Lula pide cita con Obama e interviene para apaciguar a Chávez y Uribe




Llevaban seis horas discutiendo, hasta que Luiz Inácio Lula da Silva explotó. Entonces, el Presidente brasileño se lanzó con todo contra Rafael Correa por considerar que en su calidad de presidente temporal de la Unasur no coordinó adecuadamente la reunión de ayer en Bariloche y también criticó en duros términos la transmisión en vivo de la cumbre, propuesta por Alvaro Uribe. "No tenemos el derecho de pasar un día entero discutiendo", afirmó Lula en tono seco.

Las intervenciones del mandatario de Brasil -país impulsor de Unasur- buscaron contener los enfrentamientos en una cumbre marcada por la tensión. Las discusiones, a ratos tediosas, se generaron a raíz del acuerdo entre Bogotá y Washington para que tropas norteamericanas puedan operar en siete bases en el territorio colombiano. Así, mientras Uribe defendió su pacto con Estados Unidos, Hugo Chávez pidió a su par colombiano que presente el documento del acuerdo para disipar los temores. Por su parte, Evo Morales y Tabaré Vázquez rechazaron de manera enfática las bases de EE.UU. en Colombia.

Entonces, en medio del acalorado debate, Correa propuso una reunión urgente con el Presidente Barack Obama para discutir el uso de las bases militares. El mandatario ecuatoriano habló de la cita con Obama tras escuchar a Chávez, quien leyó un documento que, según él, fue escrito por el Pentágono y que sostenía que el Comando Sur de EE.UU. preveía el uso de las bases como punto de partida para el envío de fuerzas "expedicionarias" a puntos de interés estratégicos de Washington en Sudamérica. "No puedo aceptar que un documento de EE.UU. nos trate como patio trasero", reclamó Correa, a lo que Uribe respondió que el documento leído por Chávez había sido sacado de internet y no era un informe oficial. El Presidente colombiano rechazó la idea de su par ecuatoriano.

La propuesta de Correa, sin embargo, sí encontró eco en Lula, quien apoyó la iniciativa de convocar a una reunión urgente con Obama, para que "explique cuál es el papel de su país en América Latina". Un hecho que fue visto por algunos como una vía para descomprimir la reunión. Al mismo tiempo, el líder brasileño manifestó su preocupación por la presencia militar estadounidense y pidió a Uribe garantías jurídicas de que el acuerdo no amenaza la estabilidad de la región. "Respetamos el acuerdo, pero queremos resguardarnos", dijo Lula.  Pero a su vez, poco después salió a contener a los representantes del Alba e impidió -haciendo evidente su molestia- que los miembros de ese bloque sacaran una declaración paralela tras la cumbre.

Al final, tras una serie de tensiones y críticas cruzadas, se firmó un documento que instruye a los ministros de Defensa y RR.EE. de la Unasur a diseñar una estrategia de seguridad y garantías para la zona durante una reunión del Consejo de Defensa que se celebrará en septiembre. El documento también incluyó una reafirmación de que "la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación sudamericana".

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