Las claves para entender la crisis de Burkina Faso

Siendo un país pobre incluso para los estándares de África occidental, esta nación sufrió hasta la década de 1980 de varios los golpes militares. Recientemente, un levantamiento popular obligó a su mandatario Blaise Compaoré a dejar su cargo tras 27 años en el poder.




La República de Burkina Faso, antes conocida como Alto Volta, es un país de África Occidental que limita al noroeste con Mali, al noreste con Níger, al sur con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín. Su capital es Uagadugú y fue colonia de Francia hasta el 5 de agosto de 1960. Siendo un país pobre incluso para los estándares de África occidental, esta nación sufrió hasta la década de 1980 de varios los golpes militares.

Blaise Compaoré (el recientemente depuesto mandatario) gobernó el país desde el 15 de octubre de 1987, cuando llegó al poder mediante un golpe de estado en el que su predecesor Thomas Sankara (quien es llamado el padre del panafricanismo) fue asesinado.

El ex mandatario modificó la constitución dos veces para poder mantenerse en el poder: el año 1997 y el 2000.

El jueves 30 de octubre del presente año, se tenía previsto modificar de nuevo la Carta Magna para Compaoré pudiese quedarse en el poder más allá del 2015. Sin embargo, el gobierno de Burkina Faso debió anular la votación de la enmienda constitucional después de que se desatara una violenta protesta ciudadana en la que centenares de manifestantes asaltaran e incendiaran el edificio del Parlamento del país bajo el lema "27 años son suficientes".

24 horas después de desatados los desmanes, donde se registraron al menos 30 personas muertas y 100 heridas, Compaoré declaró estado de emergencia y resolvió disolver el gobierno. Esta decisión no fue acogida por el Ejército del país africano, pues estos apoyaban abiertamente las exigencias de los civiles y consideraban que la decisión del presidente no era más que una forma para continuar en el poder.

Blaise Compaoré decide finalmente anunciar su abandono del sillón del ejecutivo y refugiarse en Yamusukro, Costa de Marfil. En ese momento, el ex mandatario instó a la calma y subrayó que se celebrarían elecciones dentro de 90 días para definir a su sucesor.

Ante ello, Naberé Honoré Traoré, el jefe del Estado Mayor del ejército, asume la función de jefe de Estado Burkina Faso, anunciando en un comunicado la creación de un "órgano de transición", que se hará cargo del poder ejecutivo y legislativo.

No obstante, debido a presiones y diferencias de opinión entre los altos mandos del ejército, el 1 de noviembre se designa "por unanimidad" al coronel y número dos de la guardia presidencial, Yacouba Isaac Zida, como jefe transitorio del Estado. Zide justifica su decisión de tomar el poder argumentando la "necesidad de evitar" que el país se hunda en la "anarquía" y para garantizar el pasaje hacia una democracia que el pueblo de su país pidió en modo "urgente".

El coronel también proclama un gobierno de transición que habría de liderar un nuevo proceso constituyente a fin de restablecer el orden en un plazo de doce meses. De hecho, con el objetivo de alejar la idea de una junta autoritaria, los militares indican que esta transición se haría de manera democrática y concertada.

Sin embargo, ese mismo

que los habitantes rebautizaron como "plaza de la Revolución"), para protestar contra la "confiscación" del poder por parte del ejército.

La contundente acción militar ha provocado que la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, condenen con dureza la toma del poder por parte del ejército y a exigido que sea un civil quien lidere el proceso de transición.

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