Natalia Oreiro, actriz y cantante: "Esta es una historia con la que las mujeres nos podemos identificar"

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La intérprete uruguaya habla con La Tercera de Gilda, la película sobre la estrella de la música tropical argentina.




La carrera musical de Miriam Alejandra Bianchi duró apenas cuatro años. Su fama fue tardía -tenía 30 años cuando publicó su primer disco- y breve, pero en ese poco tiempo, antes de morir trágicamente en un accidente de carretera, la artista mejor conocida como Gilda, se transformó en un fenómeno de la música tropical en Argentina, venciendo a varios prejuicios y estereotipos de la industria.

Este año, cuando se cumplieron dos décadas de su fallecimiento, la vida de la cantante logró finalmente llegar al cine. Esto gracias al arduo trabajo de la actriz y cantante Natalia Oreiro, quien en todo ese tiempo manifestó sus deseos de interpretar a su ídola en la pantalla grande. "Existieron varios directores en estos 20 años que se cumplieron de su muerte, que han querido hacer esta película, pero no se conseguían los derechos. Y siempre me ofrecían a mí el papel, pero no se podía hacer", dice Oreiro a La Tercera. Finalmente, Gilda, no me arrepiento de este amor, vio la luz en septiembre en Argentina, transformándose en un éxito de críticas y taquilla -sumó más de 900 mil espectadores-, y alistando su estreno en Chile para este jueves. "Con la directora Lorena Muñoz logramos convencer al hijo de Gilda, Fabricio, de cedernos los derechos, luego de escribirle una carta y de grabarle un disco donde interpreto canciones de su madre. Y pudimos hacer la película que soñábamos; una historia de vida y de superación, con la que las mujeres nos podemos identificar", agrega.

¿Qué significó para usted en lo personal poder hacer esta cinta?

Es un sueño hecho realidad. Desde muy pequeña he sido admiradora de su música y su energía, y a medida que fui creciendo, la pude ir homenajeando. A Gilda le costó mucho entrar a la música tropical, porque no la aceptaban ya que no cumplía con cierto estereotipo femenino. No era ni rubia, ni exuberante. Su marido nunca la apoyó. Ya había cumplido 30 años. La tuvo bastante complicada, pero ella siempre creyó en ella, y eso siempre es importante.

¿Cómo fue combinar tanto la música como la actuación en un solo proyecto?

Fue un trabajo difícil, porque como yo ya tengo una historia musical, y la gente conoce mis temas y la forma en que me muevo, me tuve que desprender de eso. No quería que me vieran a mí en ningún momento de la película. Que me vieran parecida a Gilda era un gran desafío, y además tuve que aprender a cantar los temas como ella. Tuve que ensayar muchos meses, cada movimiento, cada forma de mirar era importante. Estoy muy agradecida con las personas que me ayudaron y estoy contenta con el resultado.

Tanto la directora como la guionista son mujeres, en una industria en donde no siempre hay espacios. ¿Fue un aspecto importante para contar esta historia?

Esta es una película que se pudo hacer gracias al empuje y la garra de varias mujeres. Desde la misma Gilda hasta la directora que consiguió los derechos, y yo trabajé también muchísimo para que pudiera hacerse. Las mujeres tenemos un poder muy especial, y cuando nos juntamos suceden cosas increíbles. Las mujeres no nos dejamos caer.

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