Mario Casas: "Me gustaría interpretar al malo de la película"

Además, adelanta de sus proyectos junto a Alex de la Iglesia y Marcelo Piñeyro. La taquillera figura española conversó con La Tercera sobre El barco, la serie que emite Mega.




A sus 27 años, Mario Casas es uno de los actores más taquilleros de España. Con las películas Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti se posicionó como el "galán" favorito en su país, y con la serie El barco ha ampliado su fanaticada, producción que acá emite Mega y que, con emisiones de domingo a martes, promedia 13,1 puntos de rating.

El actor, si bien partió como modelo publicitario, inició su carrera televisiva en 2005 con la serie Motivos personales, pero no fue hasta el año siguiente que logró consolidarse y fue de la mano de Antonio Banderas, que lo incluyó en la película El camino de los ingleses. Consigo, además, tiene el haber participado en las dos películas más exitosas del cine español. Se trata de Fuga de cerebros y Mentiras gordas.

Mientras que en la serie El barco, interpreta a Ulises, uno de los tripulantes de la embarcación que estando en alta mar debe enfrentar el fin del mundo e intentar sobrevivir. La producción, a pesar de su éxito, grabó sólo tres temporadas y debido a los altos costos de producción no pudo continuar. En Chile, Mega actualmente emite el segundo ciclo.

¿Qué le parece que el éxito de la serie haya traspasado fronteras?

Lógicamente para nosotros es un lujo y, hablando en general del equipo, es un trabajo en el que hemos dejado la piel, fue difícil, una serie novedosa en nuestro país, grabando en altamar, creando un barco real para llegar al máximo público posible y si encima a traspasado fronteras y ha llegado a Chile, es una suerte.

¿Qué elementos tiene la serie que la hacen atractivos?

Es una serie para muchos públicos, de aventuras, que lo que intenta es entretener. Te hace pensar y disfrutas con los personajes.

Ha sido comparada con Lost, ¿Qué piensa de eso?

¡Es incomparable!, hay un antes y un después de las series por Lost. Las series se hacen ahora de tal manera que cada capítulo parece una película, lógicamente en el momento que estamos hablando de que se acaba el mundo, de gente perdida, pero en este caso no es una isla, es un barco. Las comparaciones son normales, pero para nada nosotros queremos compararnos y mucho menos con Lost. Este es otro tipo de serie, estamos contando otra cosa. Yo también cuando leí los primeros guiones en lo primero que pensé fue en Lost, pero también hay otras series que hablan del fin del mundo.

¿Se esperaba el final de la serie y su personaje Ulises?

Soy sincero: aquí en España se esperaba que la serie continuara y por eso que el final es tan abierto, tuvimos unos problemas, estamos en una situación un poco complicada y era difícil mantenerla; es que era muy grande, con exteriores y en el medio del mar. Los guionistas esperaban que continuara y eso no pudo ser e intentaron acabar de la mejor manera, intentando agradar a la mayoría del público. No los quiero desvelar y decir si Ulises muere o no, cada uno se hará su teoría y lo vivirá como cree que lo tiene que vivir.

¿Piensa internacionalizar su carrera?


Suena raro Hollywood... de momento paso a paso, soy joven, quiero seguir formándome y no decir que no a cosas. Quizás en Europa, Sudamérica, no tiene por qué ser Hollywood, se hacen coproducciones maravillosas con Chile. México, Francia o Italia, creo me gustaría más navegar de momento por esos sitios, trabajar en inglés u otros idiomas, pero cosas pequeñas, le tengo mucho respeto a esta profesión y a la gente que nos sigue.

Pero no descarta hacer una carrera como la de Antonio Banderas, por ejemplo.

Yo siempre me he guiado por el corazón y todas las ofertas han sido buenas siempre y todo lo que he hecho son cosas maravillosas. Lo importante para mi es que la gente lo pase bien. De repente escogemos cosas buenas, no tan buenas, pero si uno dice que sí es porque se enamora del proyecto y te dan ganas de hacerlo y dejar la vida y el corazón en él.

En ese sentido, ¿cómo evalúa la experiencia de Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de tí?

Tengo un recuerdo fantástico y acá en España son dos películas que dentro del cine me hicieron más conocido, tuvo bastante repercusión entre la gente más joven, un personaje que Fernando González Molina me regaló, es un caramelo.

Para nosotros es muy importante que las películas crucen fronteras y esta es una historia de amor que emociona y vaya donde vaya, sea en el idioma que sea, la gente lo pasa muy bien. Y le toca una parte de su corazón, le recuerda esa inocencia de la adolescencia y ese primer amor.

¿En que medida siente que le favorece o le afecta su atractivo físico?

Yo no me veo así (ríe), entonces es lógico que en el momento que haces una película como Tres metros o Tengo ganas de ti, físicamente te tienes que preparar y es parte del personaje y de la historia. La imagen, lógicamente, es muy necesaria en un actor, tal vez son los personajes que me han tocado interpretar hasta ahora, donde ha sido muy destacado. También era necesario para llegar a un cierto tipo de público. Pero, naturalmente, yo eso nunca me lo voy a tomar a la contra, no sería lógico.

¿Qué personaje le gustaría interpretar?

Me gustaría interpretar a un tipo malo real de una película, un tipo oscuro, ambiguo, algo que no he hecho hasta ahora.

¿Qué proyectos tiene actualmente?

De momento estoy con Alex de la Iglesia con Las Brujas de Zugarramurdi y se estrena a finales de septiembre y después con Marcelo Piñeyro. La película se llama Ismael y es para navidad. Estoy con promoción de las dos películas, terminando el doblaje, un poco en esa voragine justo antes de estrenar.

¿Conoce Chile?

No, ojalá pueda ir y conocerlo, y agradecer a la gente que ve El barco y que nos da fuerzas para seguir. Ojalá me lleven.

Trabajó con Benjamín Vicuña en Los hombres de Paco, ¿qué recuerdos tiene de él?

Estuve más de un año con él y la verdad es que es un tipo espléndido, un gran actor. Un tipo del cual se puede aprender mucho, me enseñó esa manera de interpretar, esa naturalidad, ese desparpajo, de hacerlo tan, tan fácil.

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