La hora después de la derrota

Tras quedar fuera del Senado a partir de 2014, Soledad Alvear ha mantenido silencio sobre su futuro político. Sus cercanos descartan que tenga interés en participar de un eventual gobierno de Michelle Bachelet.




DURANTE el trayecto que lo llevaba la noche del domingo 17 de noviembre desde la sede de la DC al comando de Michelle Bachelet, en el Hotel Plaza San Francisco -alrededor de tres cuadras-, el timonel de la falange, Ignacio Walker, recibió el llamado del secretario nacional del partido, Víctor Maldonado.

El dirigente le pidió al senador volver de inmediato a la colectividad debido a un hecho inesperado: tras las primeras cifras del conteo de votos, Soledad Alvear era derrotada por el PS Carlos Montes en Santiago Oriente. Según la proyección del comando de la parlamentaria, la tendencia era irremontable.

Minutos más tarde, la ex canciller, visiblemente afectada, reconoció el traspié en el primer piso de la sede partidaria, donde había instalado a su equipo de campaña para esperar los resultados.

Alvear saludó públicamente la elección de Montes y agradeció el trabajo de sus colaboradores escoltada por su marido, el ex diputado Gutenberg Martínez. Ambos, además, encabezaron poco después una reunión privada en uno de los salones implementados para la ocasión.

Allí, Alvear valoró otros resultados obtenidos por la DC y reafirmó su intención de "no irse para la casa". A partir del 12 de marzo, ella pretende "reinventarse", siempre en el servicio público, afirman en su entorno más cercano.

Esa misma noche, la senadora recibió el llamado de una serie de figuras de la Nueva Mayoría. Entre ellas, la candidata presidencial Michelle Bachelet.

Al día siguiente, en una concurrida reunión de directiva, la derrota de Alvear fue tema obligado. Si bien el resultado en la Cámara fue mejor de lo esperado -de 19, la bancada creció a 22 miembros-, en el Senado se había recibido un golpe inesperado.

En un primer análisis, la mesa de Walker esgrimió como una de las causas de la derrota la parcialidad del comando por la opción de Montes. En el equipo de Alvear, las conclusiones apuntaban en la misma dirección, en específico, al senador PPD Ricardo Lagos Weber y su padre, el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar. El primero ejerció como jefe de campaña del candidato PS, y el segundo, a una semana de la votación, participó en una actividad junto al diputado por La Florida y llamó a votar por el legislador.

No pocos acusan que el ex mandatario respondió de esa manera a la defensa de la parlamentaria DC a la nominación de Gloria Ana Chevesich -que lideró el caso MOP-Gate- a la Corte Suprema.

Como sea, Walker oficializó la queja al día siguiente frente a Bachelet, en la reunión del comité político del comando que analizó los resultados electorales del domingo 17.

A pesar de cierta tensión con el comando -que se fue subsanando a partir de una serie de gestos de Bachelet a la DC-, en la falange no atribuyen toda la responsabilidad a la posible influencia del círculo cercano de la ex mandataria en el triunfo de Montes.

Varios dirigentes cuestionan el exceso de confianza de su equipo de campaña, liderado por el dirigente Moisés Valenzuela, que optó por mantener la gráfica utilizada en 2005, lo que fue parte de las críticas en la reunión de mesa posterior a la derrota.

Algunos creen que el grupo no focalizó los lugares que proyectaban una baja votación para Alvear -como La Florida, zona en donde la diferencia fue de más de 40 mil votos, o Providencia- ni tampoco existieron precauciones ante la arremetida de Manuel José Ossandón (RN) y un posible voto de rechazo a Laurence Golborne.

Desde el equipo de la ex titular de Justicia, en tanto, retrucan que la mesa de Walker, a diferencia de años anteriores, no tuvo un comando parlamentario, lo que, a su juicio, hubiese servido para fijar los énfasis y administrar de mejor manera los recursos.

De hecho, todas las mediciones previas a la elección daban ventaja a Alvear por sobre Montes, por lo que la directiva de Walker puso mayor atención a otras disputas parlamentarias y sólo dispuso un rol protagónico para la parlamentaria la noche de la elección.

LA REINVENCION

Al día siguiente de la elección, Alvear reapareció en el almuerzo del comité democratacristiano en el ex Congreso, instancia en que se volvió a abordar el rol del comando de Bachelet en la campaña. Allí, Alvear aprovechó de expresar que se abocará de lleno a su trabajo parlamentario hasta el 11 de marzo y luego pensará en su futuro.

El mismo mensaje fue transmitido en una serie de correos electrónicos que la senadora escribió a su círculo cercano, donde habla de una "reinvención".

Con todo, más allá de sus palabras de agradecimiento la noche de la derrota a su equipo, Alvear ha optado por mantener público silencio sobre su futuro político.

En el entorno de la parlamentaria aseguran que no tiene intención alguna de asumir un cargo en el equipo de Bachelet, ni menos pretende postular nuevamente a la presidencia de la Democracia Cristiana en la elección que renovará a la mesa de Ignacio Walker en 2014.

Por lo pronto, tampoco pretende asistir al consejo nacional de la colectividad, que mañana analizará el resultado electoral y donde se buscará ratificar el apoyo del partido a la candidatura de Bachelet.

Sobre un posible rol en un eventual gobierno de la Nueva Mayoría, solicitud que se ha repetido en las últimas instancias de carácter social que ha sostenido, Alvear se ha limitado a mencionar que no lo ha evaluado. Por ahora, sus cercanos proyectan que su salida del Senado le dará la posibilidad de asumir uno de los papeles que más le gustan: la academia.

Eso sí, desde el círculo cercano a la ex canciller lanzan una sentencia sugerente sobre su marido: "Es muy difícil que el 'Gute' siga alejado de la primera línea de la política".

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