Las dudas que dejó la gestión de Japón ante la crisis de los rehenes del Estado Islámico

Según expertos, la decapitación de los nipones es una llamada de alerta al gobierno que tendrá que impulsar las operaciones de inteligencia tanto dentro y fuera del país.




Tras la decapitación de los dos rehenes japoneses a manos del grupo terrorista Estado Islámico (EI), se han sembrado las dudas acerca de la habilidad del gobierno nipón para enfrentarse a los terroristas y la capacidad de manejar una crisis internacional. 

Según analistas, estas ejecuciones son una advertencia a Japón, país oficialmente pacifista que no se ha involucrado en los conflictos en el medio oriente, que su tibia respuesta frente a estas amenazas revela una debilidad en los recursos diplomáticos en la zona.  "La falta de información dificultó al gobierno manejar la situación",  afirma Takashi Kawakami, experto en seguridad y profesor en la Universidad de  Takushoku.

"Es una llamada de advertencia. Tras esta experiencia, el gobierno tendrá  que dar un impulso a las operaciones de inteligencia, tanto dentro como fuera  del país", declaró Kawakami.

En un vídeo difundido el sábado, el EI aseguró que había decapitado al corresponsal de guerra Kenji Goto, una semana después de la ejecución de otro japonés, Haruna Yukawa.

Conforme se desarrollaba la crisis, se hizo evidente la falta de contactos y experiencia de Tokio en la región.

Japón pareció depender completamente de su aliado jordano, que intentaba por su parte liberar a un piloto de su ejército del aire, también capturado por  los yihadistas. 

Masanori Naito, profesor de estudios islámicos y de Oriente Medio en la  universidad de Doshisha, cree que para Japón habría sido más lógico acudir en  demanda de ayuda a Turquía, que ya ha gestionado previamente la liberación de  rehenes del EI.

"Es probable que el gobierno empiece a estudiar la idea de movilizar al  ejército , en situaciones en las que haya japoneses en peligro en el extranjero", consideró Naito.

El diario Yomiuri se hizo eco de este punto, asegurando que era "importante  que el gobierno y los partidos ahonden en las discusiones sobre ese asunto". 

En un anuncio que realizó hoy, el Primer Ministro de Japón,  Shinzo Abe,  se refirió a la necesidad de iniciar un debate sobre un marco legal que permita a las fuerzas de autodefensa japonesas actuar en el extranjero para salvar a compatriotas en peligro, algo que actualmente no es posible.

Abe subrayó: "Si nos dejamos atemorizar por los monstruos del terrorismo y caer en el caos tras la reciente tragedia, entonces los terroristas conseguirán lo que quieren".

"Nunca perdonaremos a estos crueles terroristas. Japón trabajará con la comunidad internacional para hacerles pagar por su crimen", añadió.

El drama de los rehenes se produjo después de que Abe prometiera el mes pasado durante una gira por Oriente Medio 200 millones de dólares de ayuda para  los países que acogen a refugiados del EI provenientes de Irak y Siria. Los  yihadistas exigieron la misma cantidad como rescate por los dos prisioneros  japoneses, que al parecer llevaban meses retenidos.

En el vídeo del EI, el supuesto verdugo de Goto advierte de que la  ejecución es el resultado de las "insensatas" políticas de Tokio, y afirma que  la "pesadilla para Japón" solo acaba de empezar.

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