Librería Ulises: El libro como objeto de culto

<img alt="" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586906.jpg" style="padding: 0pt; margin: 0pt;" width="60" align="left" border="0" height="13">  Con una propuesta arquitectónica que extiende los límites espaciales y juega con la ilusión, se abre una nueva sucursal en el barrio Lastarria.




Buen lugar, buen ambiente. Miles de libros, o los suficientes como para sumergirse horas y horas buscando novedades. Desde un hallazgo como Los Soprano Forever: Antimanual de una Serie de Culto, hasta las más recientes publicaciones al estilo de Preguntas que Hacen Historia: 40 Años entrevistando (1970-2010), de Raquel Correa, es posible encontrar en la nueva Librería Ulises, emplazada en un espacio de 112 m2 proyectado por el arquitecto Sebastián Gray en conjunto con Cristián Schmitt.

En el corazón del barrio Lastarria (Lastarria 70), en un pequeño y nuevo bulevar rodeado de restaurantes y cafés, Ulises se planteó entonces como una suerte de parada cultural que adopta el lenguaje de una clásica biblioteca, pero lo refina y moderniza. Cómo: a través de la incorporación de espejos en el cielo y colores que empatizan con el material que por antonomasia entrega calidez a los ambientes –único requerimiento del mandante–: la madera.

Desde ahí el espacio se resolvió atemporalmente, subyugando las modas a ambientes que enaltecen al objeto que los convoca, el libro. "El encargo de una librería recuerda una tipología antigua que es la biblioteca, un lugar de culto, donde el libro es el centro de atención", explica Gray, y agrega que justamente fue a partir de esa idea desde donde lo demás agarró forma. "La atmósfera de santuario se busca mediante una ilusión dramática, la repetición al infinito de escaparates y libros, lograda mediante un cielo reflectante, un orden horizontal en el diseño del mobiliario, una iluminación –obra de Oriana Ponzini– cuyas fuentes están ocultas, un uso del color envolvente que integra las superficies y una superposición de diversos planos y niveles".

De esta manera Ulises se transforma en un espacio de límites difusos y a la vez muy concreto al que se accede después de pasar por una vitrina sombreada por marquesinas y en cuyo interior incluye un altillo, donde acomodaron una selección de títulos relacionados con el arte, la arquitectura y el cine, al tiempo que sirve de platea para actos, tertulia y lanzamientos que se dan alrededor de una gran mesa redonda.

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