Los 116 pases vitalicios para los encuentros de la "Roja"

El miércoles se les dará un pase liberado a todos los futbolistas que jugaron por Chile en un Mundial. Claudio Bravo fue clave para concretar esta idea.




Hubo días en que Sergio Navarro portó la jineta de capitán de la selección chilena. Y no fue el de un combinado cualquiera. El ex lateral izquierdo comandó a la Roja cada vez que salió a la cancha durante el Mundial de 1962. Era el líder de la oncena más gloriosa del fútbol nacional.

Idolo total, reverenciado por todos, hasta que llegó el día que no debió llegar. Navarro llegó al estadio y solicitó, con todo derecho, ingresar. Se presentó, pero un portero que no sabía quién era lo dejó esperando en la puerta. Ahí se quedó el zurdo, abatido. Golpeado por el fantasma del olvido, hasta que alguien se apiadó y le permitió el ingreso. "Pero me mandaron a una galería lateral, me acuerdo. Estaba solo... fue un momento muy desagradable", relata a La Tercera.

A partir del miércoles, don Sergio no volverá a sufrir semejante humillación. Su teléfono sonó hace algunos días y al contestar recibió la invitación. Debe presentarse en las dependencias de la ANFP el miércoles a las 20.00. El ex mundialista, tercero del mundo con la Selección, será uno de los 116 futbolistas chilenos que recibirán un pase vitalicio para ingresar a los estadios a todos los partidos de la Selección. En el recinto que sea, en la ciudad que quiera. Sin filas ni espera demás. Sólo con presentar su nombre, Sergio Navarro tendrá el acceso asegurado a ver en directo lo que más ama: el fútbol.

El homenaje demoró años en llegar. Para los más veteranos, demasiado tiempo. "Es lo mínimo que se puede hacer por los jugadores que han disputado algún Mundial. Me alegra que esta idea se vaya a cumplir", asegura Claudio Bravo desde España. Y el arquero del Barcelona tiene mucho que decir en este tema, puesto que fue uno de sus gestores.

Todo partió durante el desarrollo de Brasil 2014. Bravo y el presidente de la ANFP, Sergio Jadue, conversaron el asunto. Ahí comenzó el proceso que terminará con la ceremonia de este miércoles. Jadue le llevó la idea al directorio, que aprobó la moción.

En total, serán 116 los futbolistas reconocidos por la Asociación. Todos representantes de Chile en alguna Copa del Mundo. Los más antiguos, Andrés Prieto (85 años) y Manuel Alvarez (86) y Carlos Ibáñez (83), quienes jugaron el Mundial de Brasil 1950. "Es bonito, muy bonito, que por fin se nos reconozca de esta forma. Es bueno saber que todavía se acuerden de nosotros", expresa Navarro, quien confiesa que ya está preparando su traje para recibir el regalo del fútbol chileno. "Ojalá que me lo entregue Bravo, de capitán a capitán", apunta.

El arquero de la Selección en Alemania 1974, Leopoldo Vallejos, también recibió la invitación. "Parece que a nadie le dijeron de qué se trataba", explica. Eso no es un problema para el golero, quien tuvo grandes temporadas en Universidad Católica: "Ir al estadio es muy caro. Sé de ex compañeros de la Selección que han querido ir al estadio, pero no tienen dinero para pagar un boleto. En mi caso, yo opté por no ir, porque no podía, porque ya no quería. Ahora la cosa será muy distinta".

El reconocimiento les permite a los seleccionados nacionales, de antes y de ahora, asistir cuando quieran a un partido de la Roja. De hecho, en Quilín se ha planteado la idea de hacer un palco especial para las figuras más importantes.

La pregunta ahora es si este homenaje se extenderá a los clubes. El último fin de semana, por ejemplo, Leonel Sánchez (figura chilena en los Mundiales de 1962 y 1966) se acercó al Santa Laura para ver el partido entre Unión Española y Antofagasta, por el torneo de Apertura. El máximo artillero de la Copa del Mundo disputada en casa, sin embargo, se quedó afuera. No tuvo la suerte de Navarro, ni siquiera le ofrecieron una tribuna lateral. El encargado de los ingresos simplemente le dio un portazo en el rostro a uno de los 10 jugadores más importantes en la historia del balompié local.

"Estamos más viejos, más canosos, los más jóvenes no nos conocen", es el relato resignado de Navarro. El capitán ya no deberá dar explicaciones al llegar a un estadio.

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