Las Brisas de Santo Domingo: los placeres de la vieja guardia

¿Vale la pena viajar kilómetros a la costa, sorteando controles de identidad, para sentarse a una mesa de matices chilenos marinos clásicos? En un club de golf con vista al mar, quizá.




Un refugio de la tradición. Proponer lo contrario en un comedor como el de Las Brisas -y en realidad, en la gran mayoría de estos lugares en Chile- parece contraproducente. Lo moderno está en El Golf o en Nueva Costanera. Allá, donde todo está pensado para ser el amparo de una retaguardia pudiente, no interesan los trucos nuevos, quizá porque vienen arrancando de aquello. Sucede que en el fondo, los visitantes al complejo no van por comida como primera opción. Llegan por el aire marino o para disfrutar de una vida suburbana resguardada al detalle, donde pueden perderse por horas y horas entre el césped de su extensa cancha de golf. Luego, en tercer plano acaso, se dejan caer hacia una propuesta gastronómica diseñada, ante todo, para recordar las raíces.

Lo típico bien hecho se agradece y para eso levantaron a la concesionaria de la competencia -Club Rocas de Santo Domingo-, para que su mano pesara en la carta. Así las cosas, vale la pena el viaje si aparece una cantidad de Locos Apanados ($ 6.980) de blanda consistencia y una fritura impecable que resalta el sabor de un marisco que ahí, servido con una salsa tártara como manda la regla, es un lujo. Si los hay -están fuera de carta-, seguramente recomendarán erizos y es buena idea aceptar el consejo. Aparecieron perfectos en frescura y poderosa untuosidad.

La lista prosigue y larga. Cebiches ($6.600), Machas Parmesanas o Al Vapor ($5.800), Pastel de Jaibas ($5.800), la trilogía de paltas -Reina, Cardenal, York-, Caldillo de Congrio ($6.500) y pescados a la plancha. Todo en tamaño respetable, de cuidada preparación pero con un aire de rusticidad propio de un estilo franco, que a ratos se agradece a pasos de la costa. Eso pasó en el Crepe de Mariscos ($5.800), relleno de camarones y loco y con la crema justa para no llevarse el gusto a mar. De los pescados, el tostado de la Corvina Grillé ($5.800) era el preciso, logrando un agradable contraste de textura con un centro a punto. Ahora, esos deliberados trazos gruesos pueden ser contraproducentes en otras áreas, como en el grosor excesivo en la masa de la Ponderación ($1.980), aceitosa, que se salvó sólo por el rico helado de pistacho hecho en casa. Por otro lado, lo antiguo no tiene por qué extenderse a detalles como aceites de oliva sin tapar, a expensas de la oxidación.

Tanto atractivo tiene su costo. Primero, 20 minutos desde San Antonio en auto y para quien no es socio del club, asumir un ritual de control de acceso incómodo (podrían descontarlo en la cuenta final, a modo de compensación). Pero se tiende a olvidar conforme parece pasar el rato, se aprecia el paisaje en verde mar y se suceden platos, en suma, con altura de miras.

FICHA

Calificación:
Dirección: Condominio Las Brisas de Santo Domingo, Santo Domingo 
Teléfono: (35) 42 0042 
Horario: Lunes a domingo, almuerzo y cena 
Consumo Promedio: $ 18.000

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.