Lejderman por Cheyre: "El tema del Servel es secundario para mí, frente al tremendo crimen de mis padres"

<p class="bullet">Ernesto Lejderman dijo a<b> La Tercera</b> que, a raíz del debate surgido en los últimos días por la denuncia de la vulneración a los derechos humanos de sus padres, "Chile tiene una oportunidad histórica para recomenzar una nueva etapa". </p><p class="bullet">Al mismo tiempo, argumentó que "me parece una contradicción que un militar tan intelectual tan preparado diga que desconocía el informe Rettig, que recorrió todo el mundo".</p>




Ernesto Lejderman tiene 42 años. Cuando tenía cuatro décadas menos, perdió a sus padres, tras el enfrentamiento de estos con un patrulla militar en La Serena.

Era diciembre de 1973 cuando Lejderman fue encomendado al ex comandante Juan Emilio Cheyre, para que lo ubicara en un convento mientras se contactaban a sus padres.

A cuarenta años de ese incidente, Lejderman - quien, actualmente, vive en Buenos Aires junto a su esposa- vino a Chile a confrontar al ex uniformado, quien tras lo sucedido, decidió presentar ayer su renuncia a la presidencia del consejo directivo del Servel.

La Tercera conversó hoy con Lejderman sobre esta situación y el escenario que su caso toma a contar de ahora.

¿Qué le parece que el resurgir de su caso haya incidido en la decisión de Cheyre de dejar su rol de presidente del Servel?

— Yo vine a Chile a plantear memoria, verdad y justicia por la muerte de mi mamá y mi papá.

Respecto a la situación con el Servel, perdone que lo diga, pero para mí es secundario, no es un tema importante, porque primero no conozco bien lo que es el Servel, frente al tremendo crimen de lesa humanidad.

Sí puedo decir que me sorprende mucho que, cuando me enteré que Cheyre era presidente  y ahora miembro del directorio en Servel, un órgano que garantiza el tema electoral en esta democracia.

Entonces, una persona que era autoridad en un regimiento, que mandaba a torturar y matar, me parece muy extraño que tenga un cargo tan de la democracia. Eso me sorprende.

Tras varios intentos por contactarlo, finalmente pudieron verse las caras en TVN. ¿Qué impresión le dio Cheyre, al tenerlo al frente?

— Me llamó la atención que siga diciendo una mentira que tiene ya cuarenta años. Yo no creo que él no sabe nada, que en el regimiento sólo llevaba papelitos, que casi no actuaba en ese regimiento, me parece muy difícil de creer.

El dice que sus tareas eran administrativas, papeles y que solamente trabajaba el tema de la intendencia. Bueno, ¡la intendencia funcionaba en ese regimiento, era la máxima autoridad política de la zona!

Me cuesta muchísimo creer eso, la verdad, pero lo importante acá es que la historia de mis padres ya se conocía de antes. La carta a Cheyre se la mandé en 2004, donde le planteo que se presente a los tribunales de justicia, nunca hubo una respuesta a esa carta.

Y lo que importa acá es que un sector de la sociedad chilena, está pasando una cuenta a Cheyre por su accionar, por su silencio, de tantos años. Le está pasando una cuenta y por eso se produce esa instancia de Cheyre, de la necesidad de querer blanquear su imagen.

Yo creo que el reportaje fue armado con la idea de que aparezca como con palabras bonitas, por un niño con una historia. Yo creo que la idea de Cheyre era presentar una idea de reconciliación, buscaba en mí - yo creo- un abrazo, un beso.

No le deseo a nadie, ni a Cheyre ni a ningún militar genocida, nada comparable con lo que vivieron mis padres. Solamente, justicia.

En consideración a su historia familiar, ¿fue fuerte encontrarse frente al ex comandante en jefe, cómo se preparó para ese momento?

— ¿Sabes lo que fue muy fuerte? Me intentaron convencer, desde el canal de televisión, que el abogado de Cheyre estuviera presente.

Cheyre puso como condición no sólo hablar más tiempo que yo, que fue así, habló muchísimo más tiempo que yo-, sino que puso como condición ir con su abogado, que su abogado planteara que Cheyre no tuvo nada que ver con el tema judicial, a lo que yo me negué rotundamente, porque de entrada, me invitaron a que estuviera él y yo, nada más.

Fue una presión que me hizo TVN a mí, pero que Cheyre a TVN; todos sabemos que TVN maneja mucho poder en Chile.

Entonces, cuando yo me negué a que Cheyre tuviera al abogado, él casi no va.

Por eso Juan Manuel Astorga, de quien digo que hizo un muy buen trabajo, planteaba que fue muy difícil armar el encuentro, porque yo no acepté la presión para que estuviera el abogado que él planteara.

Ahora que confrontó a Cheyre, ¿qué es lo que se viene para su petición, qué acciones desarrollará?

— Yo estoy en esta instancia en la comisión iberoamericana de Derechos Humanos trabajando el tema. En Chile ya se cerró la causa.

Sé que hay otras denuncias contra Cheyre, que las han hecho otras personas. Bueno, yo no conozco tanto el detalle, pero mi vida continua, yo sigue buscando memoria, verdad y justicia por mis padres, el tema del Servel a mí, la verdad, me es secundario.

En el programa, la verdad es que me conmovió mucho porque me sentí muy incómodo escuchando al lado mío frases que ya había escuchado, pero negando la realidad, de que en Chile no hubo ningún pacto de silencio...¿quién se va a creer que no hubo uno? No le creí nada.

¿Qué le parece que él asegure que desconocía el informe Rettig y que había tenido conocimiento de otro documento elaborado por Augusto Pinochet?

— Me parece una contradicción. ¿Cómo un militar tan intelectual, tan preparado, desconozca el informe Rettig, que recorrió el mundo? Me parece muy raro.

Lo importante acá, creo yo, no es lo que me pareció a mí, sino cómo la sociedad chilena tomó las palabras de Cheyre. A cuarenta años de la dictadura, yo creo que la sociedad chilena tiene que empezar a analizar más en profundidad a estos Cheyre que, durante cuarenta años, nos han mentido.

Yo creo que tiene  que haber un antes y un después.

¿Se logran subsanar, en parte, los recuerdos que ud. y su familia alberga, tras haber logrado confrontar al ex comandante Cheyre?

— Yo no provoqué nada, yo vine aquí a decir lo que pasó con mi mamá y mi papá, pero lo vengo haciendo desde el año 2000. Lo que pasó acá es un cuestionamiento serio, de un sector de la sociedad chilena.

Lo que pasó es que Cheyre habló de lo que nunca quiso hablar, el caso de mi papá y mi mamá, y quedó en evidencia ante la tv. No convenció a mucha gente, creo yo, y quedó en evidencia que nos estuvo mintiendo durante muchos años.

¿Considera que, desde 2000 en adelante, ha habido cambios importantes en la sociedad chilena, al punto de que en 2013 el revuelo de su caso incidió en la decisión de Cheyre de dejar la presidencia del Servel?

—  Creo que la sociedad chilena ha ido cambiando muy rápidamente, la sociedad chilena avanza, ha ido madurando, va comprendiendo que los delitos de lesa humanidad no pueden prescribir, no se pueden olvidar.

Yo creo que la sociedad chilena va entendiendo que el ejército chileno no tiene por qué seguir protegiendo a los militares que están vinculados con crímenes de lesa humanidad.

Que los militares enfrente los militares y que el ejército empiece con gente distinta, comprometida con la democracia, los derechos humanos.

Me parece que Chile tiene una oportunidad histórica de recomenzar una nueva etapa, en general.

Este caso no es el único, son miles de casos, lamentablemente, ojalá fuera el único, y la verdad es que es terrible.

Pero yo creo que lo que pasa en este minuto es que hay un sector de la sociedad chilena que le está reclamando a Cheyre que sea consecuente con su conducta. Se le está planteando ya que sus palabras no convencen a nadie, me parece a mí.

Trato de no pensar tanto en este tema, hago mi vida normal, tranquila, tengo mi trabajo, mi pareja. Es más, me ofrecieron trabajar en derechos humanos, no quise. Yo sufrí bastante en este caso y no quiero seguir sufriendo con otros casos.

Yo me dediqué al juicio de mis padres hasta 2009, muy intensamente, y luego me cansé un poco, pero sigue en la comisión interamericana de derechos humanos. No pretendo que mi vida sea permanentemente, una denuncia, pero sí no olvido a mi papá y a mi mamá y toda oportunidad que tenga para plantearlo, lo voy a hacer.

Esta mañana, Juan Emilio Cheyre mencionó que ud. habría vivido engañado veinte años por sus abuelos, por la historia que le contaron sobre sus padres, ¿cómo tomó estas palabras'

—  A mí me parece que Cheyre quiso equilibrar el dolor de él con el que sentí yo, me parece increíble y ridículo.

No puede ser que Cheyre haya sido víctima, las víctimas fueron mis papás y yo, él no es víctima, él era autoridad en el regimiento Arica.

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