OMS establece que la contaminación del aire puede producir cáncer

Tras revisar estudios científicos, expertos concluyeron que existe evidencia sólida de que aumenta riesgo de cáncer de pulmón y vejiga.




Ya no hay dudas. Tras revisar durante más de una semana múltiples estudios publicados por distintos grupos de científicos, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc, por sus siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirmó lo que por mucho tiempo se sospechó: la contaminación ambiental provoca cáncer.

Según la agencia, y tras analizar la evidencia científica, la polución aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón y vejiga.

"El aire que respiramos se ha contaminado con una mezcla de sustancias que causan cáncer. Ahora sabemos que la contaminación del aire exterior no sólo es un riesgo importante para la salud en general, sino también una causa ambiental de muerte por cáncer", dijo el jefe de la Sección de Monografías de la Iarc, Kurt Straif, una instancia de la agencia conocida como la "enciclopedia de los cancerígenos", debido a que evalúa qué productos químicos y mezclas son potencialmente dañinos.

GRUPO UNO

La Iarc tiene cuatro niveles para establecer qué tan cancerígeno puede ser un compuesto. Así, en el Grupo Cuatro se ubican los elementos que "probablemente no son cancerígenos"; en el Tres, los elementos que no pueden ser clasificados; en el Grupo Dos, los que probablemente son cancerígenos, y en el Grupo Uno, los compuestos físicos que se ha comprobado científicamente que sí producen cáncer.

Precisamente, y luego de analizar cientos de estudios científicos (que serán dados a conocer en un informe final en las próximas semanas), la OMS clasificó ayer la contaminación ambiental en el Grupo Uno, donde ya se encuentran otras sustancias peligrosas como el tabaco y la radiación ultravioleta.

Además, la agencia no calificó una sustancia en particular, como el CO2, sino a todos los agentes que componen la polución. "Nuestra tarea fue evaluar el aire que todo el mundo respira, en lugar de centrarnos en los contaminantes específicos. Los resultados de los estudios revisados apuntan en la misma dirección: el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón aumenta significativamente en las personas expuestas al aire contaminado", señaló en un comunicado Dana Loomis, jefe adjunto del programa.

PIONEROS

Uno de los primeros artículos científicos que vincularon cáncer con polución fue uno de 1995 de la U. de Harvard. En la investigación, liderada por C. Arden Pope, se estableció que la contaminación aumentaba el riesgo de morir por cáncer al pulmón. Desde entonces, cientos de otros trabajos llegaron a la misma conclusión.

Según Pablo Ruiz, académico del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, los hidrocarburos presentes en el aire contaminado de Santiago pueden provocar cambios en el ADN. "Este daño es al azar. Cuando respiramos, ese aire contaminado puede intervenir la división celular en el pulmón. Hay probabilidades mínimas de que esto ocurra, pero puede suceder", indica.

Marcelo Mena, director del Centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello, explica que el diésel proveniente de las fuentes móviles es uno de los combustibles sucios que más afectan la salud de los capitalinos, y que se ha visto en estudios en humanos y animales que provoca cáncer de pulmón. "El diésel genera el 96% de la contaminación por fuentes móviles en Santiago, aun cuando representa el 13% del parque vehicular. En Chile se ha incentivado el uso de estos vehículos porque, pese a que es más cara la mantención, el combustible es más barato, ya que paga menos impuesto específico. Entonces, las personas lo eligen porque es más económico", dice.

La leña de uso doméstico, agrega Mena, es también otro factor de cáncer. Su composición química, señala, es casi idéntica a los compuestos que tiene el humo del tabaco.

ESTUDIOS

La gente respira alrededor de 10 mil litros de aire por día. Por consiguiente, el pulmón recibe dosis significativas de muchos contaminantes del aire, incluso de algunos que están presentes en concentraciones bajas, dice uno de los estudios considerados por la Iarc.

Otra investigación, de 2006, considerada en el informe asegura que cocinar y calentar con combustibles de biomasa en fuegos abiertos o estufas genera altos niveles de contaminantes perjudiciales para la salud.

Otro estudio, realizado en Taiwán en 2001, mostró que las mujeres que usaban leña para cocinar tenían tres veces más riesgo de cáncer de pulmón.

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