La renuncia de Longueira y el futuro de la Alianza

El 9 de julio, en su última aparición pública, Pablo Longueira evidenció un cansancio que preocupó a su comando. Había perdido, además, varios kilos. A esas alturas, el candidato ya había notificado a La Moneda que atravesaba por una severa depresión. Un cuadro médico que se consolidó en los días siguientes, gatillando su sorpresiva salida de la escena presidencial y remeciendo, una vez más, el tablero oficialista.




CAPITULO 1
Los últimos 10 días de la candidatura de Longueira

El martes 9 de julio fue la última aparición pública de Pablo Longueira. Ese día interrumpió sus anunciadas vacaciones y se reunió con Joaquín Lavín, en el comando de calle Nueva Los Leones, para analizar el escenario que se abría en el oficialismo tras el lanzamiento de la candidatura senatorial de Andrés Allamand. En la mañana, el generalísimo de la campaña y otros miembros del equipo notaron que el presidenciable no estaba bien. Se veía cansado y visiblemente más delgado. Pese a ello, Longueira modificó el diseño original -que contemplaba que Lavín diera el punto de prensa- y él mismo enfrentó a los medios.

Escoltado por su jefe de campaña, Longueira valoró la decisión de Allamand. Si bien subrayó que la dupla de Pablo Zalaquett (UDI) con Catalina Parot (RN) "nos garantizaba el senador", también dijo que "Allamand y Zalaquett son una gran dupla para Santiago Poniente". Tras la vocería, miembros de su comando le recomendaron aprovechar sus vacaciones para reponer fuerzas con miras a los cuatro meses de campaña que vendrían por delante. En ese momento, sin embargo, el candidato ya sabía que lo suyo no era un simple agotamiento derivado de la intensa campaña que debió desplegar una vez que reemplazó a Laurence Golborne. Se trataba de una aguda depresión, que se había declarado tras las primarias. Una situación de la que, hasta ese momento, sólo estaban enterados el ministro del Interior, Andrés Chadwick -quien había sido informado por Longueira el lunes 8-, y el Presidente Sebastián Piñera.

El miércoles 10, Longueira se recluyó en el campo de sus padres, en Melipilla. Hasta ahí llegó a visitarlo el médico psiquiatra Jorge Barros. El diagnóstico fue severo: el cuadro clínico que presentaba el candidato hacía inviable su candidatura presidencial.

A esas alturas, las visitas de Chadwick -uno de los amigos más cercanos de Longueira- a la casona de Melipilla eran diarias. El candidato había suspendido todas sus actividades públicas, incluida una reunión privada que sostendría con un grupo de empresarios en Libertad y Desarrollo. Su familia, en tanto, se había trasladado al centro invernal La Parva.

En los primeros días, la gravedad del cuadro médico sólo fue conocida por el jefe de gabinete, el Presidente Piñera y Joaquín Lavín. El fin de semana, en tanto, se le informaría del complejo escenario al senador Jovino Novoa, quien junto a Longueira y Chadwick conforman el principal eje de poder dentro del gremialismo.

Fue por esos días que Lavín, Chadwick y la esposa de Longueira, Cecilia Brinckmann, comenzaron a conversar sobre la salida del ex senador de la contienda presidencial. En su círculo más estrecho asumían que la decisión significaba un golpe muy duro para el "coronel" gremialista. Más aún después de que el triunfo en las primarias y su candidatura a La Moneda marcaran una suerte de coronación a su carrera política. Sin embargo, todos entendían que si bien se trataba de una cuadro médico recuperable, no existía ninguna garantía de que no hubiera recaídas y de que el ex ministro finalmente estuviera en condiciones de llevar adelante la campaña presidencial.

Con todo, la decisión se dilató. La esperanza de que hubiera un cambio positivo en el cuadro clínico del candidato y la coyuntura de un fin de semana largo confluyeron para que el anuncio se postergara. El martes en la noche, Chadwick volvió a visitar a Longueira, a su esposa y sus hijos en Melipilla. A esas alturas, el anuncio ya era inminente.

El miércoles en la mañana, Lavín se puso en contacto con la familia de Longueira, para definir cómo se daría a conocer la noticia. En esos diálogos se definió que fueran los hijos mayores del candidato quienes informaran de lo sucedido. Luego vino la notificación del ministro del Interior al Presidente Piñera y una petición especial de Longueira a Chadwick: que le informara a Michelle Bachelet antes de que se hiciera público el anuncio. Así, el jefe de gabinete se comunicó con el secretario ejecutivo del comando de la candidata opositora, Rodrigo Peñailillo. Minutos después, el titular de Interior conversaría personalmente con Bachelet.

CAPITULO 2
El rol de Lavín y el diseño del "duelo"

Tras llegar al comando de Pablo Longueira, a comienzos de junio, Joaquín Lavín revisó varios focus groups, donde se medían atributos y flancos débiles del candidato. Uno de los antecedentes que más le llamó la atención fue la percepción negativa que existía del actuar de la UDI en la "bajada" de Laurence Golborne y su rápido reemplazo por el ex ministro de Economía: la mayoría de los entrevistados consideraba que se había actuado con suma desprolijidad y que no se había respetado el complejo momento que había vivido el ex titular de Obras Públicas, quien debió comparecer ante los militantes de la UDI sólo minutos antes de la proclamación de Longueira.

El análisis cobró vigencia para Lavín en medio de la dimisión de Longueira a su candidatura presidencial. El ex edil de Santiago no sólo puso particular atención a la puesta en escena que tendría el anuncio, sino que además, apoyó la idea de que la noticia fuera comunicada por los hijos del candidato.

En privado, Lavín ha comentado que el fuerte impacto que provocó el cuadro médico de Longueira en las filas gremialistas se asemeja a una suerte de "duelo político". Por eso, el mismo miércoles, el ex generalísimo de la campaña desplegó un diseño cuyo objetivo principal era retrasar la nominación del sucesor del candidato en señal de respeto hacia su familia, marcando distancias con lo ocurrido con Golborne el 29 de abril pasado. Una apuesta con la que sabía que su partido podía terminar pagando costos: una nominación temprana de un candidato inmediatamente traspasaba a RN la presión de decidir si se plegaba a la carta gremialista o pagaba el costo de aparecer como un partido divisionista, al levantar una candidatura propia.

Fuentes de la UDI aseguran que el mismo miércoles, cuando en el gremialismo comenzaba a cobrar fuerza la idea de proclamar cuanto antes a Evelyn Matthei, Lavín telefoneó al timonel del partido, Patricio Melero. Según estas versiones, en esa conversación el ex presidenciable le transmitió al diputado la necesidad de dilatar, en lo posible hasta la próxima semana, la nominación del nuevo candidato.

En el gremialismo coinciden en señalar que la actuación de Lavín en esta crisis ha reforzado el renovado protagonismo que ha adquirido al interior de la tienda, desde que dejó el gabinete para comandar la campaña de Longueira. Entre los principales méritos que le atribuyen es haber mejorado las vocerías del candidato y haber instalado el concepto de "centroderecha social", con el que Longueira buscó diferenciarse de Andrés Allamand.

Otro aspecto que destacan en la UDI es el pragmatismo que muestra el dos veces presidenciable. Un ejemplo que se suele citar por estos días es la disculpa que ofreció Lavín a Allamand por el impasse que se produjo en la noche de las primarias, en la sede de la UDI. En el gremialismo valoran que, pese a no tener motivos para disculparse, lo haya hecho para bajar la tensión en el oficialismo. Y recuerdan que a él le tocó perder dos elecciones (con Ricardo Lagos en 2000 y con Sebastián Piñera en 2005), siendo que en ambos casos no tuvo problemas en ir a saludar a sus contrincantes sin pedir ni tener reunión a solas o trato especial.

Hoy, Lavín cree que Matthei es la mejor carta para enfrentar a Michelle Bachelet. Cree que sus atributos duros -autoridad y liderazgo- pueden neutralizar la cercanía que luce la ex presidenta. Pero que la candidatura gremialista sólo es viable en unidad con RN. Por eso, en los últimos días ha dicho que una de las primeras misiones que debe tener Matthei o quien sea abanderado de la UDI, es brindar a RN las mismas garantías de ecuanimidad que ofreció Longueira con miras a la negociación de la plantilla parlamentaria.

CAPITULO 3
Piñera, su alejamiento de Allamand y su definición presidencial

"Cuando un candidato pierde, es propio de la naturaleza humana querer ver quién es el culpable (...). A estas alturas de la vida, estar sentido no corresponde. Lo que sí es que no hemos tenido la oportunidad de conversar", dijo el Presidente Sebastián Piñera la noche del martes, en el programa El informante, de TVN, admitiendo la distancia que se instaló entre él y Andrés Allamand tras la derrota en las primarias del 30 de junio.

El Presidente, dicen en el gobierno, resintió las críticas públicas de RN -y privadas de Allamand-, en el sentido de que había terminado tomando partido en favor del abanderado gremialista. También evaluó negativamente su actitud tras su derrota, cuando pronunció un discurso admitiendo a regañadientes que el resultado le había sido adverso. Tampoco gustó que perdiera la calma con Lavín en la sede de la UDI y más tarde, sorprendiera con su postulación por la senatorial de Santiago Oriente.

La tarde del miércoles varios interpretaron la frase del Mandatario como un indicio de su rechazo a que Allamand levantara una nueva postulación presidencial. Esto, pues Piñera concedió la entrevista a TVN cuando ya sabía de la crisis por la que atravesaba el ex timonel UDI y la posibilidad de que abandonara su candidatura. El Presidente estaba informado -a través del ministro del Interior, Andrés Chadwick- desde la semana anterior.

La postura del Mandatario, en todo caso, se hizo mucho más nítida el jueves en la mañana, cuando transparentó su respaldo para que la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, levantara una postulación. "Evelyn sería una gran candidata. Para ser candidato o candidata, lo más importante es tener un compromiso, fuerza, ganas y yo creo que ella los tiene", dijo el Mandatario en Chilevisión. No fue una declaración improvisada: la idea era dejar claro que La Moneda esta vez sí tenía candidata y no sería neutral.

Pero de paso instaló -a ojos de varios en la Alianza- un test sobre su liderazgo e influencia en el sector. Las gestiones, de hecho, no fueron sólo públicas: el miércoles en la tarde, el Mandatario conversó telefónicamente con Matthei, para decirle que estuviera preparada para "cualquier escenario".

En el gobierno dicen que el apoyo a Matthei era la única opción sobre la mesa en La Moneda: Allamand había dejado las cosas muy tensas con la UDI, partido que no está disponible a respaldarlo, en ningún escenario.

El apoyo público de Piñera a Matthei, sin embargo, no cayó bien en RN. El timonel Carlos Larraín -quien la semana pasada se enfrentó a Palacio, al cerrar sorpresivamente un acuerdo con la DC para reformar el binominal- reclamó "prescindencia" de La Moneda. Más tarde, el propio Presidente hizo control de daños, enviando mensajes a RN diciendo que su declaración en Chilevisión había sido más amplia y que también había mencionado como posible candidato a Allamand.

Desde La Moneda, además, se insistió a RN en la necesidad de salvaguardar la unidad y en no llegar con dos candidatos a noviembre. La petición a los dirigentes del partido apunta a que, en caso de no llegar a acuerdo con la UDI para un candidato único, se allanen a un mecanismo de definición que permita terminar en el corto plazo con una competencia a dos bandas.

El viernes, Piñera remarcó esta postura, pidiendo candidato "único" y actuar con "grandeza". Además, mencionó por igual, como posibles candidatos definitivos del sector, tanto a Matthei como Allamand.

El escenario, decían ayer en el oficialismo, comenzó a complicarse y la apuesta de La Moneda por la "unidad" se hacía cada vez más compleja. La apuesta del Presidente, indicaban en el Ejecutivo, es alta.

CAPITULO 4
La irrupción de Matthei

El miércoles, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, llegó hasta el Senado. A las 16.15 horas se iniciaba la discusión de un proyecto de su cartera, relativo al régimen del seguro social en contra de riesgos de accidentes y enfermedades, y la suma urgencia que le dio La Moneda a la ley la obligó a estar en Valparaíso.

Fue allá donde, pasadas las 17 horas, Matthei se enteró de la renuncia de Pablo Longueira a su candidatura presidencial.

El anuncio la impactó. No sólo en lo personal, sino en sus planes inmediatos y de mediano plazo: Matthei, que hace justo dos meses había anunciado que el 11 de marzo de 2014 se retiraría de la política y trabajaría en un colegio, se convirtió a partir de ese momento en la carta presidencial de la UDI y de La Moneda.

Esa misma tarde conversó con el Presidente Sebastián Piñera y con el ministro Andrés Chadwick, dos llamados que en el oficialismo son sindicados como claves.

Sin embargo, la ex senadora por Coquimbo optó por la cautela. Su única señal pública fue la suspensión de un viaje que haría a Antofagasta el día siguiente y, más allá de su reacción lamentando el cuadro clínico de Longueira y dando cuenta de que su eventual postulación era un tema que primero trataría en privado, mantuvo estricto silencio.

Sus cercanos aseguran que, en momentos en que la UDI optó por aplazar unos días su nombramiento para dar tiempo al duelo por Longueira, ella se mantiene expectante.

En la misma entrevista en que anunció su retiro de la política -dada días después de la bajada de Laurence Golborne-, también dijo que la UDI "no la quiere", que está "bien distanciada" y que es "bien distinta" a su partido.

En ese momento, la ministra resentía la decisión del gremialismo de levantar a Longueira en vez de a ella (quien era vista en Palacio hace meses como una candidata con opciones) y a su memoria vinieron episodios similares, como cuando el partido truncó su llegada a la vocería en julio de 2012 y eligió a un histórico como Andrés Chadwick.

En la UDI la ven como una carta competitiva. No sólo frente a Andrés Allamand -en caso de que haya primarias o se opte por llegar con dos abanderados oficialistas a primera vuelta-, sino también frente a Michelle Bachelet (a quien conoció en su niñez, pues los padres de ambas fueron generales de la Fach). El hecho de ser mujer, de tener experiencia política y un carácter frontal, dicen en la Alianza, son factores a su favor.

Fuentes de su partido aseguran que si bien tiene algunas diferencias con el discurso oficial de la tienda (es partidaria de despenalizar el aborto terapéutico y es crítica del lucro en universidades privadas, por ejemplo), también se le darán garantías para su candidatura: ya se habla de la dupla Lavín-Golborne como pilares de su comando.

En cuanto a respaldo ciudadano, Matthei irrumpe con índices de aprobación más altos que los que tenía en su momento Longueira. Según la encuesta Adimark, es la tercera ministra mejor evaluada, con 59% de aprobación (Longueira dejó el gabinete en el octavo puesto y con 52% en el sondeo de abril). Y según la última encuesta CEP, de diciembre de 2012, en la tabla general de evaluación de personajes públicos aparece en el 11º lugar, 10 puestos mejor ubicada y con nueve puntos menos de rechazo que el ex ministro de Economía.

En la misma CEP y siempre en la tabla general, Allamand es el quinto político mejor evaluado y tiene 11 puntos menos de rechazo que Matthei. Sin embargo, en la submuestra entre quienes se identifican de "derecha" y "centroderecha", la carta RN figura tercero y ella cuarta, con un empate técnico entre aprobación y rechazo. Y entre la gente de centro, la ministra UDI suma 10 puntos más de evaluación negativa que él.

Al revisar la base de datos de esta encuesta CEP, mientras la valoración de Allamand es pareja entre hombres y mujeres, ella sube tres puntos en el mundo femenino respecto de su evaluación general, y donde muestra el rechazo más bajo es entre los jóvenes de 18 a 24 años. La llegada de ambos en los distintos estratos socioeconómicos está marcada por una clara preferencia del ABC1 en favor de Allamand, donde prácticamente dobla a Matthei en evaluación positiva.

CAPITULO 5
Novoa retoma el control de la UDI

El miércoles en la tarde, tras ser notificado de la decisión de Pablo Longueira de renunciar a su candidatura, el senador Jovino Novoa recibió en su oficina, en el piso 8 del Senado, al timonel y al secretario general de la UDI, Patricio Melero y José Antonio Kast. "¿Quién es ahora nuestro mejor candidato?", preguntó el ex presidente del partido. "Evelyn Matthei", fue la respuesta de los dos dirigentes. El ex presidente del partido entregó su acuerdo y así quedó zanjado: sería la ministra del Trabajo quien asumiría el vacío dejado por Longueira. Definición que fue abordada por el propio Novoa poco después, en una conversación a solas en el Congreso con Matthei.

Como fundador y figura histórica de la colectividad, Novoa ha mantenido una influencia decisiva en las decisiones del gremialismo. Un ejemplo reciente: en abril pasado, en el consejo general en que se proclamó a Longueira como candidato en reemplazo de Laurence Golborne, el senador tomó la palabra para ordenar al partido detrás de la idea de enfrentar al RN Andrés Allamand en primarias, diseño promovido por La Moneda para cuidar la unidad del sector, pero resistido por varios que querían seguir con Longueira como candidato propio hasta los comicios de noviembre.

Además, el senador por Santiago Poniente es uno de los principales defensores del ideario más tradicional del sector, posición desde la que discrepó de iniciativas impulsadas por la administración de Sebastián Piñera y respaldadas por Longueira, como el alza de impuesto a las empresas en el marco de la reforma tributaria.

Ahora, tras la bajada de Longueira, dicen en la colectividad, el escenario que se instaló en el partido fue comparado por varios con la crisis posterior al asesinato de Jaime Guzmán en 1991. Tal como en aquella ocasión, agregan altos dirigentes UDI, fue Novoa quien asumió buena parte del peso de las decisiones gremialistas y retomó sin contrapesos su rol de hombre fuerte en la tienda de calle Suecia.

El senador por Santiago Poniente, de hecho, fue uno de los contados dirigentes que se enteró, el fin de semana pasado -junto con Joaquín Lavín y Andrés Chadwick, quien mantenía informado al Presidente Sebastián Piñera- de la situación por la que atravesaba el abanderado presidencial.

Y el jueves en la tarde, en la comisión política, donde la UDI discutió los caminos a seguir, Novoa tomó la palabra para hacer un recuento de las elecciones presidenciales anteriores en que el gremialismo compitió con un candidato propio, en paralelo al abanderado de Renovación Nacional. El análisis que se abordó en la cita apuntó a que, sin perjuicio de hacer esfuerzos por un candidato de consenso, una carrera a dos bandas hasta noviembre no estaba descartada.

CAPITULO 6
Golborne queda en el camino

Minutos después de la bajada de Pablo Longueira, el miércoles pasado, Laurence Golborne se comunicó con su ex generalísima de campaña, Luz Granier, actual subsecretaria de Servicio Social. Ambos conversaron sobre que podría abrirse una ventana para reactivar su fallida candidatura, pero que debía ser con condiciones: tener el respaldo completo del sector y que la UDI y RN hicieran una autocrítica por lo ocurrido desde que el gremialismo bajó su postulación, en abril pasado, hasta las tensiones posteriores a las primarias.

Esta postura comenzó a ser transmitida a los partidos. Un interlocutor fue el secretario general de la UDI, José Antonio Kast. También, la diputada de RN Karla Rubilar. Esa misma tarde, además, el ex candidato accedió a una entrevista en televisión y luego realizó una rueda de prensa en la plaza El Golf. Un diseño que en el oficialismo fue considerado como una suerte de relanzamiento de su candidatura independiente. "No es el momento de pensar en el tema político", sostuvo el ex titular de OO.PP., dejando las opciones abiertas.

En principio, dicen en la UDI, su nombre fue mencionado por algunos diputados al momento de pensar en reemplazos para Longueira. Se recordó para ello sus buenos resultados en las encuestas, sobre todo en los sectores medios y bajos, perfilándolo como carta competitiva frente a Michelle Bachelet.

Sin embargo, la opción se desvaneció con rapidez. En el círculo de Longueira cuestionaron -en privado- el escaso apoyo de Golborne en los dos meses de frenética campaña del ex ministro UDI. Además, ese mismo miércoles, la cúpula UDI y La Moneda apuntaron sus miradas a Evelyn Matthei.

Los argumentos del gobierno y los dirigentes gremialistas para desechar una nueva opción de Golborne apuntaron a los mismos escollos que hicieron caer su postulación: el fallo de la Corte Suprema contra Cencosud por cláusulas abusivas en su tarjeta Jumbo Más, en 2006, período en que Golborne era gerente general, y la revelación de que tenía una sociedad comercial en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes.

Estos temas fueron debatidos el jueves por la bancada de diputados UDI en un almuerzo en el Congreso y luego en una cita en la sede del partido. "¿Golborne o Matthei?", preguntó el jefe de bancada, Gustavo Hasbún. Aunque hubo dardos cruzados, las mayores críticas fueron para el ex abanderado UDI. Algunos hicieron ver que los casos de Cencosud y las Islas Vírgenes aún eran flancos riesgosos.

CAPITULO 7
Allamand vuelve al ruedo

Poco antes de las 7 de la mañana del viernes aterrizó en Santiago el vuelo 621 de Lan, proveniente de Ciudad de México. A bordo venía Andrés Allamand, quien pasó en ese país, junto a su familia, una semana de vacaciones. En el aeropuerto, el ex senador optó por la cautela y dijo que el nudo presidencial de la Alianza se iba a resolver con diálogo.

Fue el mismo Allamand quien en las horas previas había notificado a la mesa su disponibilidad para evaluar una nueva candidatura. La derrota que sufrió ante Longueira en las primarias quedaba nula con su renuncia y ambas tiendas estaban en libertad de acción.

Las primeras líneas las trazó vía telefónica el jueves, cuando a través del altavoz del celular de Francisco Chahuán, vicepresidente de RN, participó a distancia de la reunión que esa mañana sostuvo la directiva del partido.

El mismo miércoles, tras el shock inicial provocado por la dimisión de Longueira, parlamentarios y dirigentes de RN hicieron denodados esfuerzos para contactar al ex presidenciable. Varios llamaron a las hijas y a amigos del ex senador, para que ayudaran a localizarlo en México. Tras varias gestiones, fue el timonel Carlos Larraín quien le informó de lo ocurrido y le planteó que su directiva estaba dispuesto a respaldarlo. Ambos, sin embargo, concordaron que primero había que ver qué definición adoptaba la UDI.

Cercanos a Allamand dan cuenta de las tres convicciones con las que el ex ministro regresó al país.

Lo primero es que, según ha comentado, considera que la realización de una primaria convencional entre él y Matthei es "inviable". No sólo porque se considera un hecho que, comparado con las 800 mil personas que votaron el 30 de junio, la convocatoria que podría tener una elección organizada sólo por los partidos, sin el apoyo del Estado y a pocos días de inscribir las candidaturas sería muy baja.

Lo segundo que el ex senador considera es que, más allá de las intenciones o gestiones que hagan las respectivas mesas directivas por buscar una carta única, son los consejos generales de ambos partidos los que zanjan las candidaturas. Allamand ha recordado lo que sucedió en 2005, cuando la cúpula de RN, encabezada por Sergio Diez, propuso a Lavín como presidenciable, pero el consejo general terminó proclamando a Sebastián Piñera.

El ex ministro de Defensa ha dicho que las bases partidarias "no van a permitir" que no sea él la carta presidencial. Y ha remarcado en privado que, en este contexto, el apoyo explícito que dio Piñera a Evelyn Matthei juega a favor suyo al interior de RN. ¿Por qué? Porque en el partido sigue latente la sensación de que La Moneda privilegió a Longueira en las primarias y que, tal como ha manifestado Larraín, el gobierno de Piñera ha tenido un trato poco deferente con el partido. "Con sus dichos sobre Matthei, Piñera terminó incendiando RN", comentó Allamand a un cercano.

El tercer elemento que ha marcado el ex senador es que tiene claro que genera anticuerpos en la UDI (lo que fue notificado formalmente el jueves por el timonel gremialista, Patricio Melero, a Larraín). Y que, así, la tienda de Suecia 286 no va a permitir que sea él la carta de unidad para enfrentar a Bachelet.

Con todo, ayer, tras reunirse con la directiva de su colectividad, mantuvo a firme su postura de que ambos partidos deben dialogar para buscar una salida. Carlos Larraín, en tanto, manifestó que no vio convencido al ex ministro de ser candidato.

Según ha comentado en su círculo, un elemento a considerar en la definición presidencial será la elección parlamentaria. En RN creen que llegar a esa instancia con un candidato de la UDI sería privilegiar las campañas de diputados y senadores gremialistas. Y que Allamand, que obtuvo el 48% de los votos de la Alianza en la primaria ante Longueira, les garantiza un mejor piso. Este cuadro, dicen en el oficialismo, se ve reforzado por la incertidumbre respecto de un triunfo presidencial, lo que transforma, para los partidos, el resultado parlamentario en algo mucho más determinante.

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