La revancha más esperada de Lasarte

Se acabó el estigma de segundón. Machete tuvo su anhelado desquite y consiguió el título del Apertura 2014 en su primer semestre al mando de Universidad de Chile.




A Martín Lasarte nunca más podrán catalogarlo de segundón. Tal vez, sólo los hinchas de Universidad de Católica. Ayer, en una jornada épica en el Estadio Nacional, Machete, ante 45.000 personas, consiguió su primer título al mando de Universidad de Chile y, de paso, enterró todos los fantasmas que tantas burlas y cuestionamientos le provocaron.

Su pasado en Universidad Católica lo persiguió desde que se puso por primera vez el buzo azul. Apenas arribó a la U, el DT debió lidiar con las comparaciones que, en más de una oportunidad, le hicieron perder la paciencia.

"Mi momento en la UC y la de la U son distintas. ¿Qué quieren que invente? La única similitud soy yo. Obviamente no quiero perder. No me parece justo que comparen situaciones", dijo el DT en cuanta  conferencia de prensa se presentó. "¿Por qué destacamos lo malo y no lo bueno? Porque no vende, el honrado no vende", añadió una tarde en que perdió la paciencia.

Los números de Lasarte en Las Condes no tuvieron el premio de una vuelta olímpica, pese a la regularidad en el juego que siempre tuvo el equipo. El saldo del ex defensor en la UC fueron tres segundos lugares (Torneo Apertura 2013, Torneo de Transición 2013 y Copa Chile 2012-2013), que terminarían adelantando su salida de la banca.

Revancha a la vista

Lasarte quería una revancha en Chile y se lo hizo saber a su círculo más cercano de amigos. El DT, apenas renunció a la UC y retornó a Montevideo, comenzó a diseñar un plan que le permitiese recuperar energías para volver al país que tanto lo cuestionó por su gestión como entrenador.

Machete, quien como futbolista destacó por su espíritu luchador, no estaba tranquilo. Anhelaba un desquite, aunque para algunos aquello pudo parecer masoquismo. Sin embargo, no tenía oídos para cuestionamientos.

Sus ansias de revancha eran superiores a todo eso, al punto de negarse a una oferta de Nacional de Uruguay, el club de sus amores. El Bolso se acercó al DT y le ofreció asumir el primer equipo. La respuesta fue un categórico "gracias, pero no". "Quiero volver a dirigir en Chile", añadió.

El norte del técnico charrúa era uno solo. "Desechó varias ofertas por ir a la U. Lasarte tenía una cuenta pendiente en Chile y eso le quitaba el sueño. En todos los países que ha dirigido le ha ido bien y no quería que Chile fuese una excepción. Es más, Nacional de Uruguay le ofreció más dinero que Universidad de Chile, pero ya tenía la decisión tomada. Quería una revancha", revela Rodolfo Patrone, amigo del DT campeón.

En su país, sin embargo, no apareció la única tentación que pudo complicar el futuro del charrúa en la U. Apenas llevaba dos semanas en Universidad de Chile y un fax llegó directamente desde España a las manos de Lasarte. Deportivo La Coruña le ofreció tomar el primer avión a Europa y asumir las labores de técnico del equipo que una vez defendió como jugador. La respuesta fue la misma que le entregó a Nacional de Uruguay. A Machete nadie le sacaba de la cabeza que debía silenciar las burlas que tanto lo incomodaron.

"Llegó esa oferta  y la rechazó. Me dijo que quería cumplir su ciclo en la U y que sólo tenía en mente sacar campeón al equipo", reconoce Flavio Perchman, representante del charrúa.

Sus primeros días en la U

Su mano comenzó a notarse desde el primer minuto que llegó a Universidad de Chile. Atrás quedaron los tensos días que se vivían en el Centro Deportivo Azul y la sonrisa volvió al rostro de los jugadores. Era su primer éxito.

"Cuando llegamos, el plantel estaba un poco cabizbajo. Trabajamos arduamente y logramos que se metieran rápidamente en lo que queríamos. Siempre seré un agradecido de la disposición de los jugadores", señaló Rodolfo Neme, ayudante técnico.

El buen juego comenzó a ilusionar a los hinchas de la U, que fecha a fecha llenaron los diferentes estadios en donde jugó el ahora campeón del Apertura.

"Recuerdo que el complejo (CDA) le llamó la atención. Me contó que era maravilloso y desde su llegada quedó muy sorprendido con el club", recuerda el agente del ex defensor.

En su llegada al CDA, sin embargo, Lasarte tuvo que doblegar sus esfuerzos para ganarse el reconomiento del hincha de la U, que no olvidaba su paso por la UC. El juego del equipo fue su mejor aliado. El sólido comienzo en el Apertura hizo que las miradas de reojo de los hinchas cambiaran rápidamente por aplausos.

"Martín siempre me ha dicho que está muy contento en Chile, en la U, en este caso. Es un agradecido del cariño de la hinchada y, cada vez que conversamos, me habla de la incondicionalidad de la barra", dice Rodolfo Patrone.

Los jugadores, sin embargo, no fueron los únicos que celebraron la llegada del uruguayo. Los funcionarios del club quedaron sorprendidos por el buen trato del técnico, quien siempre saludaba afectuosamente a cada uno de los trabajadores del CDA y, en muchas oportunidades, les conversaba para conocer sus historias familiares.  "Martín es una persona espectacular. Te saluda y siempre está preocupado de cómo estás. Se nota que es un caballero", revela un funcionario del club.

La derrota ante Colo Colo, en el Estadio Monumental y, posteriormente, la igualdad ante Barnechea, agotaron la cuenta de ahorro de Universidad de Chile. El bueno humor del entrenador desapareció, al menos en público. Endureció el rictus. Ya no sonreía fácilmente. Su enfoque sólo apuntaba a conseguir el título para no darle cabida a sus críticos.

"El trabajo que realizó en la U es espectacular. Sólo perdió ante Colo Colo y, si uno hace memoria, ni en la mejor época del club con Sampaoli pudieron ganar al clásico rival en condición de visitante", comenta Flavio Perchman.

El charrúa, en ese periodo, se alejó de los medios y sólo se remitía a atender a la prensa en conferencias masivas. "Le pido disculpas, pero prefiero no hablar en este momento", respondía el técnico ante la petición de entrevistas individuales.

Lasarte no vivió solo este proceso. La mujer del técnico viajó a Chile para acompañarlo en los duelos claves de la U.  "Su familia era su desahogo. Lo visitaban cada 15 días", agrega un cercano al DT.

Su mejor terapia para relajarse fue ir al cine y dedicar largas horas para recorrer caminando los parques del sector oriente de la capital. No quería tener contacto con nadie que no fuera de su círculo íntimo. Fueron semanas, las previas a la definición, extremas desde lo sicológico.

Quizás eso explica su desahogo la tarde del sábado una vez conseguido el título con la U. No sólo saldaba su deuda con el fútbol. Definitivamente, enterraba los fantasmas que lo apuntaban de ser un técnico que flaqueaba en las instancias decisivas.

Los emotivos abrazos con sus dirigidos y los dirigentes en el medio de la cancha dejaban en claro el cariño cosechado en el club. Al fin, Lasarte podrá dormir tranquilo. Ya no tiene cuentas pendientes en Chile.

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