La quintaesencia del jazz local lanza nuevo disco

Con sus propias composiciones, Ensamble Quintessence se ha convertido en una de las bandas más importantes del género en Chile.




Ha sido un año redondo para Ensamble Quintessence. En enero, debutaron en el Festival Providencia Jazz, el evento más emblemático de la escena local, y en marzo en el escenario del Teatro Municipal, con un tributo a Violeta Parra. Ahora, la orquesta de 12 músicos se prepara para lanzar su último disco, Anónimo, en dos conciertos: el martes en el bar Thelonius y el miércoles en el Club de Jazz de Santiago, ambos a las 22 horas.

Ensamble Quintessence irrumpió en 2005 con una propuesta atrevida y poco común: componer sus propias partituras. Hasta ese momento, el género estaba habituado mayoritariamente a los quintetos o sextetos, y a que las composiciones se compraran a países como Estados Unidos. Sin embargo, el guitarrista Roberto Dañobeitía quería ir más allá. Luego de participar unos años en la big band internacional Swing Europe, el músico volvió de Barcelona decidido a desplegar su talento en la composición. Así nació Ensamble Quintessence: una fusión entre el quinteto de Dañobeitía con el de Federico Danneman, otro guitarrista y compositor que acababa de llegar de Londres.

El nombre lo tomaron del disco de Quince Jones, The quintessence (1961), uno de los primeros referentes musicales de la banda, y responde sobre todo al afán de los músicos de encontrar un sonido único que se transformara en la quintaesencia del jazz. "Antes de nosotros, no existía en Chile una banda que tuviera sólo composiciones originales y eso marcó a las nuevas generaciones. Es lo bonito de este proyecto, hemos hecho todo desde cero, porque el jazz en Chile siempre estuvo en pañales", dice Dañobeitía.

Luego de cinco años, la orquesta se ha transformado en una de las más elogiadas de la escena local: en 2006, además, ganó el cuarto lugar en el Concurso Internacional de Intérpretes del Festival de Granada. Entre sus filas están avezados músicos como Rodrigo Galarce (contrabajo), Agustín Moya (saxo), Sebastián Jordán (trompeta) y Félix Lecaros (batería), entre otros. Su último fichaje fue en 2007, cuando la cantante Francesca Ancarola se unió al elenco estable. "No nos hemos quedado estancados, hemos crecido y evolucionado. Ahora, Francesca es la novia de Quintessence. La elegimos porque es versátil, puede cantar cuecas y también algo más clásico", cuenta Dañobeitía.

En Anónimo, los músicos confirman el sello de la banda: una fusión de folclore, música clásica y jazz moderno, a través de nueve composiciones, entre las que destacan las de Dañobeitía, Dannemann, Mario Lecaros, Claudio Rubio y Marcelo Vergara. Además de los arreglos para melodías de Luis Advis y Violeta Parra. "Nos dijeron que la palabra Anónimo no nos representaba, porque somos una banda de autor. Pero el concepto es justamente que la música destaque por sobre los nombres", dice el guitarrista, quien reconoce que en estos años ha debido lidiar con los egos de más de 10 músicos.

La solución fue conformar un equipo directivo, con Dañobeitía y Dannemann a la cabeza, Francisco Núñez en la dirección de arte y Rodrigo Galarce en la producción,  que definiera las composiciones, para luego entregarlas a los demás intérpretes, quienes a su vez les incluyen improvisaciones. "Tenemos a algunos de los músicos con las más altas performances de Chile y todos quieren aparecer. A veces eso es complicado. Por eso las partituras están hechas para que cada solista se luzca", concluye Dañobeitía.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.