La comunicación interpretada y jamás aclarada

La comunicación juega un rol clave para alinear, aclarar y hacer converger las percepciones. Si ello no ocurre, puede generarse un conflicto latente.




Nunca debemos olvidar que vemos y describimos las cosas y las personas en términos de nuestra propia experiencia. Por ello, los conflictos dependen del tipo de significación que le damos a los hechos y cómo posteriormente llevamos al lenguaje esa interpretación que se transforma en acción.

"Todo lo dicho es dicho por alguien y todo lo escuchado es escuchado por alguien". Por evidente que parezca, esta frase describe de manera muy precisa la complejidad del proceso comunicacional, ya que nada de lo que decimos o no decimos, es neutro para mí como emisor ni para el receptor del mensaje. He ahí la fuente de los conflictos.

LA COMUNICACION ES TODO

La comunicación representa la vía por la cual se determinan y coordinan acciones, se transmite conocimiento o se cierran acuerdos, pero también es la fuente de fuerzas antagónicas que surgen de problemas semánticos, errores de interpretación, falta de retroalimentación y "ruido" en los canales.

Naturalmente, la comunicación deficiente no es la causa de todos los conflictos, pero el intercambio de información insuficiente y las barreras externas e internas del receptor, son condiciones previas que propician el conflicto.

Recordemos el modelo largamente conocido acerca de los componentes básicos de un proceso de comunicaciones:

Emisor - Codificación del Mensaje - Canal de transmisión - Decodificación del Mensaje - Receptor y Retroalimentación

Si bien este modelo nos da una idea estructural de los componentes que conforman el proceso, ocultan toda la subjetividad de la interpretación que tanto emisor como receptor hacen del mensaje, debido a factores externos e internos. Una primera aproximación al tema es señalar los principios perceptuales que subyacen a la comunicación, pues desde allí se gatillan las interpretaciones que pueden dar origen a los conflictos. Ellos son:

Vemos y describimos las cosas y las personas en términos de nuestra propia experiencia.

Nuestras percepciones no son resultado de lo que vemos, sino de la forma en que nuestro yo interpreta lo que vemos.

Una misma situación no nos afecta de igual forma en momentos diferentes. A medida que cambian nuestros estados personales, cambia la forma en que percibimos a las personas y a las situaciones.

Nuestras percepciones se ven fuertemente influidas por nuestros valores, necesidades, creencias, sentimientos, conocimientos, etc.

Nosotros somos quienes damos significado a lo que vemos. El significado está en nosotros y no fuera de nosotros.

Tendemos a completar en nuestra mente lo que está incompleto en la realidad.

Como se puede observar en estos principios, el surgimiento del conflicto desde la perspectiva comunicacional no es el hecho objetivo en sí mismo, sino que depende del tipo de significación que le damos y cómo lo llevamos al lenguaje, que posteriormente se transforma en acción. Esta acción puede ser antagónica si el resultado de dicha significación es que hay presencia de una amenaza o frustración a nuestras necesidades o intereses.

En esta perspectiva, la comunicación juega un rol clave para alinear, aclarar y hacer converger las percepciones. Si ello no ocurre, puede generarse un conflicto latente que se manifiesta a través de diversos "síntomas".

A pesar de lo anterior, la comunicación también puede complejizar el proceso en ciertas interacciones, ya que esta es fuente y consecuencia del conflicto.


PARA TENER EN CUENTA

El primer principio de la comunicación es que

todos somos emisores y receptores al mismo tiempo

. La comunicación no ocurre en forma lineal, ya que no se puede identificar quién es emisor y quién receptor.

Tampoco es secuencial, sino que esta ocurre en forma simultánea: mientras emitimos algún mensaje verbal o no verbal, estamos recibiendo a la vez mensajes verbales o no verbales.

El segundo principio es que

usted no puede no comunicarse

. Todas las conductas tienen un valor comunicativo, ya sea que usted hable o se mantenga en pleno silencio, que actúe o prefiera no actuar, sea como fuese, afectará a otros de alguna manera.

Todos estos comportamientos comunicativos se pueden emplear simultáneamente y cada uno califica de alguna manera el significado del otro, pudiendo generar como efecto percepciones o disposiciones negativas o positivas de los hechos.

El tercero es que

la comunicación ocurre a dos niveles

. La información que se transmite a través de la comunicación es a nivel de contenido y se refiere a lo que se dice.

Sin embargo, la comunicación de cualquier tipo implica además una definición de la relación entre los comunicadores y siempre contiene instrucciones sobre cómo interpretar el contenido de dicha comunicación.

Por último, la comunicación es como el dilema del huevo y la gallina.

Lo que se puede ver como la causa de una comunicación puede ser en realidad el efecto de un acontecimiento anterior.

Un proceso de comunicación efectiva, desde la perspectiva de entender y generar una estrategia de resolución de conflictos, expande nuestro observar y empezamos a ver lo que hasta ahora no veíamos. Surgen así posibilidades de acción que antes no teníamos en una triple coherencia que comunica: lenguaje, emociones y cuerpo.

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