que sí de manera muy, muy reluctante".

TRIUNFO CLARO
Sea como fuere, el triunfo del sí -con una participación que osciló alrededor del 50%, en línea con los referendos precedentes- fue claro y neto: de los 63 distritos electorales del país sólo 5 rechazaron el tratado UE.

El apoyo mayor al "fiscal compact" llegó de los distritos rurales y las zonas de clase media de los grandes centros urbanos, mientras el "no" se impuso sobre todo en los barrios proletarios y en los condados del Norte del país.

Aún así, al tener que explicar la motivación de su voto positivo, muchos irlandeses demostraron un claro desencanto respecto a la situación que viven.

"El tratado no cambiará nada, pero necesitamos los fondos de Europa el año próximo, es sencillo. No nos podemos permitir el lujo de sacarle la lengua a la Unión en este momento", explicó en un foro de Internet un votante del "sí".

Por las calles de Dublín hoy se respiraba un clima de resignación, más que de fiesta, e incluso en el gobierno no se vio a nadie destapando botellas de champagne: "Más que celebrar, nos concedimos un suspiro de alivio", confesó a la prensa el ministro de Transportes, Leo Varadkar.

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