La graduación de Tapia y Riffo: Los años de formación de la dupla que ilusiona a Colo Colo

En 2012, ambos se titularon como DT en el Inaf tras entregar una elogiada tesis, que criticó a ByN y propuso un plan para reactivar la cantera alba.




"Creemos que se está trabajando en un camino distinto al natural. Quizás con el ingreso de B&N se perdió el romanticismo de formar jugadores empapados del ser colocolino".

Mientras redactaba su tesis, Héctor Tapia le confesó a Edgardo Merino, su profesor guía, que sentía cierto temor. Las duras críticas que estaba escribiendo sobre sus empleadores, que pocos meses antes le habían dado trabajo en la sub 15 de Colo Colo, le podían costar el puesto. Su compañero de investigación, en cambio, creía que debían enviar un mensaje claro. Por entonces, Miguel Riffo jugaba en Santiago Morning. Diego Cagna había prescindido de él a comienzo de año y su salida del club había sido triste. Esa distancia le permitía ser más duro.

"Ambos tenían la sensación de que algo andaba mal -cuenta Merino-, de que se había perdido el tiraje a la chimenea y la alegría, pero muchas veces no se ponían de acuerdo. Cuando eso ocurría, era Miguel quien convencía a Héctor, con argumentos y ejemplos. Era el motor del equipo".

Durante los últimos seis meses de 2011, Tapia y Riffo se reunían una vez por semana con Merino para ajustar su tesis, titulada "El proceso formativo de la serie sub 15 de Colo Colo". Después de 2.286 horas de clases en el Instituto Nacional del Fútbol (Inaf) era la última tarea que les quedaba para recibir el diploma de técnico de fútbol. Junto con ellos trabajaba Francisco Arrué, quien no podía asistir siempre, pues jugaba fuera de Santiago, en Huachipato. El encabezado aparentemente neutro del texto escondía descarnados juicios contra la institución que formó a ambos desde los cinco años.

"Diego Caña (sic) y A.R. Gallego no promovieron jugadores de excelencia que pudiesen haberse proyectado como referentes".

"Es que no les dan la oportunidad de equivocarse", repetía Tapia con molestia, al recordar el nulo acceso de canteranos al primer equipo, mientras el Monumental se llenaba de extranjeros de escaso nivel. El documento de 33 páginas (más anexos) fue entregado en diciembre de 2011. Merino lo calificó con nota 6,5, alabando la riesgosa apuesta y las lapidarias conclusiones, pero penalizando los errores de redacción. Confiando en su trabajo, Tapia presentó la tesis a un par de autoridades de Blanco y Negro, incluido el gerente deportivo Jaime Pizarro. Un mes después, el ex delantero fue ascendido a entrenador de la Sub 18 y el equipo filial. Riffo lo acompañó en la Sub 16 en abril de 2012. Su imparable ascenso recién comenzaba.

Los años en Quilín

En 2007, Tapia decidió inscribirse "por si acaso" en el Inaf, según reconocería después. Su horizonte no estaba muy claro y congeló debido a su todavía intensa actividad futbolística en Palestino  y después en Universidad Católica. En 2009, el goleador de la Sub 17 de Japón 1993 decidió colgar los botines y se volvió a enrolar en el instituto. Allí se reencontró con Riffo, con quien había compartido camarín en Colo Colo.

Desde ese momento, iniciaron una férrea sociedad, como revela su compañero de generación Miguel Ramírez: "eran cómplices y partners. Ambos habían sido líderes dentro de la cancha desde chicos, con un interés por todo lo que pasa alrededor. Se complementan y eso se ve reflejado en los trabajos que hacen y en la forma que tienen de comunicarse. Se nota hasta por la tele".

Las jornadas eran agotadoras. A diferencia de los marcianos, aquellos aspirantes a DT que nunca fueron jugadores profesionales, los futbolistas estudiaban sólo tres años y concentraban toda su actividad académica los lunes, entre 8.30 y 21 horas. El grupo se pasaba la mañana en cancha y después del almuerzo se dirigía a las aulas para los ramos teóricos. "Tipo 4 de la tarde te bajaba un cansancio fulminante y se te cerraban los ojos. Muchos se arrancaban antes", dice Rodrigo Rain, otro compañero de ambos.

Tapia era uno de los que se impacientaba con el paso de las horas y las materias más áridas. El profesor de Biología y Fisiología del Ejercicio, Waldo Balaguer, recuerda que "Tito" se inquietaba algunos minutos antes de las nueve. "'Estamos en la hora, profe', me decía. También lo llamaban harto por teléfono y salía de la sala nomás. Riffo era mucho más concentrado, siempre al pie del cañón", asegura. "Cheíto" Ramírez, quien terminó siendo el mejor de la promoción, también concuerda en que a Tapia se le iba el interés. "Por eso tiene a Riffo de ayudante", bromea.

En cancha, la historia era distinta. Pese a que ambos eran callados y tenían un bajo perfil, Tapia mostraba más entusiasmo y jovialidad en los ejercicios prácticos. "No tenía una forma de juego determinada todavía, pero se notaban influencias de (Fernando) Carvallo y (Gustavo) Benítez en el  hecho de que pedía un fútbol bien jugado y a ras de piso", opina Roberto Alamos, ex profesor y director de la carrera.

Junto a Alamos, ex DT de ambos en las inferiores de Colo Colo, Tapia y Riffo se dejaban llevar por los recuerdos de mejores tiempos en el Monumental. Todos estaban de acuerdo en que había que revitalizar las divisiones menores. En 2011, el ex delantero estaba como director de la escuela de fútbol del Stadio Italiano cuando recibió un inesperado llamado del director deportivo, Jaime Pizarro. Le ofrecía asumir como entrenador de la Sub 15.

"Cumplía con el perfil de lo que buscábamos, porque se había preocupado de perfeccionarse y, además, conocía el proceso de formación desde adentro", explica el ex director del IND.

Aunque no ganó ningún título con esa categoría, su trabajo fue valorado por sus superiores. El psicólogo Enrique Aguayo fue parte de ese equipo de trabajo. "Se notaba su inquietud por involucrarse con los chicos y sus familias. Junto a Riffo pertenecen a un grupo distinto de jugadores, con claridad conceptual", comenta.

Ya instalado como técnico de la Sub 18 y la filial, el 17 de noviembre de 2012, Tapia debutó al mando del primer equipo reemplazando a Omar Labruna, que estaba suspendido. Su equipo perdió 5-1 con O'Higgins y quedó fuera de Copa Chile. No le faltarían nuevas oportunidades.

Titulación

Antes de llegar a la cima, Tapia, Riffo y Arrué defendieron su tesis el 5 de marzo frente al director de la carrera, Luis Rodríguez y los docentes Benjamín Valenzuela y George Biehl. Merino estuvo entre el público. La presentación fue contundente y los examinadores enfocaron sus preguntas en materia de la carrera. Recibieron un 6,7, quedando entre los mejores egresados.

Luego de exponer el pobre desempeño de las series menores de Colo Colo, el grupo planteó una salida a la crisis y se puso la meta de promover jugadores al plantel de honor.

"Proyectamos resultados en dos años, considerando el trabajo de las categorías cuyos jugadores nacieron desde el año 1996 en adelante". En 2014, a punto de ganar la "30", con Esteban y Luis Pavez, Claudio Baeza y Juan Delgado alternando, la tesis ha sido empíricamente comprobada.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.