Papa reclama a una Europa "envejecida" mayor protagonismo en el mundo y políticas solidarias

El Pontífice afirmó en el Parlamento Europeo que existe la "impresión general de cansancio y de envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz".




El Papa Francisco llamó el  martes en Estrasburgo a los dirigentes de una Europa "envejecida" a asumir un  mayor protagonismo en el mundo y les reclamó políticas más solidarias con los  pobres y los inmigrantes ilegales. 

"Desde muchas partes, se recibe una impresión general de cansancio y de envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz", dijo el papa argentino en un discurso ante el Parlamento europeo al que dijo querer  llevar un mensaje "de esperanza y aliento".

El viaje a Estrasburgo fue la segunda visita efectuada por un Papa al Parlamento Europeo, tras la realizada por Juan Pablo II el 11 de octubre de  1988, un año antes de la caída del muro de Berlín, cuando Europa todavía estaba dividida en dos bloques. 

Se trata de una visita relámpago ya que está previsto no supere las cuatro  horas, apenas lo suficiente para que Francisco pronuncie dos esperados discursos.

Francisco advirtió ante la Eurocámara que "junto a una Unión Europea más  amplia, existe un mundo más complejo y en rápido movimiento. Un mundo cada vez  más interconectado y global, y, por eso, menos eurocéntrico. Sin embargo, una  Unión más amplia, más influyente, parece ir acompañada de la imagen de una  Europa un poco envejecida y reducida, que tiende a sentirse menos protagonista  en un contexto que la contempla a menudo con distancia". 

"Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada y  replegada sobre sí misma", dijo el Santo Padre, para "suscitar y promover una  Europa protagonista".

El Papa dedicó buena parte de su discurso de más de media hora a impugnar  la "cultura del descarte" y "estilos de vida un tanto egoístas, caracterizados  por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo  circundante y sobre todo a los más pobres".

"Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la soledad, propia de quien no tiene lazo alguno", dijo el Papa Francisco. "Se ve  particularmente en los ancianos a menudo abandonados a su destino, como también  en los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el futuro". 

El Papa también lanzó un llamado a los dirigentes europeos a que adopten  políticas más solidarias con los indocumentados.

"No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran  cementerio", dijo el papa argentino, en referencia a los inmigrantes que llegan  desde África. "En las embarcaciones que llegan cotidianamente a las costas  europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda", señaló.

UNA VISITA SIN ACTOS RELIGIOSOS

En Estrasburgo, el Papa se  trasladó en un banal automóvil cerrado azul y no tuvo prácticamente contacto  con el público, salvo un encuentro con una anciana profesora de alemán casi centenaria que le enseñó cuando era joven rudimentos de la lengua de Goethe.

El viaje no incluye ceremonias de carácter religioso y los fieles sólo  pudieron ver su llegada a través de imágenes transmitidas en directo por una  pantalla gigante instalada en la catedral de Estrasburgo, que para la ocasión  echó sus campanas al vuelo pero que el pontífice no visitará. 

Por esa razón toda la atención se centró en el mensaje del Papa argentino a  800 millones de europeos, tres días antes de su visita a Turquía y en momentos  de tensiones persistentes entre Rusia y Occidente por el conflicto en Ucrania y  con el mundo islámico -dentro y fuera de Europa- por la guerra en Irak y  Siria.

Tras su discurso ante el hemiciclo europeo, el Papa Francisco se reunió con el  presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el presidente de turno de la  UE, el primer ministro italiano Matteo Renzi y el de la Comisión Europea,  Jean-Claude Juncker. 

Luego se trasladó al vecino Consejo de Europa, donde fue recibido por el  noruego Thorbjorn Jagland, secretario general de esta institución menos  conocida que abarca 47 países -incluyendo Rusia y Turquía- además de los 28  de la UE.

Ante la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa el papa pronunciará un  segundo discurso antes de emprender su regreso a Roma.

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