Moisés Villarroel: "Si hubiese tenido una bola de cristal, me quedaba"

Caturro de formación y corazón, se retiró en junio último. Analiza la lucha de Wanderers por una corona que él alcanzo en 2001.




"Moisés Villarroel y el Puerto S/A/L", podría haber escrito un adolescente en la corteza un árbol y nadie se habría extrañado. Con un plumón o un cortaplumas. En la plaza Alejo Barrios o dónde fuera, eso de "se aman locamente" corresponde al doble vínculo que une al ex volante con Valparaíso y Santiago Wanderers.

"Soy wanderino, quiero que mi club sea campeón; conseguí muchas cosas con Colo Colo, tengo lindos recuerdos, pero yo soy nacido y criado acá, en la zona. Mi vida está acá", dice Villarroel, quien está a cargo de la división Sub 15 caturra, luego de optar por el retiro en junio pasado,  con 36 años.

El Tío Moise, como lo bautizó el diario La Cuarta, es un tipo duro. Lo era en la cancha, donde además aportaba talento y una resistencia que lo ubicó por años como el jugador chileno de mejor condición aeróbica. Eso le permitió ser el último mundialista de Francia 98 que dejo el fútbol profesional.

Hoy está feliz con su trabajo en el campo de Mantagua, pero se niega a establecer un parangón entre el equipo actual y aquel que fue campeón nacional en 2001. "Son planteles distintos. No caeré en comparaciones; sólo me refiero a todo lo bueno que tiene este grupo y a lo que hicimos antes, cuando quedamos en la historia del club. Para mí, lo único que importa, más allá de tal o cuál equipo, es Wanderers", sostiene, con tono firme.

Siempre va al estadio y hoy estará en el Lucio Fariña, de Quillota, donde los verdes serán recibidos por Unión La Calera. Y también el sábado siguiente, cuando Colo Colo visite el Elías Figueroa, en Playa Ancha.

¿Ha apostado algo con sus amigos de Colo Colo?

Jaja... no. Tengo contacto con los más viejos de allá, pero sobre todo con Gonzalo Fierro; somos amigos, soy padrino de su hijo, pero no hablamos de fútbol. Sería una tontera, porque es hablar de trabajo. Por eso conversamos de nuestras familias y otros temas. Además, por estar en Colo Colo y ser el capitán, Gonzalo tiene que estar siempre en contacto con la prensa y no puedo llegar a hablarle de lo mismo.

¿Y con Jorge Ormeño, campeón con usted en 2001, habla de fútbol?

Habló mucho con él y con los demás integrantes del plantel. Estamos en el mismo recinto y eso facilita el contacto.

¿Los ve confiados?

Sí, pero muy cautos, porque también saben que no dependen de ellos. Claro, sería ideal si les planteas que la U tropiece y la fecha final decida el título con Colo Colo, pero antes que eso hay que preocuparse de ganar a La Calera, que no es sencillo. Además, si te despreocupas de hacer lo básico, si pierdes la perspectiva, te puede ir muy mal.

En términos de juego, ¿qué le ha parecido Wanderers?

Mi evaluación es sumamente positiva. Después de todo lo que veníamos viviendo, peleando para evitar el descenso, en liguillas, es lindo encontrarnos en esta situación.

¿Qué tan decisiva ha sido la presencia de Emiliano Astorga?

Ha sido totalmente decisiva. Él ha llevado al equipo a los primeros lugares. Su llegada le dio un sello futbolístico al equipo, le dio un orden defensivo y, a partir de eso, estructuró su plantel. Él es muy claro, sabe lo que quiere, por eso  llevó a la gente justa para su esquema y a los que tuvo en sus anteriores equipos, como Gastón Celerino, Roberto Gutiérrez o Gonzalo Barriga.

¿Cómo se siente al haberse retirado justamente antes de este torneo?

Para mí no es tema, son apuestas nada más. Si hubiera sabido cómo venía esto, si hubiese tenido una bola de cristal, me quedaba un poco más, obviamente. Lo que me tiene muy contento es ver cómo lo están viviendo amigos con quienes compartí camarín y hoy están haciendo una muy buena campaña. Y también, con mucha gente de las inferiores, formada en Mantagua.

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