Medicina huilliche al alcance de todos

medicina huilliche

Una nueva opción para sanar "los males del cuerpo y el alma" tiene la comunidad de Chiloé tras la apertura del primer consultorio de este pueblo.




"En Chiloé tenemos 30 árboles medicinales que sólo viven acá. Cada uno de ellos es como un médico que la naturaleza nos comparte y al cual respetamos". Así define la autoridad máxima del pueblo huilliche en Chiloé, cacique mayor Roberto Panicini, el origen natural de la medicina tradicional de su pueblo, y que desde el inicio de estas semana está a disposición de los chilotes sean o no de este pueblo. Luego de años de intentos, por fin su comunidad logró levantar una pequeña sede en el centro de la ciudad de Castro, habilitada como consultorio: el primero 100% huilliche de la capital de la isla.

La noticia ya se echó a correr y comenzaron a llegar los primeros pacientes para ser atendidos por alguna de las diez llawentuchefes o médicas. Son conocedoras de los secretos del bosque para sanar y también autoridades ancestrales. Por eso, al igual que los caciques, fueron coronadas como tal y juraron, por su vida y su sangre, mantener la salud de su pueblo. "Soy de Castro y nací en el sector La Chacra, aprendí de mi abuela, ella me transmitió el conocimiento de las hierbas que preparamos de acuerdo a lo que el paciente siente y nos cuenta, y también de acuerdo a la orina o al pulso. Lo que queremos rescatar son las hierbas de Chiloé y crecer en esta tarea ahora que tenemos este local", comenta Angélica Calisto, llawentuchef y presidenta de la Agrupación Indígena Mapu Domo de Castro.

Ahí, en la pequeña sede de dos pisos usa una camilla para masajes de sanación, relajación y limpieza, junto a un mueble prepara mezclas de hojas, jarabes, cremas, pomadas, y cataplasmas. Todo elaborado en base a plantas y hojas que recolecta en puntos especiales de la isla y a ciertas horas del día o de la noche, de acuerdo a los rituales huilliches. Luego de la primera consulta, y hecho el diagnóstico salen a recolectar ingredientes al bosque, y usan, en sus infusiones, aguas vírgenes que aún se conservan en Chiloé. Cada receta es un rito en sintonía con la naturaleza que, según ellas, puede mejorar las quemaduras por el sol, dolencias bronquiales, hipertensión, diabetes o depresión, entre otras. "Por eso la gente confía, porque saben que las hierbas nos los van a dañar. Lo bueno es que ambas medicinas, la occidental y la nuestra se pueden complementar", precisa Marisol Remolcoy, llawentuchef del sector de Nercón en Castro, que también heredó su sabiduría de su abuela, quien además era partera, y de su suegra.

El pueblo huilliche de Chiloé, está buscando ser reconocido oficialmente por el Estado como el décimo pueblo originario, distinto al pueblo mapuche en el cual se les incluye.

Tienen autoridades ancestrales distintas, diferencias idiomáticas, otras vestimentas y ritos que lo hacen un pueblo aparte y típicamente chilote.

En medicina tradicional también tienen diferencias con los mapuche, tanto en la forma de diagnosticar como en las especies usadas. "En Temuco hay árboles que acá no podrían vivir, y acá tenemos especies que allá no podrían hacerlo porque en el continente la savia de la madre tierra es distinta. Lo relevante es poder transmitir los remedios naturales que tenemos a toda la gente que lo necesite y con eso, relevar la cultura huilliche e integrarnos en ambos sentidos", dice el cacique mayor.

Panicini está seguro que en poco tiempo, tendrán que conseguir un espacio más grande, "ojalá una ruca acondicionada para seguir atendiendo". Por ahora, aunque en un espacio más modesto, está contento por facilitar el acceso de los vecinos de zonas más aisladas a la medicina huilliche, a una distancia equidistante para todos. Acceso mucho más cercanos para los castreños, como Geomara Muñoz, una de las pacientes del nuevo consultorio. "Tenía un malestar al estómago que no se me pasaba con nada. Vine y me sorprendió mucho el profesionalismo, la preocupación por el pacientes... se nota que ellas saben mucho de cada hierba, de cada síntoma. Conversamos de lo que me pasaba, de cómo me sentía, y prepararon una mezcla de hierbas especial para mi y unas gotitas para dormir mejor. Encuentro genial poder ir a un lugar así aquí en pleno centro de Castro", señala la vecina y funcionaria de la U. de Los Lagos.

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