Moda mexicana celebra el bicentenario

El diseñador mexicano José María Torre y la firma Pineda Covalín dieron una mirada al pasado con sendas colecciones de tintes históricos.




Inspirado en la Revolución Mexicana, el diseñador José María Torre presentó la noche del jueves sus propuestas para la próxima temporada Otoño-Invierno en el último día del Dfashion. "Me inspiré en toda esa gente que cambió la historia, en imágenes y libros de la época (revolucionaria), y los re-evolucioné", dijo el creador de la marca Ocho al término de su desfile.

Torre imprimió mayor fuerza a su oferta femenina con una versión moderna de la adelita, las mujeres que participaron en el movimiento armado, a quienes enfundó en vestidos cortos o entallados pantalones pitillo. "Se trata de eso, de recuperar nuestro folclor y convertirlo en moda para la calle", refirió sobre los accesorios que incluyeron coloridos bolsos elaborados manualmente por artesanos colombianos.

El también actor incorporó versiones modernas de tradicionales elementos mexicanos popularizados durante la revolución, como el zarape y el rebozo.

Presentó un diseño en negro que haciendo las veces de blusa revestía la cabeza de una modelo, mientras dejaba al descubierto el frente.

El modisto apostó por las piezas de sastrería para hombre y combinó piezas básicas de mezclilla como chaquetas y chalecos con pantalones de corte regular. Incluyó una falda superpuesta a un pantalón de vestir.

PINEDA COVALIN
Por su parte la firma Pineda Covalín, de los diseñadores Cristina Pineda y Ricardo Covalín, hizo una oda a la "mexicanidad" con su colección "Bicentenario 2010" en la que retomaron elementos como el rehilete mexicano, el barro pintado y la Revolución.

La colección en la que "cada pieza lleva bordada el alma de México" estuvo dominada por la seda y los vestidos de siluetas aglobadas, de corte sirena y rectos.

Por momentos tuvo tintes ecuestres.

Uno de ellos fue cuando la dupla envió a un puñado de modelos que lucieron entallados abrigos tipo trench que por debajo resguardaban ajustados pantalones tipo cigarro y detalle alto a juego con blusas de seda.

Sobresalieron los vestidos de cóctel con plisados y aplicaciones de seda en los contornos que coincidían con carteras tipo sobre.

Para hombre ofreció camisas tipo túnica a juego con pantalones de vestir con sus emblemáticas mascadas atadas a manera de cinturón, así como formales conjuntos de trajes con forros de seda.

Destacó una versión moderna del charro mexicano, a quien vistieron con una silueta de piezas de sastrería holgadas y en una tela rígida y brillosa, acompañadas de un moño al cuello.

Resultó también majestuoso un voluminoso traje de noche de estampado floral y faldones en capas que contrastó con las estilizadas siluetas de los trajes de noche que presentaron.

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