La gran prueba de Claudio Bravo en Barcelona

El chileno tiene un duelo especial: debe cuidar el invicto de ocho juegos ante el máximo goleador de la liga española. Se ve complicado.




Lo más seguro es que a Cristiano Ronaldo no le importe nada el récord de Claudio Bravo en el Barcelona. Ocho encuentros y 720 minutos sin recibir goles puede ser el aliciente perfecto para que el portugués acabe con toda la historia que ha escrito el portero chileno. Hoy, el capitán de la Roja vivirá uno de los encuentros más especiales de su vida y, entre todas las funciones que tiene bajo el horizontal, deberá preocuparse de CR7.

Y con razón, el oriundo de Viluco tiene número negros frente al astro merengue, pues en las cuatro visitas que realizó con la Real Sociedad sólo cosechó goleadas en contra (ver infografía). El 6 de febrero de 2011, los vascos cayeron 4-1; el 24 de marzo de 2012 perdieron 5-1; el 6 de enero de 2013, por 4-3; y el 9 de noviembre de ese año el derbi acabó 5-1.

Ronaldo respondió con nueve conversiones ante el chileno y, por lo mismo, el juego de esta tarde tendrá un tinte especial.

En Chile, no ha pasado inadvertido el duelo, pues Bravo se ha consolidado como el mejor futbolista nacional de la actualidad. "Es un clásico con un condimento especial. Barcelona no quiere perder el norte, tiene que cuidar el invicto y el Real Madrid ha hecho una buena exhibición en la Champions... Ronaldo seguramente está enfocado, como lo hacía desde muy niño. Él no es divo, sólo la envidia de muchos lo ha querido perjudicar. No tiene la culpa de ser atlético y goleador. Por el cariño que le tengo a él y a Claudio no puedo dar un vaticinio", dice Leonardo Véliz, uno de los entrenadores del luso en las inferiores del Sporting de Portugal.

El técnico Luis Enrique, en tanto, no quiso profundizar en el récord del chileno y tampoco en el que puede realizar Messi si convierte un gol. De hacer uno, igualará a Telmo Zarra como el máximo goleador en la historia de la Liga (251). "Aquí lo importante es ganar en el Santiago Bernabèu y conseguir los tres puntos. Y de eso son conscientes los futbolistas", dijo el asturiano, quien seguramente no será bien recibido, pues en 1996 pasó, sin escalas, desde la capital a Cataluña.

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