Ministro principal escocés: Negarle la libra a una Escocia independiente sería un "error monumental"

Alex Salmond se refería al discurso pronunciado por el ministro de Finanzas del gobierno conservador británico, en el que anunció que no aceptarían una unión monetaria con Escocia si triunfa el "sí" en el referéndum de independencia del próximo 18 de setiembre.




Impedir que Escocia mantenga una unión  monetaria con el resto del Reino Unido si se independiza sería un "error  monumental", dijo este martes en Londres el jefe de gobierno escocés y líder  independentista escocés Alex Salmond.

"Creo que el discurso de George Osborne hace tres semanas, su sermón sobre  la libra, sería visto como un error monumental", dijo Salmond en un acto de la  revista New Statesman.

El primer ministro del gobierno regional escocés se refería al discurso  pronunciado en Escocia por el ministro de Finanzas del gobierno conservador  británico, en el que anunció que no aceptarían una unión monetaria con Escocia  si triunfa el "sí" en el referéndum de independencia del 18 de setiembre próximo porque  eso expondría a la libra a los vaivenes de una economía que no estaría  controlada por Londres.

La posición de los conservadores fue suscrita por los otros dos grandes  partidos británicos, los laboristas y liberales, que podrían ser quienes se  encargaran de las negociaciones post-independencia tras las elecciones de 2015.

En sus planes para una Escocia independiente, recogidos en el libro blanco  "El futuro de Escocia", los nacionalistas aseguran que podrán conservar la  libra y a Isabel II como reina, argumentando, en el primer caso, que el Banco  de Inglaterra es de todos los británicos y que se llevarían la parte de deuda  británica que les corresponda.

"Escocia no sería un país extranjero tras la independencia, no más  extranjero de lo que serían Irlanda, Irlanda del Norte, Inglaterra y Galés para  Escocia", afirmó Salmond en su discurso.

"Compartimos lazos familiares y de amistad, de comercio y negocios,  historia y cultura, que nunca dependieron del parlamento de aquí, en  Westminster, y que permanecerán y florecerán mucho tiempo después de la  independencia".

A seis meses y medio del referéndum, los sondeos muestran que la mayoría de  los escoceses quieren seguir en el Reino Unido, aunque las diferencias se han  ido recortando.

Una encuesta elaborada por ICM y publicada a mediados de febrero en el  periódico Scotland on Sunday cifró en 49% los partidarios del "no" y un 37% los  de independizarse.

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