Juan Ramírez, el preparador sacrificado en Colo Colo

El profesional ha sido la primera víctima en la crisis abierta de los albos. Blanco y Negro lo acusó del mal estado físico del equipo en la fase decisiva del Clausura y lo consideró una mala influencia para Héctor Tapia, que finalmente concedió su cabeza. Los jugadores le critican su carácter.




Juan Ramírez está dolido. El ex preparador físico de Colo Colo es, hasta el momento, el único sacrificado en la crisis que se desató en Pedreros, después de que se escapara el título del Clausura y la opción de seguir avanzando en la Copa Libertadores, los dos objetivos que se habían trazado para el primer semestre. Se siente traicionado y se ha encargado de transmitirlo: "No. No voy a hablar. Tampoco contestaré sus preguntas", dijo al ser contactado por La Tercera. Internamente, también había manifestado su molestia.

En la concesionaria lo señalan como el principal responsable de la mala condición física que mostró el equipo albo en la parte decisiva de la temporada. Justo Villar, Juan Delgado, Esteban Pavez, Humberto Suazo, Esteban Paredes y Emiliano Vecchio fueron algunos de los jugadores que presentaron molestias durante los últimos seis meses.

La defensa de Ramírez nunca contuvo autocrítica. Siempre apuntó a los golpes que sus pupilos recibían en los encuentros: "Puedo entender la preocupación del medio por las lesiones, pero acá hay una multiplicidad de factores. Un golpe no está planificado, hay jugadores que están lesionados por golpes, y hay temas fortuitos. Las lesiones por una exigencia alta es menor en relación a los golpes".

Pero no todo fue la parte física. Además, lo apuntaron como una influencia negativa para Héctor Tapia, la misma categorización que recibió el ayudante Miguel Riffo. Pero en su defensa, el DT fue más flexible que con su primer ayudante. El fuerte carácter de Ramírez lo llevó a enfrentarse, en más de una oportunidad, con los árbitros, una conducta que, según quienes conocen la intimidad de Pedreros, tampoco es nueva. "Nosotros teníamos claro que Ramírez era muy problemático. Cuando estaba en cadetes, éramos varios los que pensábamos que no era conveniente tenerlo trabajando con los niños, por las reacciones que tenía. En esa etapa, los chicos requieren de alguien que les dé siempre buenos ejemplos", señala un ex dirigente del club.

Su paso al primer equipo se produjo después del despido de Gustavo Benítez y la del cuerpo técnico, que también integraba el uruguayo Marcelo Giarrusso. Ante la negativa de Carlos Burgos, prioridad de la dirigencia, la recomendación la plantea Miguel Riffo, quien recogió la sugerencia de Hernán Torres, colaborador de Claudio Borghi.

Su excesiva exposición fue otro de los aspectos que colmó la paciencia de los dirigentes, sobre todo al involucrarse en polémicas extrafutbolísticas con otros actores, como cuando respondió a través de Twitter a unas declaraciones del portero de Universidad de Chile, Johnny Herrera. "Dios te dio manos para atajar pero no para conducir y te dio boca para hablar, pero no te dio cabeza para pensar...", le respondió al guardameta azul, quien cuestionó las actitudes de la religión cristiana, que se impone en el camarín albo.

Al poco tiempo, tuvo que mostrar arrepentimiento ante la presión de Blanco y Negro: "No me puedo retractar de lo que escribí, pero puedo pedir (ofrecer) disculpas, vivo a través del trabajo de los deportistas. Por eso hablar mal de un deportista es pésimo, ahí asumo el error", tuiteó en esa oportunidad. Ya no volverá a escribir bajo el escudo de Colo Colo.

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