Patricia Reutter: La vida en colores

<img alt="" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586904.jpg" style="padding: 0pt; margin: 0pt;" width="50" border="0" height="15"> Ni un incendio, ni los cambios en la moda, ni el crecimiento voraz del mercado. Nada le ha doblado la mano a la más famosa marca local de anilinas, la de la cajita metálica. La mujer que lleva el timón de la empresa revela cuál es el secreto.




Al decidir que sus Anilinas Montblanc se vendieran en una cajita metálica dorada, en 1945, Francisco Reutter inventó un verdadero clásico. Su hija Patricia (60), la mujer que hoy está al frente de la empresa, lo sabe bien: "Prácticamente no me he topado con nadie que sea chileno y que no la conozca. Pueden no saber el nombre, pero la cajita dorada sí la conocen (…) Y muchos nos han dicho: ´yo en la universidad la usaba también para llevar otras cosas'", cuenta, con sonrisa irónica.

-O sea, toda una institución la cajita…
-Exactamente. Bueno, en el tiempo de tu abuela y de la mía se teñía mucho la ropa por el luto. Fallecía alguien en la familia, y todos los cercanos andaban de negro por mucho tiempo. Y la viuda de todas maneras. Ahora vamos todos de rojo a los entierros y los deudos se ponen sólo un poco más discretos, digamos…

Cambian los tiempos, las costumbres, y la marca sigue ahí, en farmacias, bazares, tiendas de barrio. Anilinas Montblanc estrenó este 2010 una nueva imagen, una de colección (ver recuadro), para celebrar 65 años, que incluye entre los festejos la séptima versión de Colorearte (www.colorearte.cl), el evento con el que llevan sus tintas a colegios y escuelas de todo Chile para que los escolares pinten trozos de tela ("parches") y poleras. "Partimos haciendo el concurso con lo que se nos ocurrió: que concursaran niños de colegios y qué sé yo, y cuando ya nos llegaron cinco mil trabajos no tuvimos nada más que hacer. Ninguna posibilidad siquiera de mirar tantos", explica Patricia Reutter.

La experiencia, que tiene en esta edición a los Pueblos Originarios de Chile como tema inspirador, ha crecido con jurados especializados, apoyo del Mineduc y lugares como el MIM y el museo Artequín para exponer esos "trabajos para llorar de gusto". "Mientras más humildes o de más alto riesgo social son el colegio y los niños, mejor ha sido el resultado. Los profesores dicen que se da un cambio. La profesora le pide a la mamá que haga la parte de la  costura, tiene que pedirles que lleven la polera o la tela, y se involucran los papás, y eso para los niños es lo más mágico que hay".

Y hay más: en estos días se lanza, en paralelo, un concurso de teñido escolar en las comunas de Conchalí y La Florida. La agenda no es menor para una empresa pequeña, prácticamente familiar, donde todo, dice, se hace en base al entusiasmo y el apoyo mutuo. El 'personal' de la factoría ubicada en La Reina incluye, entre otros, "a mi mamá, que tiene 86 años, que viene a las siete y media de la mañana y ordena, limpia… (…) Somos nueve de planta fija más cuatro personas que están desde hace mil años en la oficina, que son los contadores, gente que sólo viene algunos días a la semana  y a la que yo siempre le he hecho préstamos sin intereses, por ejemplo. Siempre he pagado deudas de ellos y después hemos visto maneras de arreglarlo… Yo llevo 35 años trabajando aquí y tengo gente que está antes que yo en la empresa".

No todo ha sido fácil. La fábrica de anilinas partió al alero de la droguería fundada por el alemán Juan Reutter. Sus hijos -Francisco y Juan- siguieron con el negocio y enfrentaron tropiezos como el de 1972, cuando un incendio arrasó con la fábrica ubicada en Catedral con Riquelme.

Patricia llegó a poner en marcha la factoría del Parque Industrial de La Reina tras vivir cinco años en Europa con su esposo e hijos. "Volví de Alemania a fines del 75 y aquí se estaba construyendo este galpón que tú ves. ¡Esto era campo! Con vacas. Era muy entretenido, pero (los maestros) no entregaban la obra, entonces mi papá me dijo 'oye, por favor, necesitamos a alguien que esté ahí, para que la cosa empiece a funcionar'. Y desde ahí me quedé", cuenta.

Salvo la cajita dorada, varias cosas han cambiado en estas tres décadas. Las anilinas, que antes se importaban de Europa, ahora "vienen todas principalmente de Asia, de India. En Chile no se fabrican, porque se hacen en base a petróleo". Lo otro ha sido reinventarse a punta de ingenio, dándole al marketing esas pinceladas de arte y trabajo social, por un lado, pero también ampliando el negocio a la elaboración de fieltros y tintas para lanas, algodones y maderas, entre otras cosas. El mercado ha crecido, también lo entiende Patricia, y hay que saber relacionarse con "las grandes cadenas, porque nosotros somos una parte demasiado insignificante de su negocio, entonces no tenemos ningún poder de negociación. Sólo tenemos que ser  'amables y buenos' como digo yo (ríe), para que nos quieran".

-Pero el hecho de hacer un producto tan específico también es un plus, ¿no?
-Eso sí. Es una fortaleza, pero tiene el inconveniente de que como es una parte muy chica del negocio, y como todo se mide en rotación y utilidad por centímetro cuadrado, porque imagínate, por el porte, en mis cajitas no se puede hablar de metro cuadrado, somos nada (ríe).

-Ahora todo está globalizado, ¿cómo ha sido la competencia en ese sentido?
-A ver, en el mercado en Chile somos absolutos líderes, sin discusión ninguna. Ha habido muchos intentos, pero nosotros tenemos clientes superfieles. No sólo el comprador final, sino que el intermediario, y trabajamos de una forma que cualquier persona que reclame nos puede mandar la prenda y se la reteñimos. Tenemos un sistema de trabajo también con las farmacias: si se les dañan las cajitas, yo no les pregunto qué es lo que les pasó, sólo se las cambio.

-¿Cuál es su balance después de 35 años en esto?
-Creo que he podido construir algo que a mí todos los días me entusiasma. ¿Tú sabes que yo me levanto feliz todos los días para venir a la pega?

VOLCANES DE COLECCIÓN

El nombre lo dice todo: el Mont Blanc, la encumbrada montaña ubicada en la frontera entre Francia e Italia, ha sido desde siempre el ícono de las cajitas doradas. Pero la edición aniversario de las mismas trae una serie con fotografías de nueve conocidos volcanes chilenos -Villarrica, Llaima, Osorno, Licancabur, entre otros-. Para coleccionistas: el tiraje fue sólo de 200 mil unidades. Y para cerrar el festejo de los 65 años de la empresa, Patricia Reutter planea hacer una muestra en que diversos artistas plásticos hagan sus propias 'intervenciones' sobre el clásico envase de metal.

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