Los hijos del terremoto

Ocho niños, la mayoría de padres extranjeros, han nacido en el puesto médico del Ejército, que apoya la labor del Hospital de Iquique, dañado por el sismo.




Un terremoto, otro temblor fuerte al día siguiente y un viaje que parecía eterno en ambulancia entre Alto Hospicio e Iquique tuvieron que ocurrir antes de que naciera ayer la hija de Verónica Villca (20) y Erickson Choque (22), en el Puesto de Atención Médica del Ejército (Pame), el que apoya las labores del Hospital Regional de Iquique, establecimiento que quedó con un 30 por ciento de su infraestructura dañada, tras el movimiento telúrico de 8,3 grados Richter del martes pasado.

"La mañana en que fue el terremoto, Verónica se había comenzado a sentir mal. Pero con todo lo que ocurrió, los nervios y la emergencia, pensamos que todo se apuró, porque el parto era para el 5 de abril", relata el padre de la menor, que pesó casi cuatro kilos.

Erickson añade que tras ocurrido el sismo "tuve que discutir con paramédicos de un centro asistencial de Alto Hospicio para llevarla al hospital: el camino estaba cortado, pero la ambulancia, al fin, pudo bajar rápido. Y luego no tuvimos mayor problema para el ingreso". Sin embargo, el joven cuenta que siempre pensó que su niña nacería en el hospital de la ciudad "y no en uno de campaña. Pensaba que no está preparado para estas cosas, pero todo salió muy bien".

La lactante nació ayer a las 11.13 horas, luego de que sus padres pasaran una noche de "mucho susto", tras el movimiento telúrico de 7,4 grados ocurrido el miércoles a las 23.43 horas. "Yo veía cómo la gente corría, sonaba la sirena para evacuar, pero me quedé con mi señora esperando que ella naciera. De todas maneras, a pesar de todo, estamos felices... Siempre pensamos que sería un hombre ¡y al final fue niña!", dijo.

Desde la 1.30 horas de la madrugada de ayer comenzaron a nacer los primeros niños en el recinto militar de apoyo. El establecimiento -una carpa climatizada y con abastecimiento propio de energía eléctrica- fue levantado en un plazo de cuatro horas por parte del personal del Ejército, la tarde del miércoles pasado.

La primera niña fue bautizada como Violeta Pamela por sus padres, este último nombre con motivo de haber nacido en este lugar (Pame). De los ocho nacimientos, hay tres lactantes de padres de nacionalidad boliviana, dos de origen peruano y tres chilenos.

Francisco Caldas también tuvo ayer a su tercer hijo en ese centro: "Estaba preocupado, porque tuvo a mi hijo por cesárea y en Alto Hospicio no existe la tecnología. Estamos conformes y contentos de que en esta situación de catástrofe haya resultado todo bien".

El mayor de Ejército Francisco Reyes -quien coordina las labores en ese centro- señala "que cualquier persona que requiera atención puede venir sin distinción de la nacionalidad".

Las madres fueron llevadas a dar a luz en ese lugar debido a que los cuatro pabellones del Hospital Regional de Iquique se cerraron preventivamente por los temblores. De los dos pabellones que están funcionando, uno está destinado a intervenciones generales (ya se efectuó una operación por apendicitis y otra por una úlcera) y otro designado para ginecología.

El mayor Reyes cuenta que el puesto "está funcionando muy bien y en coordinación con el personal del hospital". Como institución, sumaron tres médicos de apoyo a la labor de los especialistas del hospital.

Además, se dispuso de 20 camas de baja complejidad y se habilitó una carpa para consultas ambulatorias. Este puesto estaba ubicado en la comuna de Pozo Almonte, en la Brigada Cazadores de la VI División de Ejército, y cuando se recibió el aviso de que debía ser instalado por parte de las autoridades, se bajó la infraestructura en 45 minutos para luego ser habilitado en cuatro horas.

Las embarazadas son las pacientes que más han requerido atención en este lugar, lo que podría estar relacionado con la situación posterremoto.

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