Los días interactivos de Murakami: el autor dialoga con sus lectores

Desde el 16 de enero, el escritor japonés comenzó a responder las consultas que sus seguidores le envían a su sitio web.




A través de sus palabras, es posible reconstruir el pensamiento de un hombre. En el caso de Haruki Murakami hay, además de sus libros, apenas un puñado de entrevistas que son demasiado escasas y esporádicas. Quizás por eso, el autor de Tokio blues (Norwegian wood) nacido en Kioto en  enero de 1949, ha creado varias instancias para abrirse e interactuar directamente con sus lectores.

Entre 1996 y 1999 tuvo un sitio web personal -que  volvió a abrir en 2006-, donde intercambió correspondencia con el público. En 2002, tras el lanzamiento de Kafka en la orilla, la editorial Shinchosha abrió una web temporal sobre el escritor, y ahora -desde enero de 2015- está activo un sitio en japonés (Welluneednt.com) llamado El espacio del señor Murakami, donde tanto fanáticos como curiosos pudieron preguntarle sobre gatos, amor, música y cualquier asunto de particular interés. La recepción de consultas finalizó el 31 de enero, y desde ese mismo mes empezó a contestar  en aquella web las más de 30 mil preguntas que recibió.

Información sentimental

Las referencias musicales se encuentran por todo  Murakami. La dirección de su consultorio es el nombre del estándar de jazz compuesto por Thelonious Monk, Well, you needn't. Otra referencia evidente es la de su libro de 1987, Tokio blues (Norwegian wood), con el que logró la masividad y que alude a la canción de los Beatles incluida en su álbum Rubber Soul, de 1965. El tema es el predilecto del universitario protagonista de la novela, ambientada a finales de los sesenta.

Consultado por su canción favorita del cuarteto de Liverpool, Murakami responde que no se puede decidir, pero que le gusta mucho el single Penny Lane/Strawberry fields forever, y aprovecha de confesar que le perturbó el álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band cuando lo escuchó por primera vez, porque era "demasiado innovador". También cuenta que vio a los Red Hot Chili Peppers en el Super Bowl y su veredicto es que "aún rockean".

Las respuestas fluyen si se trata de cultura pop. Por ejemplo, reconoce haber visto Lost (cuenta, emocionado, cuando se encontró con Naveen Andrews, uno de sus actores, en una librería), Dexter  y The Following, y confiesa que tiene pendiente terminar Six feet under y Breaking bad. Dice también que, de no ser escritor, le hubiera gustado ser Chewbacca en La guerra de las galaxias.

Días antes de la ceremonia de los Oscar, apostó por Birdman como la mejor de las nominadas y elogió "su manera de tratar la obra de Raymond Carver", autor al que Murakami tradujo al japonés. También recordó cuando Alejandro G. Iñárritu, director de la cinta, le pidió permiso para usar algunas frases de Kafka en la orilla para el trailer de Biutiful, su película de 2010 protagonizada por Javier Bardem: "Iñárritu me agradeció enviándome un gran paquete de devedés con la leyenda 'gracias por dejarme usar sus frases'".

En su consultorio, Murakami también ha dado cándidos consejos de vida,  sobre el amor, y cómo lograr metas y sueños. También ha respondido sobre materias mucho más prácticas: colegios mixtos (le gustan porque estuvo en uno y fue una buena experiencia), su color preferido para la ropa (el azul marino, por lo práctico) o qué hace para cuidarse el pelo (shampoo y enjuague).

Consejos de escritura 

"Trabajo todos los días sin falta. Nunca tengo un argumento antes de empezar a escribir. Los personajes aparecen en mi cabeza, de la nada, mientras escribo historias. Es simple y fácil", responde, casi como en telegrama, cuando le preguntan sobre su proceso de escritura. En otra entrada del sitio, da más pistas de su rutina creativa: "¿cómo escribir (una novela) sin perder la inspiración a medio camino?", responde a un joven de 15 años, "sugiero que te sientes en tu escritorio todos los días por una hora, ojalá siempre a la misma hora (...). No leas libros, no navegues. Escribe o no hagas nada más. La continuidad es la clave para la inspiración. Eso es exactamente lo que hago todos los días".

Cuando escribe, dice no confiar en la inspiración sino en los recuerdos, y  asegura creer en lo sobrenatural -algo muy presente en sus novelas- sólo mientras escribe: "Cuando no, soy sólo un hombre ordinario con un fuerte sentido común", bromea. Y sus protagonistas, asegura, son "teorías de mí mismo, por así decirlo. Son lo que pude haber sido".

El autor también dice que le desagrada ser la constante apuesta por el Nobel de Literatura porque se siente como un caballo de carreras. "Es molesto", remata.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.