Nueva jornada de violencia en Irlanda del Norte deja nueve policías heridos y 18 detenidos

La manifestación en Belfast contra la decisión de no ondear permanentemente la bandera británica, ha generado la indignación de grupos radicales que defienden la unión de ambos países.




Nueve policías resultaron heridos y 18  personas fueron detenidas después de los hechos violentos ocurridos durante la noche del viernes al sábado en Belfast, en Irlanda del Norte, según un balance proporcionado por la policía local.

Cerca de 300 manifestantes lanzaron fuegos artificiales, ladrillos y bombas Molotov contra la policía durante una concentración en el este de la ciudad contra la decisión del gobierno de no hacer ondear permanentemente la bandera británica, según la policía.

"Nueve oficiales de policía resultaron heridos y 18 personas fueron detenidas después de los desórdenes ocurridos la noche anterior", indicó este sábado la policía de Belfast.

El jueves por la noche, hubo manifestaciones similares, y dejaron 10 heridos entre las fuerzas de seguridad, según la misma fuente.

El primer ministro de Irlanda del Norte, miembro del Partido Unionista Democrático (DUP, protestante), Peter Robinson, consideró que estas violencias "injustificables" eran una "vergüenza".

"Los que son responsables dañan gravemente a la causa que pretenden defender y son los juguetes de los grupos disidentes que buscan explotar la mínima oportunidad para hacer avanzar sus aspiraciones terroristas", declaró.

El 3 de diciembre, el consejo municipal de Belfast, capital de la provincia británica de Irlanda del Norte, decidió no hacer ondear permanentemente la Union Jack en el ayuntamiento.

Esta controvertida decisión se tomó para que el gobierno local se ajustara a las reglas que se aplican a los edificios gubernamentales británicos.

Sin embargo, provocó la violencia repetida de los grupos protestantes que defienden la unión de Irlanda del Norte con el Reino Unido.

Irlanda del Norte vivió 30 años de violencias intercomunitarias entre  protestantes unionistas y republicanos católicos partidarios de una unificación con la República de Irlanda que dejaron 3.500 muertos.

A pesar del acuerdo de paz de 1998, que establecía un reparto de poder  entre católicos y protestantes, todavía hay incidentes esporádicos en la provincia.

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